La tributación está recargada sobre las empresas (80 %), comparado con las personas naturales (20 %).
En países desarrollados, cerca de un 80 % – 85 % del recaudo del impuesto de renta proviene del gravamen a los hogares y personas.
Recaudo se ha mantenido alrededor del 14 % del PIB los últimos años.
La tributación está recargada sobre las empresas (80 %), comparada con las personas naturales (20 %).
En países desarrollados, cerca de un 80 % – 85 % del recaudo del impuesto de renta proviene del gravamen a los hogares y personas.
El recaudo se ha mantenido alrededor del 14 % del PIB los últimos años.
En su comentario económico del 12 de agosto de 2020, titulado De demandas y reformas al Estatuto Tributario, Anif indica que en los últimos años Colombia logró importantes avances en materia tributaria, al adoptar elementos de carácter estructural, según algunas de las recomendaciones de la OCDE y de otros expertos.
Entre esos elementos se destacan:
«Sin embargo, es claro que, a pesar de los recientes avances, seguimos lejos de un esquema tributario que garantice un recaudo suficiente para las necesidades del país, que sea más equitativo y eficiente», indica Anif.
En efecto, el recaudo tributario se ha mantenido alrededor del 14 % del PIB durante los últimos años, quedándose corto frente a la meta del 16 % – 17 % del PIB que hoy se observa en promedio en América Latina. Adicionalmente, se tienen factores que agravan la situación, tales como:
La tributación directa en Colombia continúa fuertemente recargada sobre las personas jurídicas (alrededor del 80 % del total), comparado con las personas naturales (solamente el 20%), tendencia opuesta a lo que se observa en el resto del mundo y a lo que recomienda la teoría económica.
«Lo anterior, porque la tributación empresarial afecta la competitividad del país y tiene implicaciones negativas sobre los niveles de inversión y generación de empleo, lo que termina perjudicando en mayor medida a la población de menores ingresos, tal y como lo ha demostrado la evidencia en Colombia, donde, además, el problema se agrava por la presencia de altos impuestos a la nómina destinados a financiar porciones importantes de la política social», analiza Anif.
En los países desarrollados cerca de un 80 % – 85 % del recaudo del impuesto de renta (que llega al 10 % – 12 % del PIB) proviene del gravamen a los hogares y personas y solo un 15 % – 20 % proviene de las firmas. Y esto incluye a países que frecuentemente son utilizados como ejemplo de buenas políticas tributarias y de equidad, como los nórdicos, Inglaterra y Alemania, ilustra el comentario económico.
Con los anteriores factores, «es evidente que el Estatuto Tributario de Colombia requiere de reformas profundas y detalladas, que cumplan con los principios de progresividad, equidad y eficiencia», publica Anif.
Al tiempo, es clave revisar detenidamente las disposiciones en materia de gasto público, ya que el sistema fiscal debe entenderse como el conjunto del ingreso y del gasto público.
Desafortunadamente, los ítems más grandes de gasto en Colombia, en particular el gasto pensional derivado del régimen de prima media, son bastante regresivos.
Así las cosas, «en Anif consideramos que la solución a los retos fiscales no pasa por declarar la inconstitucionalidad del Estatuto Tributario, según lo demandado recientemente por un grupo de destacados economistas y abogados. De manera acertada, la Corte Constitucional decidió inadmitir esa demanda».
Para la entidad, este tipo de debates debe darse dentro de la institucionalidad, a través del Congreso de la República, con el debate político y democrático que allí se genera.
«No olvidemos que nuestros pilares democráticos descansan sobre la separación de poderes y, por tanto, el Legislativo es el que deberá promover un debate amplio y libre de cualquier sesgo que nos lleve a la construcción de un sistema tributario que se enfoque en lograr mayor recaudo, equidad y eficiencia. Allí está la posibilidad de seguir reduciendo la pobreza y avanzar en la búsqueda de mayor equidad», recalca Anif.