Seleccionar inadecuadamente los integrantes de la junta directiva puede afectar directamente la rentabilidad y sostenibilidad del negocio.
Las juntas directivas constituyen la mente creativa y racional de la compañía; son quienes la dirigen y controlan.
Seleccionar inadecuadamente los integrantes de la junta directiva puede afectar directamente la rentabilidad y sostenibilidad del negocio.
Las juntas directivas constituyen la mente creativa y racional de la compañía; son quienes la dirigen y controlan.
El primer trimestre del año es trascendental para que las organizaciones establezcan las estrategias que serán la hoja de ruta para alcanzar los objetivos del negocio. Durante este proceso, la conformación de las juntas directivas es fundamental para una gestión eficiente del desempeño de una compañía.
Según la Supersociedades, de las 5.572 empresas consultadas por la entidad el 65,30 % cuenta con una junta, ya que su rol de dirección y control es cada vez más relevante para asesorar a la gerencia en la creación de las estrategias, así como en la aprobación de políticas, de información financiera y no financiera, etc.
Es así como la selección de los integrantes de una junta directiva debe ser minuciosa y exhaustiva, puesto que esta puede influir directamente en la rentabilidad y sostenibilidad de un negocio.
Margarita Maldonado, mánager de PageGroup afirma que “las juntas directivas constituyen la mente creativa y racional de la compañía; son quienes la dirigen y controlan, y cada día tienen más relevancia en empresas que requieren enfrentar retos como la sucesión de sus dueños y ejecutivos, así como la presión de las mega tendencias impuestas por la revolución industrial 4.0″.
Maldonado agrega que las juntas son decisivas en la capacidad de innovación, administración de crisis y generación de reputación en una compañía.
Pero, ¿qué se debe tener en cuenta para conformar una junta directiva eficiente, rentable y robusta? Desde el área de Page Executive de Page Group entregan las siguientes recomendaciones:
Determinar el contexto y la realidad de la compañía, de tal forma que se pueda establecer el tipo de miembros que se requieren en términos de experiencia, conocimientos y habilidades.
Evaluar la junta para establecer los puntos importantes para fortalecer o complementar con un nuevo miembro, así como aquellos aspectos que pueden afectar la adecuada toma de decisiones, o que estén impidiendo que sus integrantes alcancen el potencial requerido para generarle valor a la compañía.
La asesoría de un tercero es clave, ya que puede entregar una visión integral y global en términos de tendencias, disminuyendo los sesgos que originan los procesos de autoevaluación y brindando objetividad y formalidad al proceso de selección. Esto último, con el fin de atraer candidatos que agreguen valor y cumplan adecuadamente con el rol que les asigna la junta directiva.
El perfil requerido debe estar orientado a mejorar el desempeño de la junta y de la compañía, de manera que no solo se evalúe la experiencia y conocimientos técnicos del candidato, sino también su nivel de inteligencia emocional, estilo de liderazgo y competencias blandas de cara a la cultura, estrategia y momento de la organización.
También es importante analizar que quienes sean contemplados para la junta no tengan ningún tipo de conflicto de interés con la organización, y que cuenten con la disposición y medios para destinar el tiempo suficiente a agregar valor desde su rol.
Uno de los principales errores es no realizar una selección objetiva y remitirse simplemente a referencias de la red de contactos o a información reputacional.
No se debe evaluar únicamente su hoja de vida; también se debe indagar sobre otros aspectos, debido a que los miembros de junta deben ser disruptivos, innovadores y con facilidad para entender cómo la tecnología puede aportar o interferir en las decisiones del negocio.