La IFAC realizó un informe para comprender las implicaciones de la pandemia en los contadores públicos, y cómo sus experiencias afectarán el futuro de la contabilidad y sus habilidades.
El COVID-19 aceleró el cambio y nos obligó a reconsiderar el papel de los contadores profesionales.
La IFAC realizó un informe para comprender las implicaciones de la pandemia en los contadores públicos, y cómo sus experiencias afectarán el futuro de la contabilidad y sus habilidades.
El COVID-19 aceleró el cambio y nos obligó a reconsiderar el papel de los contadores profesionales.
Las crisis exigen, inevitablemente, que se tomen decisiones difíciles, pero las condiciones preferidas para tomarlas son escasas. Gran cantidad de propietarios de pequeñas empresas, directores ejecutivos y líderes gubernamentales se enfrentaron a esta realidad en el transcurso del año, más precisamente desde que la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia.
Para muchos de ellos, los contadores públicos estaban allí como asesores de confianza cuando no había ninguna apariencia de certeza. Como toda profesión, la contabilidad ha cambiado de la mano del COVID-19. Los contadores públicos nos estamos acostumbrando a procesos digitales que alguna vez creímos imposibles. Este es uno de los argumentos descritos en el informe Accountancy skills evolution: impact of COVID-19 & the path forward, publicado por la IFAC.
«Nuestras capacidades de gestión del cambio serán más agudas que nunca. La forma en que anticipamos el futuro será informada por una experiencia que muchos de nosotros nunca imaginamos que sucedería», sugiere la publicación.
Para la IFAC, como profesión contable global, tenemos la oportunidad de transformarnos, para ofrecerles beneficios a las empresas, a los Gobiernos y a la sociedad. También es un momento crítico para que la profesión alimente el talento existente y atraiga nuevos talentos. Debemos lograr este progreso de manera colectiva, con metas claras y mensurables.
En un período de tres meses, la IFAC dialogó con un gran número de personas asociadas con la profesión, en más de 20 países, entre ellos, directores ejecutivos de organizaciones profesionales de contabilidad, de empresas, directores financieros, miembros del comité de auditoría, auditores generales, líderes de firmas contables, académicos y estudiantes.
La idea de la entidad era comprender las implicaciones de la pandemia para los contadores públicos y los líderes, y cómo sus experiencias afectarán el futuro de la contabilidad y, específicamente, las habilidades contables.
«El COVID-19 aceleró el cambio y nos obligó a reconsiderar el papel de los contadores profesionales. Escuchamos a nuestros grupos de interés sobre la transformación de las organizaciones, la agilidad de los negocios y la resistencia de los contadores profesionales que gestionan cambios imprevistos», afirma el informe.
A pesar de todo, la pandemia destacó la importancia de las habilidades preparadas para el futuro que puedan anticipar y ser ágiles en un mundo nuevo, un mundo donde los contadores profesionales se establecen como líderes estratégicos.
El documento describe temas clave, como los siguientes:
Con lo anterior, la IFAC busca que los profesionales contables cuenten con una hoja de ruta para que tengan clara la forma en que deberán actuar.
Los contadores profesionales son y seguirán siendo socios estratégicos en cualquier entorno, ya sea en el sector público o privado. La pandemia ha probado nuestra capacidad como impulsores de los negocios.
Este es un momento crucial para la contabilidad como profesión, uno en el que cambiaremos paradigmas y adoptaremos nuevas habilidades digitales, sobre todo en un mundo en rápida evolución. La forma en que actuemos hoy servirá para definir el futuro de la profesión, y la oportunidad de un cambio positivo es inmensa.
En este momento, las sociedades y economías de todo el mundo están tratando de encontrar una manera de avanzar.
«Los contadores públicos son quienes deben solucionar los problemas altamente estratégicos, son colaborativos porque ayudarán al avance de empresas (pequeñas y grandes) y a los Gobiernos», afirma la IFAC en su informe.
Directores ejecutivos, auditores, académicos y estudiantes coinciden en los siguiente:
«Nosotros, como profesión, debemos acelerar nuevas formas de trabajar, adoptar la tecnología, alinear nuestro trabajo con demandas sociales nuevas y en evolución, y, por encima de todo, asegurarnos que estamos invirtiendo en el equilibrio adecuado de habilidades que fortalecerán la profesión para cualquier futuro que nos depara».