Para Olson Ortiz, la revisoría fiscal podría cambiar de nombre, pero las capacidades de asesor y de análisis del revisor seguirán siendo necesarias.
Adopción de Estándares Internacionales llevó a la necesidad de implementar Normas de Aseguramiento de la Información en el trabajo del revisor fiscal.
Para Olson Ortiz, la revisoría fiscal podría cambiar de nombre, pero las capacidades de asesor y de análisis del revisor seguirán siendo necesarias.
Adopción de Estándares Internacionales llevó a la necesidad de implementar Normas de Aseguramiento de la Información en el trabajo del revisor fiscal.
Olson Ortíz Tovar, presidente del comité del departamento del Atlántico, y quien se encuentra trabajando en la reforma a la revisoría fiscal en Colombia, afirma que la modernización implica una reestructuración necesaria de aspectos puntuales de la revisoría fiscal.
«La revisoría fiscal ha sido desdibujada en gran medida de su función principal, como lo es servir de garante de los intereses de los «stakeholders» de la empresa», afirma.
Para este contador público experto en Normas Internacionales de Información Financiera, tributación y operaciones cambiarias, al caer la cortina de la pandemia y el confinamiento se evidenció la gran necesidad de actualizar y sistematizar muchos procesos de auditoría y de certificación.
«Incluso, la misma Dian se vio obligada a dirigir sus esfuerzos y establecer su confianza en los datos informáticos, que de ser meras fuentes de información han pasado a ser puntos base de revisiones y chequeos de control», opina.
Lo anterior es un pequeño ejemplo de la realidad actual en el ejercicio de la revisoría fiscal colombiana, lo que innegablemente lleva a considerar sus efectos significativos en el ejercicio de las funciones de los equipos de trabajo, que pasaron de manejar documentos físicos a analizar bases de datos de registros informáticos.
Para él, la revisoría fiscal quizás podría cambiar de nombre, pero la figura de un asesor de gerencia, con habilidades numéricas, capacidad de análisis financiero y experticia administrativa y operativa siempre será considerado altamente conveniente para los consejos directivos, juntas de socios, asambleas de accionistas y cualquier otro órgano de administración que deba tomar decisiones sobre activos y recursos, sobre acreencias y otras obligaciones, y especialmente sobre el rumbo de los negocios que dirigen.
Alrededor de las propuestas que se vienen discutiendo en las comisiones conformadas a nivel nacional, Ortiz Tovar afirma que la adopción de las Normas Internacionales de Información Financiera por parte de nuestro país condujo de forma indirecta a la inevitable necesidad de implementar las Normas de Aseguramiento de la Información Financiera dentro del trabajo del revisor fiscal.
«Dentro de estas se incluye el Código de Ética de la IFAC como fuente sustancial de definición de criterios y prácticas profesionales a realizarse en el desempeño de las funciones de los contadores que ejercen este tipo de labores de revisión y auditoría», indica.
Como parte de las nuevas exigencias se mencionan reiteradamente la experiencia y la experticia profesional para poder dictaminar sobre reportes financieros y otorgar a los mismos la confianza que requiere la fe pública.
En la práctica, ha sido posible observar importantes oportunidades de mejora en estos aspectos, que a su vez han llevado a la formulación de propuestas puntuales, como la creación de dos categorías para la licencia que permite el ejercicio de la contaduría pública en Colombia; una que otorgue derecho a ejercer la profesión de forma privada como empleado en las empresas, y otra renovable mediante examen de suficiencia cada cinco (5) años y que permita dar fe pública a la sociedad.
José Manuel Restrepo, ministro de Comercio, desde un principio se ha mostrado a favor de modernizar, teniendo en cuenta los Estándares Internacionales y la revisoría fiscal en el país, siempre y cuando todo el gremio contable nacional llegue con una propuesta única.
«En varias de las sesiones de discusión y estudio que se realizan para dialogar los aspectos a reformar en la revisoría fiscal, está confirmada la participación de representantes del ministerio, quienes realizan importantes observaciones y valiosas recomendaciones dentro de su activo acompañamiento al proceso», describe Ortiz Tovar.
Para finalizar, resalta que la respuesta de la comunidad contable frente a esta propuesta de participación democrática ha sido muy positiva.
«La asistencia a las reuniones de los comités se ha visto siempre completa y es admirable el compromiso de cada uno de los participantes, que con sus muy acertados comentarios y visionarias propuestas permiten proyectar un resultado que incluso exceda las más altas expectativas respecto al proceso», resalta.