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Modelo de pérdidas crediticias esperadas de la NIIF 9, enfoque simplificado

El modelo de pérdidas crediticias esperadas se utiliza para determinar el deterioro de valor de los instrumentos financieros.
Este modelo supone que los instrumentos traen implícita una probabilidad de no pago, por eso la pérdida por deterioro debe reconocerse desde el momento de la contabilización inicial.

Fecha de publicación: 9 de septiembre de 2020
Modelo de pérdidas crediticias esperadas de la NIIF 9, enfoque simplificado
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

El modelo de pérdidas crediticias esperadas se utiliza para determinar el deterioro de valor de los instrumentos financieros.

Este modelo supone que los instrumentos traen implícita una probabilidad de no pago, por eso la pérdida por deterioro debe reconocerse desde el momento de la contabilización inicial.

El modelo de pérdidas crediticias esperadas de la NIIF 9 se utiliza para medir el deterioro de los instrumentos financieros de las entidades del grupo 1 de convergencia que aplican el Estándar Pleno.

“La lógica del modelo de pérdidas crediticias esperadas es que todos los instrumentos financieros traen implícita una posibilidad de que el cliente no pague”

Se diferencia del modelo de pérdidas incurridas porque el deterioro de los instrumentos financieros se reconoce de forma anticipada, es decir, desde el momento del reconocimiento inicial de los instrumentos financieros.

La lógica del modelo de pérdidas crediticias esperadas es que todos los instrumentos financieros traen implícita una posibilidad de que el cliente no pague. De ahí que la entidad deba reconocer una provisión de pérdida por deterioro, incluso desde antes de que sus instrumentos financieros presenten indicios de deterioro.

El modelo de pérdidas crediticias esperadas tiene dos enfoques: uno general y uno simplificado. En este editorial nos concentraremos en explicar el cálculo del deterioro de un activo bajo el enfoque simplificado.

Enfoque simplificado del modelo de pérdidas crediticias esperadas

De acuerdo con el párrafo 5.5.15 de la NIIF 9, el enfoque simplificado del modelo de pérdidas crediticias esperadas puede aplicarse para medir el deterioro de ciertos instrumentos financieros, tales como:

  • Saldos de cuentas por cobrar comerciales que no contienen un componente financiero significativo.
  • Cuentas por cobrar de contratos de arrendamiento.
  • Activos contractuales al alcance de la NIIF 15.

Bajo el enfoque simplificado, el deterioro debe registrarse desde el momento inicial con referencia a las pérdidas esperadas durante toda la vida del instrumento.

Esto representa una gran diferencia con el enfoque general del modelo de pérdidas crediticias, el cual requiere que únicamente se provisione la pérdida esperada de los próximos doce (12) meses para los instrumentos financieros que tengan un riesgo crediticio bajo, y solo cuando el riesgo crediticio aumente se hace necesario reconocer la pérdida para toda la vida del instrumento.

Este enfoque simplificado debe ser aplicado principalmente por entidades no financieras (es decir, entidades distintas a bancos o aseguradoras) que no cuenten con instrumentos financieros complejos.

Ejemplo de aplicación del modelo simplificado de pérdidas crediticias esperadas

Una entidad tiene una cartera de cuentas comerciales por cobrar al 31 de diciembre de 20X0 por valor de $100.000.000.

Dicha cartera se encuentra compuesta por cuentas por cobrar a corto plazo que no cuentan con un componente de financiación significativo, por lo cual la entidad eligió en sus políticas contables aplicar el modelo de pérdidas crediticias esperadas bajo el enfoque simplificado para evaluar el deterioro de dicha cartera.

La entidad efectúa los siguientes pasos para aplicar el enfoque simplificado del modelo de pérdidas crediticias esperadas:

1. Elaborar la matriz de provisiones

La matriz de provisiones permite dividir la cartera de la entidad en grupos que compartan condiciones similares de riesgo, a los cuales se les aplicará un porcentaje de pérdida esperada, de acuerdo con la antigüedad de la cartera.

Los grupos en que se divida la cartera pueden estar basados, entre otras condiciones, en la ubicación geográfica de los clientes o el tipo de cliente.

Los porcentajes de pérdida esperadas, por su parte, deben determinarse utilizando la información de los incumplimientos históricos que ha tenido la entidad en ejercicios pasados, así como cualquier otra información actual o futura que sea relevante.

La información histórica que tendrá en cuenta para el análisis del porcentaje de pérdida esperada puede cubrir un período entre los dos (2) y cinco (5) años, según lo considere conveniente cada entidad.

Con base en lo explicado hasta este punto, la entidad de nuestro ejemplo estimó su matriz de provisión así:

0 días vencidos

1-30 días vencidos

31-60 días vencidos

61-90 días vencidos

Más de 90 días vencidos

Tasa de pérdida esperada

1 %

3 %

5 %

10 %

9 %

2. Aplicar el porcentaje de pérdidas esperadas a la cartera

La entidad calcula la pérdida crediticia esperada así:

Días de mora

Importe de los saldos de las cuentas por cobrar comerciales (A)

Porcentaje de pérdida crediticia esperada (B)

Correcciones por pérdidas crediticias esperadas durante la vida de las cuentas comerciales por cobrar (C = A x B)

0 días vencidos

 $30.000.000

1 %

 $300.000

1-30 días vencidos

 $5.000.000

3 %

 $150.000

31-60 días vencidos

 $12.000.000

5 %

 $540.000

61-90 días vencidos

 $38.000.000

10 %

 $3.800.000

Más de 90 días vencidos

 $15.000.000

9 %

 $1.350.000

Total

 $100.000.000

 

 $6.140.000

3. Contabilización de la pérdida crediticia esperada

Por último, la entidad contabiliza la pérdida crediticia esperada así:

Cuenta

Débito

Crédito

Gasto por pérdida crediticia esperada en cuentas comerciales por cobrar

$6.140.000

Cuentas comerciales por cobrar

$6.140.000

 

Como puede observarse, la entidad reconoce un gasto por provisión de pérdidas crediticias esperadas por valor de $6.140.000, el cual incluye una provisión incluso sobre los saldos de clientes que no presentan vencimiento.

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