La definición de activo de la sección 2 – “Conceptos y principios fundamentales” del Estándar para Pymes permite conocer las condiciones que debe cumplir una partida para calificar como tal. En este editorial explicamos cuáles son estas condiciones y la forma en que deben evaluarse.
La definición de activo de la sección 2 – “Conceptos y principios fundamentales” del Estándar para Pymes permite conocer las condiciones que debe cumplir una partida para calificar como tal. En este editorial explicamos cuáles son estas condiciones y la forma en que deben evaluarse.
El párrafo 2.15 del Estándar para Pymes define como activo a “un recurso controlado por la entidad como resultado de sucesos pasados, del que la entidad espera obtener, en el futuro, beneficios económicos”. En esta definición podemos encontrar las condiciones que deben cumplirse para que una entidad reconozca un recurso como un activo, y de la misma forma reconozca en qué momento una partida deja de cumplir con la definición.
En la primera parte de la definición se lee que un activo es “un recurso controlado por la entidad”, por lo cual el control es el primer elemento que debe determinarse sobre el recurso que se está evaluando. En el siguiente video, nuestro investigador Juan David Maya, certificado en NIIF Plenas por el ICAEW, entrega una serie de ejemplos que nos permitirán determinar más fácilmente cuándo hay o no indicadores de control.
El control está relacionado con la capacidad de la entidad de utilizar el activo, bien para su operación o para venderlo, usufructuarlo, regalarlo o deshacerse de él, si es el caso. El control no está siempre relacionado con la utilización o la propiedad del activo. Siempre deben evaluarse las condiciones particulares de cada elemento, entre ellas, por cuánto tiempo se puede utilizar el activo, si se tiene que pagar por su uso a un tercero, si se debe devolver el activo al cumplimiento de cierto término, entre otras condiciones. Este es el caso, por ejemplo, de los activos recibidos o entregados en comodato.
Los beneficios económicos de un activo se refieren a su capacidad de generar flujos de efectivo o equivalentes para la entidad. Dichos flujos pueden generarse por la utilización directa del activo, como es el caso de la maquinaría, los muebles y las edificaciones de la propiedad planta y equipo, que permiten la generación de beneficios económicos, pues permiten la producción de los bienes o la prestación de los servicios, los cuales, a su vez, generan los ingresos de la entidad; o bien, los beneficios económicos pueden generarse por la disposición del activo, es decir, por su venta. Este es el caso de la mercancía adquirida para su posterior venta, o de la misma propiedad, planta y equipo que podría venderse y obtenerse beneficios económicos de ello.
En ocasiones la evaluación de los beneficios económicos es difícil de realizar, porque existen partidas que, pese a cumplir con la definición de activos, no pueden clasificarse como tal. Este podría ser el caso de una cosedora que cumple con la definición propiedad, planta y equipo, puesto que se utiliza para el apoyo administrativo de la entidad, se puede utilizar por un período superior a un año, pero no se puede reconocerse como un activo, porque al momento de su disposición no traería beneficios económicos a la entidad, debido a su bajo valor.
El párrafo 2.16 del Estándar para Pymes explica que la expectativa de que los beneficios económicos futuros fluirán a una entidad o desde ella debe ser suficientemente certera como para cumplir el criterio de probabilidad antes de que se reconozca un activo o un pasivo.
Solo pueden reconocerse en los estados financieros los activos que puedan medirse con fiabilidad. Por ende, si este criterio no se cumple, la partida debe revelarse en notas a los estados financieros, pero no incluirse con una medición que pueda sobrevalorar o subestimar el importe de los activos. Este es el caso, por ejemplo, de las marcas generadas internamente, que no pueden reconocerse porque generalmente no es posible determinar el valor por el cual pueden venderse.
Los criterios de interpretación de los Estándares Internacionales señalan que los requerimientos específicos de las normas invalidan lo dispuesto en el marco conceptual de los Estándares Internacionales, para el caso de las entidades que aplican el Estándar Pleno, o de la sección 2 – Conceptos y principios fundamentales para el caso de entidades que apliquen el Estándar para Pymes. Esto quiere decir que si una partida cumple con las condiciones de control y de generación de beneficios económicos, no podrá reconocerse como un activo si una norma específica requiere lo contrario.
Un ejemplo de lo anterior son los costos de desarrollo de los intangibles que cumplen con la definición de activo, pero que deben reconocerse como un gasto por la disposición específica de la sección 18 del Estándar para Pymes. De ahí que la evaluación de la definición de activo siempre deba evaluarse en conjunto con los criterios de requerimiento de cada una de las secciones del estándar en mención.