Para IFAC, equipar a los estudiantes con habilidades adecuadas es fundamental para el futuro de la profesión.
John Jairo Lache dice que las distancias se acortaron con la tecnología. Contadores la han adoptado.
Para ACCA, contadores que no puedan adaptarse a la tecnología tienen una vida útil limitada.
Para IFAC, equipar a los estudiantes con habilidades adecuadas es fundamental para el futuro de la profesión.
John Jairo Lache dice que las distancias se acortaron con la tecnología. Contadores la han adoptado.
Para ACCA, contadores que no puedan adaptarse a la tecnología tienen una vida útil limitada.
John Jairo Lache, contador público y socio líder de Audit & Assurance BDO Colombia, afirma que realizar auditorías de forma remota es extraño, especialmente en una profesión que requiere la presencialidad de los clientes, revisiones documentales, observaciones físicas de inventarios y activos fijos, entre otros aspectos.
«Sin embargo, no podemos dejar pasar por alto que nuestro rol sigue siendo el mismo frente a los entes de control, accionistas y demás «stakeholders» que confían en nuestro trabajo; por lo tanto, la crisis mundial que vivimos derivada de la pandemia del COVID-19 nos ha mostrado nuevas maneras de cumplir con nuestras labores, sin contravenir las normas que rigen nuestra profesión», recalca Lache en su columna de opinión Retos de la profesión en la «nueva realidad».
Para la Federación Internacional de Contadores –IFAC, por sus siglas en inglés–, las firmas contables, los directores ejecutivos de organizaciones profesionales de contabilidad, los líderes y estudiantes de facultades contables de las universidades de todo el mundo y los contadores públicos requerirán nuevas habilidades y una mentalidad diferente a la que se ha mantenido hasta hoy como estándar durante mucho tiempo.
Lo anterior lo planteó Alta Prinsloo, directora ejecutiva de la IFAC y autora del artículo titulado What defines the accountant of tomorrow?, donde expresa:
«Está claro que todos, desde el estudiante que todavía está obteniendo un título hasta el veterano de la industria que ha superado muchos cambios económicos, ven este momento como lo que es: una oportunidad para redefinir lo que significa ser contador, ahora y en el futuro».
Gracias a la pandemia, desde el punto de vista de la IFAC, la profesión se ha beneficiado de forma importante; ha sabido defender su relevancia para Gobiernos y ciudadanos durante este tiempo.
Por su parte, las empresas tienen un sentido renovado del valor que los contadores aportan a su éxito a largo plazo.
Para Lache, auditores y contadores han respondido adecuadamente a la “nueva realidad” que estamos enfrentando.
«Hemos logrado superar las barreras físicas. Las distancias se acortaron con las tecnologías que ya estaban presentes, pero que, ahora más que nunca, hemos adoptado como parte de nuestro ADN».
Por lo anterior, se continúa aportando información financiera de la más alta calidad, brindando estabilidad a los mercados.
«Y lo seguiremos haciendo. Somos conscientes del rol tan importante que desempeñamos para la sostenibilidad de las compañías y de la economía en general», recalca.
La Asociación de Contadores Públicos Colegiados –ACCA, por sus siglas en inglés– indica en su informe Careers in small medium-sized accountancy practices que, aunque algunas empresas han tardado en adoptar tecnología contable, es obvio que los contadores que no pueden adaptarse a esta tecnología tienen una vida útil limitada.
«Las firmas contables que ya han incursionado en la nube no deben detenerse en dicha práctica, hay que continuar mirando hacia adelante», aconseja la entidad.
Se asume que los contadores públicos jóvenes tienen una ventaja en este punto, por su uso con las redes sociales, así como el manejo de las aplicaciones. De esta forma, tienen una comprensión intuitiva de la contabilidad en la nube. La tecnología para ellos hace parte de su educación.
Roberto De la Vega, director de posgrados del Colegio de Estudios Superiores de Administración –Cesa– afirma en Actualícese que los contadores públicos deben capacitarse y reinventarse.
«Desde mi punto de vista, el rol del contador público será reemplazado por robots, porque es muy automatizable, razón por la que debe cambiar», advierte.
La recomendación de este especialista en Finanzas, MBA con énfasis en Finanzas y Estrategia y doctor en Administración, es que los contadores públicos complementen su conocimiento aprendiendo de tecnologías, de opciones de transformación digital, de estrategias y de creación de valor, para así apoyar a los gerentes generales.
Para la IFAC, es imposible hablar de habilidades sin mirar a las generaciones futuras.
«El sistema educativo está en crisis y los planes de estudios tardan en evolucionar. Sin embargo, equipar a los estudiantes con las habilidades adecuadas es fundamental para el futuro de la profesión. Para muchas instituciones, la educación presencial sigue siendo la máxima prioridad, incluso mientras el aprendizaje en línea está evolucionando», indica Prinsloo.
Las universidades están redefiniendo sus propuestas de valor. La contabilidad está compitiendo con otras disciplinas comerciales, y está claro que las profesiones que invierten ahora saldrán de la pandemia con una ventaja competitiva.
«Para los programas de contabilidad, específicamente, eso puede significar concentrarse en los aspectos más integrados e impactantes de la profesión, y las habilidades específicas que empoderarán a los contadores para cambiar el futuro de los negocios. Eso podría tomar muchas formas. Hacer hincapié en el entrenamiento de habilidades blandas es uno».