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¿Cómo adaptar el sistema pensional colombiano frente al desafío del envejecimiento?

Si no se modifica el diseño del sistema pensional colombiano, el envejecimiento incrementará fuertemente los déficits financieros de Colombia. Hoy, un importante número de trabajadores no alcanza el mínimo de años de contribución necesario para jubilarse. En el informe Los sistemas de pensiones y salud en América Latina. Los desafíos del envejecimiento, el cambio tecnológico […]

Fecha de publicación: 1 de noviembre de 2021
¿Cómo adaptar el sistema pensional colombiano frente al desafío del envejecimiento?
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Si no se modifica el diseño del sistema pensional colombiano, el envejecimiento incrementará fuertemente los déficits financieros de Colombia.

Hoy, un importante número de trabajadores no alcanza el mínimo de años de contribución necesario para jubilarse.

En el informe Los sistemas de pensiones y salud en América Latina. Los desafíos del envejecimiento, el cambio tecnológico y la informalidad, elaborado por el Banco de Desarrollo de América Latina –CAF–, se explica que los sistemas de pensiones son uno de los componentes de mayor magnitud económica dentro de los esquemas de protección social en las sociedades contemporáneas.

Estos tienen como objetivo permitir a las personas contar con ingresos luego del retiro y evitar situaciones de pobreza en la vejez, a cambio de realizar aportes durante la vida laboral.

En un contexto de envejecimiento, estos sistemas adquieren cada vez mayor importancia para el bienestar y para la sostenibilidad fiscal de los países.

En la región, indica el informe, coexisten países con sistemas pensionales donde predominan los componentes de reparto (Argentina, Brasil, Ecuador y Paraguay) y países con sistemas donde predominan los componentes de capitalización (Bolivia, Chile y México), además de aquellos con sistemas mixtos (Colombia, Costa Rica, Panamá, Perú y Uruguay).

Datos del informe revelan que 7 de cada 10 mayores de 65 años cobran una pensión en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, México, Panamá, Uruguay y Venezuela, pero solo los dos primeros países alcanzan niveles cercanos a la universalidad.

En Colombia, Costa Rica, Perú y Paraguay dicha proporción se ubica entre 5 y 6 de cada 10 adultos mayores. En El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana menos de un tercio de los adultos mayores reciben una pensión.

¿Por qué se presenta una baja cobertura pensional?

Sobre este interrogante se afirma lo siguiente en el informe:

La causa principal de la baja cobertura de las pensiones en la región es la baja proporción de trabajadores que realizan aportes al sistema de pensiones, en particular entre los cuentapropistas.

Por lo anterior, un importante número de trabajadores no alcanza el mínimo de años de contribución necesario para jubilarse, mínimo que además es demasiado elevado en varios de los países.

Ampliar la cobertura para las pensiones no contributivas

“en un contexto de alta informalidad, es fundamental contar con una amplia cobertura y con montos de pensiones no contributivas adecuados para disminuir la pobreza en la vejez”

Además, en un contexto de alta informalidad, es fundamental contar con una amplia cobertura y con montos de pensiones no contributivas adecuados para disminuir la pobreza en la vejez.

Estos montos son aún muy bajos en países como Colombia, donde también se debería evaluar, como una recomendación del CAF, una ampliación de la cobertura de este tipo de pensiones.

Colombia también presenta un elevado déficit financiero, asociado a los montos relativamente elevados de su componente de reparto y a una recaudación relativamente baja debida a la informalidad.

La publicación advierte que, de no modificarse el diseño de los sistemas de pensiones, el envejecimiento incrementará fuertemente los déficits financieros de Colombia.

Aspectos para considerar en una reforma pensional

Para la entidad, si se llega a discutir una reforma pensional, esta debe regirse por tres criterios:

  1. Que todos los adultos mayores cuenten con un ingreso mínimo, lo que en general implicará una expansión de la cobertura de las pensiones no contributivas.
  2. Que los aportes al componente contributivo sean obligatorios para todos los trabajadores, incluidos los cuentapropistas, y que dicho componente esté equilibrado financieramente e incentive a realizar aportes durante toda la vida laboral.
  3. Que las edades mínimas de retiro converjan en el estándar de los 65 años tanto para varones como para mujeres, y que los años mínimos de aporte no resulten excesivamente elevados.

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