No se puede negar que se necesita aumentar el recaudo tributario, pero no es claro por qué es necesario empezar por el IVA a la canasta familiar.
Llama la atención que el Gobierno nacional ponga un mayor foco sobre el IVA y no sobre la evasión y las fallas estructurales en el sistema tributario.
No se puede negar que se necesita aumentar el recaudo tributario, pero no es claro por qué es necesario empezar por el IVA a la canasta familiar.
Llama la atención que el Gobierno nacional ponga un mayor foco sobre el IVA y no sobre la evasión y las fallas estructurales en el sistema tributario.
Mientras el 25 de agosto de 2020 el representante a la Cámara Fabio Arroyave radicó un proyecto de ley que busca proteger del IVA a la canasta familiar, exigiendo que esta no pueda gravarse con el impuesto sobre las ventas y que a los productos que ya lo posean no se les pueda modificar la tarifa, el Gobierno nacional tiene un punto de vista muy diferente.
«Lo intentó inicialmente en la ley de financiamiento de 2018, pero la idea no cuajó. El asunto también se ambientó en 2019, pero tampoco se abrió paso. Ahora, con la reforma tributaria que se está cocinando y llegará al Congreso cuando termine la pandemia, el ministerio de Hacienda espera que la tercera sea la vencida», advierte el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana en el artículo ¿Por qué el Gobierno está obsesionado con el IVA a los productos de la canasta familiar?, publicado en su blog.
Para el Observatorio, llama la atención que el mayor foco se esté poniendo sobre el IVA y no sobre puntos como la evasión y las fallas estructurales en el sistema tributario colombiano, de las que sobresalen la corrupción y la falta de transparencia, que se convierten en incentivos para no pagar.
Desde la entidad se explica que, si uno mira el tema desde la perspectiva cortoplacista que el Gobierno parece estar dándole, la fórmula parece tener sentido:
«Como se quiere aumentar el recaudo ya, es más fácil ponerle IVA a la remolacha que ir detrás de grandes sectores productivos que se mantienen a la sombra de la autoridad tributaria», argumenta el Observatorio.
Si el objetivo fuera un sistema sostenible en el tiempo, lo segundo sería sin duda lo deseable.
La entidad analiza la forma como el Gobierno viene argumentando sobre este asunto.
«El tema parece estarse ambientando a partir de contar las bondades del programa de devolución del IVA a algunas de las familias más pobres del país», advierte el Observatorio.
Esta iniciativa que, según la página del DNP, “permitirá que las familias en situación de pobreza reciban entre 70 mil y 80 mil pesos cada dos meses” para aliviar “el impacto del IVA en sus ingresos” y mejorar “su capacidad de consumo” se puso en marcha el marzo pasado.
La devolución del IVA es una vía a través de la cual el Gobierno está brindando asistencia a los colombianos más vulnerables durante la pandemia, pero la devolución del IVA es una concesión de unos 2 billones de pesos para el 20 % más pobre de los colombianos, mientras las empresas cuyos dueños están concentrados en el 1 % más rico de la población recibieron un recorte de impuestos de 9 billones de pesos, y el Gobierno quiere tapar ese hueco con el IVA a la canasta familiar de la clase media.
Al respecto, el Observatorio indica lo siguiente:
«Otro de los argumentos para apoyar esta idea de ponerle IVA a la remolacha, los huevos y el pan –entre otros– es el coronavirus. No obstante, las cuentas hacen evidente que, aún antes del COVID-19 Colombia necesitaba una reforma tributaria. La razón es simple y contundente: con su reforma de 2019, el Gobierno les recortó millones de millones de pesos en impuestos a las empresas».
No hay ninguna evidencia de que se esté contemplando subirles los impuestos a los colombianos cuyo ingreso proviene principalmente del capital y no del trabajo. En Colombia el capital tributa a tasas efectivas más bajas de lo que se observa en países de la OCDE. Aun así, la idea es que la plata faltante salga del bolsillo de la clase media.
Frente a este punto, el Gobierno expone otro argumento que parece no tener demasiada lógica interna desde la visión del Observatorio: los beneficios al gran capital parecen estar igualándose con el IVA bajo o nulo que se paga al comprar el pan.
«Pongámoslo en términos explícitos: mientras que una reforma que recorte beneficios del IVA golpeará al sector más pobre de la población, los beneficios de renta que se introdujeron en 2018 -y que han abierto un boquete en las cuentas públicas, las cuentas de todos- benefician directamente a los más ricos», afirma.
¿Son comparables los beneficios que sobre el IVA otorgan las zonas francas con el IVA que deja de pagar un asalariado al comprar lo del desayuno del día siguiente? El sentido común dice que no. La narrativa del Gobierno dice lo contrario.
Es innegable que se necesita aumentar el recaudo tributario en Colombia, pero no es claro por qué es necesario empezar por el IVA a la canasta familiar. En un sistema realmente progresivo el paso a seguir debería ser subirles los impuestos a los dividendos y a las rentas no laborales del 1 % de los colombianos de más ingresos.
«Sin embargo, monedita tras monedita, el Gobierno parece empeñado en poner esa carga sobre los hombros de los consumidores y los trabajadores asalariados», critica el Observatorio.