«Contratación por horas abre la posibilidad para que empleadores no reconozcan prestaciones sociales»

Para Susana Correa, en los países donde se implementó la contratación por horas los empleadores están evitando el pago de primas, cesantías y demás prestaciones para los empleados.

Sería sinónimo de retroceso en los derechos laborales ya adquiridos por los trabajadores colombianos.

Susana Correa Acebedo, especialista en Derecho de la Seguridad Social, magíster en Derecho Internacional con énfasis en Derecho Comercial, Inversiones y Arbitraje de la Universidad de Heidelberg, y abogada de OCH Group, afirma que establecer un salario mínimo por regiones, desde el punto de vista jurídico, no es posible.

¿Qué tan viable sería discutir en Colombia la posibilidad de un salario diferencial por regiones como lo sugiere Fenalco?

En el papel es una propuesta viable, toda vez que lo que pretende es que aquellas ciudades menos productivas en el país tengan salarios mínimos más bajos; y viceversa, las ciudades más productivas del país tengan salarios mínimos más altos, teniendo esto a su vez un efecto en la economía, ya que las ciudades más productivas tienden a tener un costo de vida más alto, y generando la formalización del empleo, que es el principal objetivo de dicha propuesta.

Sin embargo, a pesar de lo anterior, considero que desde el punto de vista jurídico no sería posible por la variación hacia abajo del salario mínimo legal mensual vigente por el principio de no regresión de los derechos laborales, así como otras normas y providencias de la Corte Constitucional existentes respecto del salario mínimo, que no permitirían que el salario se quede estático y que obligan a que este se incremente por encima de la inflación.

¿Es hora de cambiar la forma de negociar el salario mínimo en Colombia, es decir, la fórmula que se utiliza?

Sí. Considero que con la fórmula actual se deja por fuera a todos aquellos que trabajan en la informalidad en Colombia, que según las cifras del Dane superan de hecho en número a aquellos que son empleados formales.

Creo que es hora de poner sobre la mesa los intereses de todos aquellos que intervienen en el mercado laboral colombiano, y no solo los de aquellos que cuentan con un contrato de trabajo, ya que la realidad nos ha mostrado que estas personas mueven las empresas diariamente sin tener voz y voto en los temas trascendentales como este.

¿Qué tal suena la idea de la contratación por horas como una medida de flexibilización laboral?

Para mí es un retroceso en los derechos laborales ya adquiridos por los trabajadores colombianos, teniendo en cuenta que les abre la posibilidad a los empleadores para no reconocer las prestaciones sociales y habría una disminución sustancial de la cotización en el área de la seguridad social.

En la mayoría de los casos que han implementado este modelo se demuestra que las empresas no llegan a contratar el mínimo de horas necesarias al trabajador para contraer con este una obligación a pagar primas, cesantías, intereses, entre otros, y que ayuda además a que este tipo de trabajadores deban trabajar más horas de las establecidas en la jornada legal ordinaria.

¿Es una propuesta que jugaría en contra del bienestar de los trabajadores?

Definitivamente, abriría las puertas para que no haya un mínimo semanal en la cotización. Además, es un patrocinador de figuras como el piso mínimo de protección social, que trae algunas figuras que pueden ser útiles, pero que sin dudas fomenta la no inclusión en el sistema general de seguridad social, afectando no solo la posibilidad de pensión a futuro, sino lo actual, ya que ambos regímenes son solidarios.

¿Jugaría a favor de los empleadores que buscan reducir los costos laborales?

A mi parecer sí, ya que donde se ha implementado esta figura debe haber un mínimo de tiempo para que el trabajador tenga derecho a sus prestaciones sociales, y por lo tanto se podría contratar por menos de horas generando ese vacío.

La reforma laboral vuelve al ruedo. ¿Qué necesita Colombia para que tanto trabajadores como empleadores ganen?

Se deben discutir opciones de formalidad para quienes devengan menos de un salario mínimo en condiciones de igualdad, baja de contribuciones a entidades del Estado y regulación de nuevas realidades laborales como el trabajo remoto, trabajo en casa, trabajo flexible, entre otras.

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