El control interno es responsabilidad de la administración de la empresa o el negocio.
Surge como un sistema de gestión estratégico integrado por planes, métodos, principios, normas y procedimientos encargados de verificar y evaluar las actividades y operaciones desarrolladas en la organización.
El control interno es responsabilidad de la administración de la empresa o el negocio.
Surge como un sistema de gestión estratégico integrado por planes, métodos, principios, normas y procedimientos encargados de verificar y evaluar las actividades y operaciones desarrolladas en la organización.
Carlos Humberto Sastoque Maldonado explicó en #CharlasConActualícese que el control interno es un sistema de normas y procedimientos establecido para lograr los objetivos de una empresa, con la máxima eficiencia posible.
«La vigilancia del revisor fiscal, la cual debe ser constante y continua, busca que las situaciones queden bien, por lo que debe informar oportunamente sobre las irregularidades que se lleguen a presentar», indica Sastoque.
Los controles internos son responsabilidad de la administración de la empresa o el negocio.
«A un administrador o gerente le debe interesar que la empresa no tenga riesgos importantes; y si los tiene, que sean identificados y mitigados. Lo anterior, para alcanzar el objetivo del control», asegura Sastoque.
El control interno surge como un sistema de gestión estratégico integrado por un conjunto de planes, métodos, principios, normas, procesos y procedimientos encargados de verificar y evaluar todas las actividades y operaciones desarrolladas en la organización, así como la forma en que se administran la información y los recursos.
Como mínimo en el control interno deben existir objetivos estratégicos, de información financiera, de operaciones y de cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias. Veamos:
«Los anteriores objetivos son perfectamente compatibles con los objetivos de vigilancia que están bajo la responsabilidad del revisor fiscal, según lo ordena el artículo 207 del Código de Comercio –CCo– y las normas legales complementarias que aparecieron posteriormente», ilustra Sastoque.
Por lo anterior es fundamental que el revisor fiscal haga una amplia y eficiente evaluación del control interno existente en la empresa.
Sastoque explica que existen diversos aspectos que se deben evaluar dentro del control interno. Uno de ellos es el entorno o ambiente de control, todo lo que gira alrededor de la empresa (ambiente interno y externo). Los valores éticos de los propietarios, directivos y demás personal que hace parte del entorno o ambiente de control inciden notoriamente en la eficiencia de un sistema de control interno.
«También se debe considerar la organización administrativa de la empresa, sus niveles de autoridad, asignación de responsabilidades, la experiencia y competencia del personal y el grado de confiabilidad en cada uno de los directivos. Un revisor fiscal debe ser desconfiado», dice.
Se debe establecer un proceso de valoración del riesgo de la entidad. En este punto el revisor fiscal debe verificar, entre otros puntos, si existe un proceso de valoración de los diferentes riesgos a los que se puede ver expuesta la empresa, si ese proceso se aplica adecuadamente.
De igual forma, se debe analizar si con el proceso de valoración se logra que los riesgos se detecten oportunamente y que se puedan tomar las medidas correctivas necesarias. También, si los hallazgos de riesgos se utilizan para disminuir sus efectos y prevenir su ocurrencia en el futuro.
Cuando el revisor fiscal evalúe el proceso de valoración del riesgo por parte de la empresa, debería averiguar si se tuvieron en cuenta factores como: cambios en el entorno operativo, nuevas tecnologías, crecimiento rápido, al igual que contrataciones de personal de alta dirección y nuevos modelos de negocios, productos o actividad.