Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Unidad gremial nacional incluyente de los contadores – Luis Raúl Uribe Medina


Colegas contadores: en relación con la Unidad Gremial Nacional, ¿en qué estamos?

A raíz de mis recientes viajes por el país, Yopal (Casanare) Manizales y Pereira, y recientemente Tunja donde tuve la oportunidad de participar en el cuarto seminario internacional de Normas Internacionales de Información Financiera –NIIF– (IFRS) y en NIA, con tres conferenciantes internacionales –Argentina, Chile, México– y tres nacionales entre los cuales tuve la fortuna de ser uno de ellos, identifico una comunidad contable nacional tanto de contadores veteranos de gran recorrido, como estudiantes de primeros semestres, de últimos, recién egresados, personas que están en la mitad de la vida 10, 15 años del ejercicio profesional, observo una expectativa muy grande, en cuanto al futuro de la Profesión con todos estos cambios que se están dando: las NIIF, NIA, NIC, estándares de ética, estándares de educación, reformas tributarias, reformas al Código de Comercio donde se proponen incrementar las penas y las sanciones a los contadores, a los revisores fiscales, proyectos que están en este momento a nivel nacional e internacional, las mayores exigencias el Decreto 2130 recién expedido, noviembre 4 del 2015, donde la Superintendencia de Sociedades está proponiendo aumentar las exigencias para ser promotores y liquidadores de sociedades en liquidación, y a esos promotores que en algunos casos también son contadores, pues les van a exigir muchos más requisitos, presentar pruebas, exámenes, pero en contraprestación la Superintendencia rebajará los honorarios, todo esto enmarcado también en una Revisoría Fiscal que como decía mi admirado colega contador general el doctor Bohórquez que la Revisoría Fiscal es como un árbol de navidad al que cada vez le cuelgan más ‘bolitas’ responsabilidades. Hoy en día tienen más de 600 responsabilidades, entre lo público y lo privado.

Al revisor fiscal le exigen firma para certificar todo, en cualquier actuación, en lo público, en cualquier ente del Estado, ente privado y muchas veces lo decepcionante está en que ni la miran, simplemente por llenar un requisito, pero no le prestan la atención porque no hay confianza en muchos casos en esa firma de ese revisor fiscal, me lo han dicho personalmente, entes de compañías de seguros cuando uno presenta una documentación para un reclamo y presenta la certificación del revisor fiscal o de un contador diciendo que la persona que demanda tiene unos ingresos, dicen que no, a mí lo que me sirve son los extractos bancarios, el movimiento de la cuenta, tarjeta de crédito, pero eso no, eso lo manipulan, a eso ponen cualquier cosa, es triste esa situación y esta profesión de la Contaduría Pública tan bonita que la quiero tanto.

Recientemente estando en Europa consulté en varios países: España, Francia, Holanda, Bélgica, Alemania, el único que no pude obtener información fue en Austria, pero en los que menciono me dijeron que la Contaduría Pública en Europa es la tercera profesión más reconocida, respetada y valorada; lo mismo pasa en Estados Unidos, en Canadá, en Australia, pero en Colombia infortunadamente está ubicada en la tercera o cuarta categoría; muchas veces ni siquiera como profesión, pues la catalogan como un oficio más como era antes de la Ley 145 de 1960, es desconsolador, pero lo lamentable del tema consiste en que en la mayoría de los casos la culpa no es de los empresarios, ni del Estado; es de nosotros mismos los contadores públicos que nos regalamos y nos subvaloramos, y no dignificamos la profesión.

Quienes me conocen se han dado cuenta y saben de mi trayectoria; en el año 2003 publiqué por primera vez en admin.actualicese.co un artículo titulado El contador profesional y su proyección gerencial, y en sus últimos párrafos reza: “Y la unidad gremial qué, la unidad gremial incluyente, verdadera, nacional qué? no para lo que existe hoy en día, unas pocas asociaciones, institutos, confederaciones, federaciones, agremiaciones, colegios que hay 200, 300 personas, máximo 1.000, 2.000 como es la que más agrupa en este momento de unos 150.000 contadores activos, ¡increíble! no hemos podido unirnos; parece imposible, aunque esta palabra deberíamos evitarla, pues en esta lucha de 13 años algunos me han dicho: no continúe, no siga insistiendo en la unidad gremial, eso es imposible, dejen las cosas así que esto corresponde al libre juego de la oferta y la demanda.

He venido proponiendo que por lo menos la tarifa mínima de revisoría fiscal o de una contabilidad, por pequeña que fuera, por ejemplo de un almacén o de una unidad residencial de la Propiedad Horizontal sea el equivalente a un salario mínimo, es decir hoy en día redondeando $ 700.000, pero encontramos casos aberrantes de $100 $120 $200 mil pesos; revisores fiscales que hacen la revisoría en una unidad residencial por la cuota de administración que son $ 120.000 y la cruzan, increíble, entonces así como estamos y con la proliferación de carreras de Contaduría, estudiantes que salen mal preparados, contadores que no merecen llamarse contadores, sino auxiliares porque no dan para ostentar el título en muchos casos; realmente en esta profesión no existe dignidad, y nosotros debemos rescatarla, haciéndonos valer por nosotros mismos.

En todas partes, y recién me pasó en Tunja, Popayán, Manizales, expreso: bueno unámonos, quién se va a encargar de liderar aquí, sacar las listas con nombres, cédula, email, celular, tarjeta profesional, firma, las reúnen y me la mandan y comenzamos esta revolución pacífica por la dignidad de esta de esta profesión. Vuelvo a mi oficina en Cali o recorro el país, y me quedo esperando las listas que nunca llegan porque la gente es pasiva, conformista a un nivel tan bajo que raya en masoquismo–, me han dicho deje así, yo prefiero tener diez contabilidades de $200.000 que me dan dos milloncitos de pesos… y se impiden aspirar a tener dos contabilidades de un millón de pesos que les dan los mismos dos millones, pero gozan de tiempo libre, calidad de vida, para su familia, para estudiar, para prepararse, para capacitarse… pero el adormecimiento, pasividad, sumisión, nos ubica en niveles tan bajos, razón por la cual pensamos que los empresarios nos están haciendo un favor dándonos trabajo, y es así como vivimos en condiciones lastimeras porque no somos capaces de reclamar los derechos que nos pertenecen como profesionales indispensables en el desarrollo de la estructura empresarial de Colombia.

Conozco contadores a quienes el empresario les dice en un día de sol, está lloviendo, y el contador le responde sí-sí-sí, y así le firman el documento; dice el empresario aquí los activos valen mil millones cuando realmente son 700 y le firman por los 1.000, pero cuando valen 2.000 y quieren que para que la DIAN no se dé cuenta le firman por 800, lo que diga el empresario, lo que digan abogados e ingenieros.

A este seminario internacional de la universidad Santo Tomás de Tunja asistieron conferenciantes de México, Argentina y Chile; por ejemplo en México imagínense los habitantes que tiene ese país ciento treinta millones y cuentan con 80.000 contadores matriculados, pero todos pertenecen al Instituto Mexicano de Contadores, los que no están registrados ahí, no pueden ejercer ni firmar, ¡esto significa unión!; en Bolivia también se unieron los contadores, en Argentina igual. Ellos mismos son los que emiten toda su reglamentación, las normas, la ética y también son los que se autorregulan y autocastigan; los mismos contadores son los que castigan a los que actúan mal; aquí no, son otros entes los que nos castigan, los que van a la Junta Central de Contadores, de los 9 miembros solamente uno representa a los contadores, los demás son de la Superintendencia, hasta de la DIAN están allá, eso sí expertos en castigar a los contadores y cada día nos ponen más responsabilidades, trabajamos más del 50% para la DIAN, nada nos reconocen, pero eso sí nos castigan hasta por el menor error que cometemos.

Entonces quiero invitarlos, para no hacer más largo el artículo, una vez más, casi que por enésima vez, y quienes me han conocido y que ya saben que llevo 10, 15, 20 años proponiendo esta temática, van a decir: “Otra vez Luis Raúl con este tema, no dizque había dicho, que ya no más, que ya no iba a insistir en eso… La verdad, me duele la profesión, me duele sobre todo la juventud, esa fuerza que viene expectante, con deseos, con proyecto de vida, pero no saben lo que se van a encontrar, una realidad muy diferente de lo que ellos sueñan, esperan mejorar su vida, su familia, y van a encontrar una profesión subvalorada que les resta dignidad, por tener que regalarse, por tanto, no debemos darnos el lujo de dejar a esas generaciones a la deriva. Veo desesperanza en las miradas de tantos jóvenes que se acercan a decirme: “Ay doctor, yo lo admiro a usted, yo lo he visto, ayúdenos, voy a mandarle una consulta, y como hiciéramos” y tienen la expectativa de que esta profesión los va a sacar de su nivel actual, de su pobreza, mejorar su origen campesino en muchos casos, pero no saben que están ejerciendo una profesión que no les ofrece futuro.

Nosotros los mayores, los veteranos, ¿nos vamos a quedar así?, ¿estamos apunto de terminar nuestra vida laboral, y seremos capaces de retirarnos y dejarles esto igual o peor que antes? Ante esta competencia desleal, ¿por qué no unirnos con un verdadero interés nacional, general, global y no particular? Es un llamado a los dirigentes actuales.

Pero el principal llamado lo hago a los jóvenes. Apoyen, apoyen a esos pocos líderes veteranos que quieren o queremos ayudarles, dejarles una mejor profesión, pues uno solo luchando y arando en el desierto, solo lo escuchan 100, 200 y al final solo uno viene y le dice: “Ay sí yo estoy de acuerdo con usted”, cuando yo sé que todos están de acuerdo, pero el miedo los paraliza y los hace defensores de la pasividad que los sumerge en resignación.

Cuando comenzamos la carrera todos jóvenes 16, 17 y 18 años, con ideas y proyectos, igual que tantos estudiantes de cualquier profesión, pero luego el mismo medio, las empresas, los contadores antiguos veteranos, nos van ‘castrando’: No, eso siempre aquí se ha hecho así, a usted no lo contraté para pensar, sino para hacer, llene eso ahí del PUC, apréndase de memoria las cuentas, ni pregunte por qué es diferido y no intangible, llévelo a la 17 porque aquí siempre se ha hecho así, no piense, entonces termina uno al final, igual, acomodado a eso, mirando por donde le dijo ese líder, y le matan la posibilidad, la capacidad de debate, cuando la academia debe ser eso: el debate de ideas con altura y profesionalismo, pero no simplemente copiar y copiar, copiar y pegar, poca investigación, casi no se estudia, no se profundiza, lo que dijo el profesor y pare de contar, y a moler cifras y datos sin ningún análisis, eso no es la profesión, eso es teneduría de libros, y esta práctica tenemos que combatirla.

¿En cuál queremos seguir? Como Profesionales de verdad de la Contaduría una profesión digna, o tenedores de libros que nos paguen lo que se les antoje a los empresarios y a los demás, y que nos manejen la profesión otros: abogados, ingenieros, administradores, empresarios, inclusive empresarios exitosos que no tienen ninguna academia, pero nos dan pautas, nos dan clase de contabilidad, ellos saben de impuestos, de recursos humanos y nosotros aceptamos todo.

Esta es la gran invitación y espero recibir unas cinco respuestas positivas porque en el pasado de muchos años solo he recibido dos o tres, y algunos para burlarse y otros para decir: “ay deje esa bobada, deje así, no pierda su tiempo, dedíquese a su familia, a su empresa, a su Firma y no siga perdiendo el tiempo con tratar de unir a los contadores, porque eso es más difícil que juntar mil micos para una foto”.

Esa es la propuesta y la he denominado como un eslogan Por la dignidad de la profesión, por una profesión digna, de altura, y capacitación a precios razonables, por la unidad gremial nacional incluyente.

NOTA: y los docentes universitarios de pregrado, con tarifas de $12 mil, $20 mil la hora, ¿qué tal? Así, ¿cómo se va a lograr una Educación Contable de Calidad? Los más altos $40, $50 mil (solo unas pocas universidades). La mínima debería ser $70 mil por hora.

Luis Raúl Uribe Medina
Líder Uribe y Asociados Consultores SAS
Consultores NIC NIIF NIA

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Luis Raúl Uribe Medina

Contador Publico, (U. San. Buenaventura-Cali), magíster en: Administración de Empresas y especialista  en Calidad total y Productividad (U. del Valle), Diplomados en Gerencia Financiera (U. Libre), Comercio Exterior (SENA), Seminarios de Reingeniería Contable   (U. de los Andes) y permanente actualización tributaria.Con 30 años de experiencia profesional empresarial: Carvajal S.A., Productos Quaker (7 años), Quintex SA, Colombina S.A., Jorge Arabia y CIA, y Organización Harinera del Valle (11 años).

Docente universitario (Universidad de San. Buenaventura y Javeriana –Cali, actualmente con la Cátedra de Contabilidad Internacional, Diplomado NIC-NIIFs, Electivas NIC-NIIFs), Directivo de ADECONTA (Asociación de Contadores del Valle), Líder GRUPO CONSULTOR URIBE Y ASOCIADOS: Asesorías Contables, Administrativas, Financieras, Tributarias. Consultorías Empresariales, Sociedades, Asesoría Jurídica, Laboral, Gestión Empresarial, Planeación Estratégica, Sistemas de gestión de Calidad, Educación Continua, Capacitación.

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