Nelson Ruiz afirma que, entre menos ingresos, mayor es la evasión, situación relacionada con la cultura tributaria.
La mala administración de los impuestos ha permeado de forma negativa la conciencia tributaria de los responsables.
Nelson Ruiz afirma que, entre menos ingresos, mayor es la evasión, situación relacionada con la cultura tributaria.
La mala administración de los impuestos ha permeado de forma negativa la conciencia tributaria de los responsables.
Nelson Ruiz Pomar, contador público, especialista en Gerencia Financiera, Gerencia de Proyectos y magíster en Contabilidad, afirma en #CharlasConActualícese que las normas nacionales en ocasiones dan cabida para que muchos contribuyentes evadan su responsabilidad de pagar impuestos.
«Los ingresos para un país no se presentan con el solo hecho de declarar. El presupuesto nacional no se alimenta únicamente de declarar, sino pagando, con la obligación sustancial del responsable», afirma.
Explica que la evasión es cualquier forma de evitar el pago de impuestos, a través de formas ilícitas y fraudulentas.
Mientras en los países desarrollados la evasión oscila entre el 5 % y el 15 % de la recaudación potencial, en países en desarrollo la evasión supera el 30 %, y es inversamente proporcional al ingreso por habitante.
Ruiz Pomar indica que pareciera que las administradoras de impuestos adolecieran de mecanismos de control para evitar la evasión.
«Ojalá, en Colombia la factura electrónica sea un paso importante para reducir las cifras de evasión», dice.
Explica que, entre menos ingresos, mayor es la evasión, situación que tiene que ver con la cultura tributaria. Hay países donde este concepto, una vez posicionado, hace que la evasión disminuya. A mayor cultura tributaria es menor la evasión, lo que no se cumple en Colombia.
Para él, es fundamental desarrollar este concepto en el país, pero hay factores que atentan contra esto. Primero, el sistema tributario colombiano es muy complejo, lo que hace que se presenten altas cifras de evasión.
«Por otra parte, hacer una declaración es complicada en nuestro país. En otros países, la declaración le llega al domicilio del contribuyente o a través de un correo electrónico. Ya está diligenciada, la paga y listo. Los sistemas son ágiles», ejemplifica.
En Colombia apenas estamos entrando en la era digital de las declaraciones. De igual forma, existe una baja fiscalización y pocos controles por parte de la autoridad tributaria. Los programas de auditoría desarrollados por la Dian son muy incipientes.
«No hay que dejar de lado que en Colombia también existen demasiados impuestos, yo los denomino impuestos invisibles. Alrededor de 72 impuestos diferentes. Hay tributos que no vemos, pero los pagamos, como por ejemplo la seguridad social», advierte.
Para él, las sanciones a veces son insuficientes, no en cuanto al número de sanciones, sino a su drasticidad. Por otra parte, la imagen de los funcionarios públicos desde el punto de vista del contribuyente es mala, ya que no colaboran. Muchos a lo mejor no tienen las capacidades necesarias para fiscalizar tributos.
«Y por supuesto, existe también desigualdad e inequidad. Muchos pagan menos que otros. Además, muchas personas prefieren estar en la economía informal porque se ahorran dinero: no pagan impuestos, servicios públicos», aclara.
Ruiz Pomar afirma que la corrupción conlleva la evasión.
«La mala administración de los impuestos ha permeado la conciencia tributaria de los responsables, y lo hace de forma negativa», asegura.
Por eso las personas piensan que, si no hay una buena destinación de estos recursos, para qué se pagan impuestos, «pero de esta forma, cuando no se contribuye, nos estamos haciendo un autodaño», advierte.
Explica que los impuestos están relacionados con el desarrollo económico y social. Indica que hay dos aspectos que se deben combatir:
«Una, la corrupción, lo cual no nos compete a los contribuyentes desde el punto de vista de la tributación. Dos, la evasión, que sí nos compete».