Entre los principios introducidos para determinar si la deuda u otros instrumentos deberían clasificarse como un pasivo no corriente están: la responsabilidad contractual se liquidará en más de un año, y la entidad tiene derecho a diferir la liquidación del pasivo por un período superior a un año.
Entre los principios introducidos para determinar si la deuda u otros instrumentos deberían clasificarse como un pasivo no corriente están: la responsabilidad contractual se liquidará en más de un año, y la entidad tiene derecho a diferir la liquidación del pasivo por un período superior a un año.
El 12 de septiembre de 2019 la Junta de Normas de Contabilidad Financiera (FASB, por sus siglas en inglés) emitió una propuesta de actualización de normas de contabilidad, con el objetivo de mejorar la orientación utilizada para determinar si la deuda debe clasificarse como un pasivo corriente o no corriente en un balance clasificado.
La entidad hizo un llamado a los profesionales contables que estén interesados en revisar y comentar la propuesta, para que lo hagan a más tardar el 28 de octubre del año en curso.
«La propuesta de actualización de normas de contabilidad incorpora los comentarios de las partes interesadas, incluidas las empresas privadas, sobre nuestra propuesta anterior para mejorar esta área de información financiera», dijo el presidente de FASB, Russell G. Golden, quien a su vez explicó que: «Con estas revisiones, el FASB cree que la propuesta de actualización de normas de contabilidad aclara aún más la orientación para la clasificación del balance de la deuda, y proporcionaría información más coherente y transparente a los usuarios de los estados financieros».
En enero de 2017 el FASB emitió su primera propuesta sobre el proyecto, la cual contenía disposiciones para reemplazar la orientación actual específica, por hechos con un principio general y cohesivo, para determinar si la deuda u otros instrumentos dentro del alcance de la propuesta deben clasificarse como pasivo corriente o no corriente a la fecha del balance.
Gran parte de la orientación de esta propuesta revisada es similar a la original de 2017, sobre la cual la FASB ha recibido numerosos comentarios. Sobre la base de los aportes recibidos de las partes interesadas, la entidad agregó los requisitos propuestos relacionados con los acuerdos de financiación a largo plazo no utilizados, como una línea de crédito y períodos de gracia.
Como prioridad, la propuesta dispone la reducción de la complejidad en los principios que determinan si la deuda u otros instrumentos deberían clasificarse dentro del pasivo corriente o no corriente, proporcionando, a su vez, información más consistente y transparente a los usuarios sobre la naturaleza y los tipos de acuerdo de deuda.
De la mano de lo anterior, este tipo de enmiendas reducirían el costo y la complejidad para los preparadores, pero en la misma proporción requerirían divulgaciones integrales sobre las formas de deuda.
Algunos de los principios introducidos para determinar si la deuda u otros instrumentos se deberían clasificar como un pasivo no corriente son los siguientes:
La propuesta revisada refleja y busca comentarios sobre estos cambios, así como sobre los costos y beneficios esperados de las enmiendas propuestas.