Según Asobancaria, este tipo de población concentra una proporción importante de adultos jóvenes, quienes son económicamente inactivos, ya que muchos se encuentran realizando estudios de educación básica o superior. Adicionalmente, entre los que son activos, las tasas de desempleo son altas.
Según Asobancaria, este tipo de población concentra una proporción importante de adultos jóvenes, quienes son económicamente inactivos, ya que muchos se encuentran realizando estudios de educación básica o superior. Adicionalmente, entre los que son activos, las tasas de desempleo son altas.
Los niveles de acceso al sistema financiero formal no solo varían dependiendo del nivel de ruralidad de las personas en Colombia o de si estas están en las ciudades, la edad también tiene que ver con el tema. Así lo confirma la edición 1206 de Semana Económica de Asobancaria, titulada Estrategia de inclusión financiera en Colombia 2019-2022.
“La variable de edad también resulta ser un factor determinante a la hora de contar con un producto financiero. En efecto, mientras que los registros de ingreso al sistema financiero formal alcanzaron valores inferiores al 65 % para los jóvenes entre 18 y 25 años en junio de 2019, dicho registro, para los mayores de 26 años, asciende a niveles superiores al 80 %”, indica Asobancaria.
Los datos anteriores sugieren que, en promedio, se presenta una brecha cercana a los 20 puntos porcentuales en el nivel de acceso a los productos y servicios financieros por parte de la población centennial (jóvenes entre los 18 y los 25 años) y el resto de los grupos etarios.
En particular, el grupo poblacional entre los 41 y 65 años es el que más ingresa al sistema financiero, con un registro del 91,1 %, el cual supera en cerca de 8 puntos porcentuales a la cifra del total de la población (82,6 %).
Según Asobancaria, por un lado esta población se caracteriza por concentrar una proporción importante de jóvenes adultos con un carácter económicamente inactivo, dado que buena parte de ellos se encuentran realizando estudios de educación básica o superior.
Adicionalmente, entre el segmento económicamente activo, las tasas de desempleo que caracterizan a los jóvenes adultos en Colombia resultan comparativamente altas.
Según el Dane, la tasa de desempleo para los colombianos entre 14 y 28 años fue del 17,5 % al corte de julio de 2019, cifra que se encuentra 7,3 % por encima del registro del total de la economía a nivel nacional (10,2 %).
Un mayor nivel de desempleo se asocia con bajos niveles de ingresos, lo que limita la posibilidad de acceder a los productos del sistema financiero formal, en particular aquellos que corresponden al activo bancario.
“Estimaciones realizadas por Naciones Unidas para diferentes países del mundo establecen que los jóvenes tienen una probabilidad menor en 33 % de tener una cuenta de ahorros (en cualquier tipo de institución vigilada o no vigilada) en comparación con la población más adulta. En contraste, dicha cifra asciende al 44 % en el caso de los productos de ahorro formales para el universo de usuarios», indica el informe.
La evidencia internacional ha identificado una serie de factores que contribuyen a mejorar el acceso de la población joven a los productos financieros.
Asobancaria indica que, en materia de educación financiera, el país afronta una seria necesidad de fortalecer y ampliar sus políticas de alfabetización financiera encaminadas hacia la población más adulta, más joven y a los menores de edad.