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«Muchos trabajadores asalariados que perdieron su empleo se tendrán que reactivar en la informalidad»

Carlos Felipe Prada afirma que entre menos ocupados presente el mercado laboral, menores ingresos habrá en los hogares y los niveles de pobreza aumentarán.

Trabajadores asalariados, donde el 85 % de estos son formales, en un solo mes se perdieron casi un millón y medio de empleos.

Para él, llegó la hora que en Colombia se inicie un debate sobre los temas fiscales, pensionales y laborales.

Fecha de publicación: 26 de octubre de 2020 «Muchos trabajadores asalariados que perdieron su empleo se tendrán que reactivar en la informalidad»
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Carlos F. Prada afirma que entre menos ocupados presente el mercado laboral, menores ingresos habrá en los hogares.

Medio millón de empleos han perdido los trabajadores asalariados, donde el 85 % son formales.

Para él, es hora de que en Colombia se debata sobre temas fiscales, pensionales y laborales.

Carlos Felipe Prada, vicepresidente de Anif, habló sobre el desempleo y el comportamiento del mercado laboral en medio de la pandemia.

En nuestro espacio de #CharlasConActualícese, Prada dijo que la cuarenta surgió como una respuesta lógica, así como el aislamiento obligatorio, pero las consecuencias económicas han sido nefastas.

«Las cuarentenas y el aislamiento fueron golpes que nos tocó que soportar, porque hubo que preparar el sistema de salud para que el país no colapsara, todo con el objetivo de que a los médicos no les tocara decidir a quiénes iban a salvar, como estaba ocurriendo en Europa», aseguró.

Como consecuencia de lo anterior, en abril el país pasó por el peor mes de la historia en cuanto a la tasa de desempleo del país se refiere. La caída de la economía colombiana fue del 20 %, porcentaje que no se había observado nunca.

«Poco a poco, cuando la economía comenzó a tomar tracción, vimos los estragos que nos estaba dejando el confinamiento. Ni siquiera en las crisis por la que pasó el país en los años 90 se vieron estas cifras», narra.

Prada afirma que a medida que el Gobierno nacional dio luz verde para ir reactivando la economía, la situación fue mejorando. Los protocolos establecidos ayudaron a reactivar un poco la economía, inicialmente en la construcción y manufactura.

Él explica que el 25 % del PIB que se produce en Colombia pasa por Bogotá. Es así como las restricciones sectorizadas en esta ciudad generaron un fuerte golpe al mercado laboral y la actividad económica.

«Y lo que ocurrió fue que se presentó un retroceso. Por lo anterior, en un solo mes se perdieron más de 500.000 empleos», afirma.

Más desempleados, menos ingresos en los hogares

Una variable que es importante al analizar el mercado laboral es la cantidad de ocupados que tiene Colombia.

«Los ocupados cayeron a 19.7 millones en el mes de agosto, 2.4 millones de empleos menos respecto a 2019, lo que se traduce en menos ingresos en los hogares colombianos», explica Prada.

“con todavía 19 millones de ocupados, nos encontramos en los niveles de desempleo en los que estábamos diez años atrás”

Para el vicepresidente de Anif, es cierto que el nivel de empleo se ha venido recuperando; sin embargo, con todavía 19 millones de ocupados, nos encontramos en los niveles de desempleo en los que estábamos diez años atrás, lo que se refleja en la pérdida de ingresos, lo cual también se verá en el aumento de la pobreza.

«Si hay algo positivo en los últimos meses, es que la tasa de ocupación viene subiendo», indica Prada.

Trabajadores asalariados, los que mayores pérdidas han tenido

Frente a las cifras de desempleo para el sector de los inactivos (estudiantes, pensionados o personas que no buscan trabajo), estos llegaron casi a la cifra de 20 millones.

Prada explica que muchas personas que conservaban su empleo no iban a trabajar, y aunque no estaban desempleados, se catalogaban como inactivos.

Por su parte, respecto a los trabajadores asalariados, donde el 85 % de estos son formales, en un solo mes se perdieron casi un millón y medio de empleos.

«Esta cantidad de empleo será complicada recuperarla. Seguramente muchos que estaban en la formalidad tendrán que reactivar su actividad a través de la informalidad», explica.

Prada agrega que respecto al empleo que se está perdiendo, la gran mayoría es de calidad, lo que generará un hueco fiscal en el Estado.

En el sector donde más se ha observado destrucción de empleos ha sido el comercio, mientras que, por posición ocupacional, las mayores pérdidas se han concentrado en los trabajadores asalariados.

Además, entre marzo y agosto los ingresos de los hogares cayeron 24,1 billones de pesos (casi la nómina de un solo mes en el país), por lo que se han implementado medidas para la mitigación de pérdidas.

«El Gobierno nacional ha repartido 11 billones de pesos a septiembre de este año, a través de garantías por parte del Fondo Nacional de Garantías, devolución del IVA, giros extraordinarios para programas sociales, Ingreso Solidario, Paef, PAP, entre otras», dice.

Con todo esto, advierte Prada, no hay gobierno en el mundo que pueda darle recursos a las personas mientras están encerradas; por eso el impacto se ha sentido sustancialmente.

Hora de recuperar empleos

A la hora de hablar estrategias para lanzar el mercado laboral, Prada dice que la idea es que todos los sectores que se puedan abrir se abran, que las administraciones locales faciliten dicha reapertura.

«No nos debemos dejar tentar por las restricciones, porque eso es un impacto fuerte», advierte.

Explica que, con la aprobación del presupuesto general de la nación para el próximo año, 58 billones de pesos, la deuda crecerá, por lo que se necesitan planes que generen grandes proyectos, para así reactivar el empleo.

«Se necesita vía libre para grandes obras que generen crecimiento y empleos», dice.

Para él, llegó la hora de que en Colombia se inicie un debate sobre los temas fiscales, pensionales y laborales.

«Por una parte, se debe recaudar más, de forma equitativa; hay que preguntarse si se seguirán subsidiando las pensiones más costosas o no; pensar en la flexibilidad en el empleo, lo que se hace con el objetivo de que existan más personas empleadas de manera formal, no para precarizar el empleo, como se ha querido dar a entender», concluye.

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