En países en desarrollo, los sistemas de jubilación están madurando y las generaciones jóvenes esperan lograr una mejor cobertura.
Aumentar la edad de jubilación sería un enfoque para reducir la brecha de financiación. Podría complementarse con incentivos para que las personas trabajen más tiempo.
En países en desarrollo, los sistemas de jubilación están madurando y las generaciones jóvenes esperan lograr una mejor cobertura.
Aumentar la edad de jubilación sería un enfoque para reducir la brecha de financiación. Podría complementarse con incentivos para que las personas trabajen más tiempo.
El Instituto de Investigación de Credit Suisse –CSRI, por sus siglas en inglés– ha hecho un llamado para que se replanteen urgentemente los sistemas de pensiones ante el envejecimiento de las sociedades. Así lo asegura en su investigación Rethinking retirement, publicada en febrero de este año.
Lo que hasta ahora había sido principalmente un problema en los países desarrollados, también se está convirtiendo en una preocupación para el mundo en desarrollo.
Los gobiernos se verán en la necesidad de abordar dos interrogantes fundamentales:
Al respecto, la CSRI considera importantes los siguientes puntos:
Como resultado de la disminución de las tasas de fertilidad y el aumento de la esperanza de vida, la proporción de jubilados en la población ha aumentado; en el mundo desarrollado ha pasado del 7,7 % en 1950 a más del 19 % en la actualidad. Además, se estima que para 2050 alcanzará aproximadamente el 27 %.
Por el contrario, la proporción era del 3,8 % en las regiones en desarrollo en 1950, y se prevé que aumente hasta el 7,4 % en 2020. Aunque serán los países desarrollados los que experimenten primero el impacto, los que están en desarrollo vivirán el proceso de una forma mucho más acelerada.
«Una de las principales víctimas de esta tendencia demográfica es el sistema de pensiones, ya que el aumento del número de pensionados contrasta con la continua disminución del número de contribuyentes. Además, las prestaciones tendrán que pagarse durante un período de tiempo más largo y sin un cambio en la productividad», indica el informe.
Esta evolución también tendrá un impacto negativo en el crecimiento económico.
Muchos países ya han reaccionado reformando sus sistemas de pensiones. Entre las tendencias generales de reforma más populares se encuentra el paso de los sistemas de prestaciones definidas a los de contribuciones definidas.
En general, las cuatro opciones siguientes, que ha resumido el estudio, pueden hacer que los sistemas de pensiones sean más sostenibles:
Según el informe, los habitantes de los países desarrollados parecen estar más preocupados por la sostenibilidad de sus sistemas de pensiones.
Son conscientes de la necesidad de llevar a cabo dolorosas reformas y ya han visto algunas medidas aplicadas en sus propios países. Por consiguiente, sus expectativas en cuanto a las prestaciones de jubilación en el futuro son algo menores.
«Por el contrario, en varios países en desarrollo, los sistemas de jubilación todavía están madurando y las generaciones más jóvenes esperan lograr una mejor cobertura», indica el informe.