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¿De qué forma el sistema financiero colombiano se está protegiendo contra el cibercrimen?

Desde el punto de vista de Asobancaria, actualmente el costo monetario de un ataque es mucho mayor que el de únicamente reemplazar los dispositivos perdidos o robados, pues las organizaciones están expuestas no solo a sanciones y multas del supervisor, sino a pérdidas en su reputación y buen nombre.

Fecha de publicación: 31 de octubre de 2019
¿De qué forma el sistema financiero colombiano se está protegiendo contra el cibercrimen?
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Desde el punto de vista de Asobancaria, actualmente el costo monetario de un ataque es mucho mayor que el de únicamente reemplazar los dispositivos perdidos o robados, pues las organizaciones están expuestas no solo a sanciones y multas del supervisor, sino a pérdidas en su reputación y buen nombre.

Durante el discurso de instalación de la versión 13 del Congreso de prevención del fraude y seguridad, el cual se realizó el 24 y 25 de octubre de 2019, Santiago Castro, presidente de Asobancaria destacó la forma en que el sistema financiero se debe proteger contra el cibercrimen.

«A nivel del Estado, la seguridad nacional y el bienestar de los ciudadanos están en juego. De igual manera, las personas deben proteger su identidad, sus datos y sus dispositivos informáticos», dijo.

Desde el punto de vista de la entidad, estos riesgos se profundizarán y se volverán más relevantes a medida que pase el tiempo. En los próximos años, miles de millones de nuevos dispositivos se conectarán a redes públicas y privadas, gracias al progreso del internet de las cosas. Estos dispositivos en red traen consigo nuevas amenazas para la empresa, con la capacidad de afectar a millones de clientes. La amenaza será cada día más grande.

“Un grupo de ciberdelincuentes puede atacar a una empresa, publicar información falsa, tomar datos de sus clientes y de esta forma arruinar una reputación que tardó años en ser construida”

Además, el costo asociado a esta amenaza continúa creciendo. Un grupo de ciberdelincuentes puede atacar a una empresa, publicar información falsa, tomar datos de sus clientes y de esta forma arruinar una reputación que tardó años en ser construida.

Actualmente, el costo monetario de un ataque es mucho mayor que el de únicamente reemplazar los dispositivos perdidos o robados, pues las organizaciones están expuestas no solo a sanciones y multas del supervisor, sino también a pérdidas en su reputación y buen nombre.

Según el último reporte de IBM sobre el costo de los incidentes de violación de datos, resaltó Castro, el costo promedio de un ataque de este estilo a una compañía aumentó en 9 % el último año, pasando de un promedio de 3,6 millones de dólares en 2018 a 3,92 millones de dólares en 2019.

«El costo del ataque adicionalmente persistió durante dos o tres años. Alrededor de un tercio de los costos de violación de datos ocurrieron más de un año después del incidente por las afectaciones sancionatorias y reputacionales que conllevaron el ataque», explicó el dirigente.

Debido a que el impacto potencial de un ataque cibernético programado para desestabilizar las funciones y vulnerabilidades de los canales tradicionales del sistema financiero no se ha examinado lo suficiente, Castro opina que es pertinente indagar al respecto.

Para Asobancaria es claro que la ciberseguridad ya no puede considerarse un tema técnico que se puede delegar al departamento de sistemas, sino que debe abordarse como un tema estratégico que abarca a la organización en todo nivel.

Frente a lo anterior, Castro destacó lo que Asobancaria viene realizando. «Estamos comprometidos en fortalecer los procesos y las capacidades técnicas del país. Por esto, desde hace 4 años apoyamos con cursos especializados a más de 110 fiscales que trabajan en las investigaciones de los delitos informáticos. Sin duda, estas personas ayudarán a combatir de manera más eficiente a los ciberdelincuentes», explica.

Así mismo, a través de los frentes de seguridad bancarios el gremio fortalece los canales de comunicación con las autoridades locales, policiales y judiciales en 11 ciudades del país. Lo anterior, con el propósito de trabajar conjuntamente en estrategias que permitan prevenir las distintas modalidades de fraude que sufren los usuarios del sistema financiero y las entidades bancarias.

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