Janeth Castillo dice que se están organizando las propuestas para presentarlas al CTCP.
Ana Mercedes Garzón afirma que estamos en un momento histórico para generar cambios y modernizar la profesión.
María Victoria Martínez indica que debemos cambiar el “chip” y la profesión debe modernizarse.
Janeth Castillo dice que se están organizando las propuestas para presentarlas al CTCP.
Ana Mercedes Garzón afirma que estamos en un momento histórico para generar cambios y modernizar la profesión.
María Victoria Martínez indica que debemos cambiar el “chip” y la profesión debe modernizarse.
María Janeth Castillo Rodas, contadora pública y promotora del Comité Femenino de Reforma a la Ley 43 de 1990, afirma en #CharlasConActualícese que este comité nació como respuesta a la invitación del Consejo Técnico de la Contaduría Pública –CTCP– para comenzar a discutir la modernización de dicha ley.
«Es importante que la profesión contable sea representada por las mujeres. A la convocatoria que hice, durante dos meses, respondieron más de 200 contadoras públicas. Fue así como el 14 de agosto de este año nos reunimos formalmente con el Contador General de la Nación y con el CTCP para sacar adelante el proyecto y darle vida», aclara.
Castillo Rodas indica que hasta la fecha se han realizado varias reuniones con los comités a nivel nacional, y se están organizando las propuestas para presentarlas al CTCP.
Por su parte, Ana Mercedes Garzón Laverde, contadora pública y presidenta de este comité femenino, afirma que se trata de un gran movimiento que está elaborando una propuesta caracterizada por dos frentes de trabajo. El primero, un diagnóstico que se relaciona con todo el articulado de la ley, el cual se busca terminar el próximo diciembre. El segundo, un frente prospectivo que se busca tener listo en julio del próximo año, para proponer los cambios en la profesión.
«Estamos en un momento histórico para generar cambios y modernizar la profesión contable. Desde el comité femenino se vienen desarrollando actividades a través de diversas conferencias alrededor de temas contables y de la revisoría fiscal», explica.
Garzón Laverde enumera una serie de puntos que se vienen discutiendo para aportar ideas. El primero es afianzar la formación ciudadana y democrática mediante la reforma de la Ley 43 de 1990, a través de la cual se buscan unificar los temas básicos en la formación de los contadores públicos.
Otro tema que se está discutiendo es superar la dimensión técnica y tecnológica a la que se ven enfrentados los contadores públicos.
«Se deben integrar las habilidades del contador con la tecnología e innovación; estar actualizados con las Tic»s y la tecnología, para desarrollar bien el trabajo», dice Garzón Laverde.
Mejorar la interacción del contador con los diversos sectores económicos; promover un pensamiento crítico hacia la resolución de problemas, apoyando a los líderes empresariales en su toma de decisiones; y desarrollar el concepto de la ética son parte de los retos.
«Las mejores prácticas internacionales de la contabilidad, mejorar los estándares de la profesión frente a las nuevas economías emergentes y mejorar la interacción del profesional contable con su país son puntos en los que también se está trabajando», afirma.
Ella explica que todos los puntos anteriores están basados en una etapa de recopilación que vienen realizando las contadoras públicas que quieren sacar adelante este proyecto de reforma de la Ley 43.
Con todos los argumentos sobre la mesa, se busca justificar la etapa de diagnóstico para luego llegar a la etapa prospectiva.
«Cuando tenemos un árbol de problemas proyectaremos una lluvia de ideas para que la profesión mejore», indica.
Garzón Laverde tiene claro que los contadores públicos deben ser un apoyo para los empresarios y emprendedores, para que reactiven sus negocios y, así, la economía del país.
María Victoria Martínez, secretaria técnica del comité, resalta que este proceso ha resultado importante y muy grato, por la interacción con los colegas a lo largo y ancho de Colombia.
«Esta actividad nos ha permitido cumplir con integrar el nivel nacional y los territorios. Se busca la consolidación documental, recoger las evidencias del trabajo que estamos realizando y que posteriormente será el sustento de nuestras propuestas», explica.
Para ella, la representación de las mujeres en la profesión es muy significativa, tanto en número como en cualidades y calidades. Por este hecho, «no podemos ser ajenas de ser parte de este gran proceso cuando estamos buscando el posicionamiento y reconocimiento de nuestra profesión», indica.
Destaca que muchas contadoras públicas vienen trabajando y analizando temas para presentar un proyecto de reforma y, posteriormente, proyectar qué se puede reinventar alrededor de la profesión.
«Se deben replantear conceptos como contaduría pública, revisoría fiscal, lo que son sus alcances; el Código de Ética ante los nuevos retos que tenemos como contadores; evaluar las competencias del profesional contable para ser garantes de nuestro actuar público».
También enfatiza en los derechos y responsabilidades de los contadores públicos, así como del revisor fiscal. Importante atención merece la estructura del gobierno de la profesión contable, la gobernanza como modelo ideal que necesitamos los contadores para lograr la unión gremial que nos hace falta.
«Debemos cambiar el chip, la profesión debe modernizarse, tener nuevos retos alrededor de la globalización y la tecnología, hacerles frente. Debemos conocer las nuevas herramientas de trabajo, el idioma, la forma de enseñanza. No podemos permitir que el contador asuma tantas responsabilidades, porque las podría llegar a descuidar, por culpa de esa misma acumulación de labores. Hay que alinear su actuar», concluye Martínez.