Para Fedesarrollo, se deben crear incentivos y condiciones para que las mujeres accedan a los mismos trabajos que los hombres.
Por el COVID-19 existen situaciones que afectan específicamente a las mujeres.
Es importante el enfoque en la economía del cuidado, segmento que puede equivaler al 20 % del PIB.
Para Fedesarrollo, se deben crear incentivos y condiciones para que las mujeres accedan a los mismos trabajos que los hombres.
Por el COVID-19 existen situaciones que afectan específicamente a las mujeres.
Es importante el enfoque en la economía del cuidado, segmento que puede equivaler al 20 % del PIB.
Las mujeres representan actualmente alrededor del 40 % de la fuerza laboral. Sin embargo, sus tasas de participación y de ocupación en el mercado laboral son consistentemente menores a las de los hombres. Es más, la tasa de desempleo femenino es actualmente 8,5 puntos porcentuales –pp– por encima de la de los hombres.
Fedesarrollo, en el artículo titulado El mercado laboral femenino en Colombia, una historia de inequidades, publicado en Tendencia Económica el 30 de septiembre de 2020, reconoce los avances del mercado laboral colombiano en términos de inclusión de las mujeres. Sin embargo, hay problemas que se deben solucionar con prontitud, ya que afectan no solo a quienes participan en el mercado laboral, sino a las futuras generaciones de mujeres.
«Es necesario redistribuir las actividades de la economía del cuidado; garantizar el acceso igualitario a cargos de poder e incentivar la igualdad de oportunidades laborales. En términos de las medidas urgentes para mitigar el deterioro del empleo femenino, la apertura de jardines y colegios con medidas de prevención de contagio de COVID-19 serán fundamentales para incrementar su participación efectiva en el mercado de trabajo», indica la entidad.
En medio de la pandemia del COVID-19 se han presentado situaciones que afectan específicamente a las mujeres, particularmente a las cuidadoras. Esto lo ejemplifica Fedesarrollo con el cierre de colegios y jardines, al decir:
«Por un lado, son 481.247 las mujeres que viven con un niño menor a 10 años y 771.592 las mujeres que viven con un joven menor de 18 años, lo que significa una carga significativa de tareas del cuidado durante el periodo de confinamiento establecido por el Gobierno nacional».
La reapertura de las instituciones educativas resulta fundamental para reactivar el mercado laboral de las mujeres en Colombia. Así, las mujeres liberarían el tiempo que dedicaron durante meses a cuidar de sus hijos mientras estaban en la casa, labor que implicaba responsabilidades adicionales a las que tenían antes de la pandemia en términos de nutrición, soporte emocional y apoyo.
Como consecuencia de lo anterior, la disponibilidad de que las madres realicen otro tipo de trabajo aumentaría, incluso ayudaría a que puedan recuperar su estatus laboral.
Las estrategias que se han venido implementando para mitigar la crisis incluyen programas de apoyo social, la reapertura gradual de establecimientos comerciales, propuestas de flexibilización laboral y de generación de empleo.
«Aunque lo anterior podría contribuir a aligerar las sobrecargas a las mujeres producidas por la pandemia, es necesario que hacia adelante se acelere la implementación de acciones con enfoque de género, desde las políticas de reactivación económica hasta los planes de desarrollo territorial, los mecanismos para promover el emprendimiento y los programas de restructuración del cuidado», aconseja Fedesarrollo.
Respecto a las medidas a largo plazo, es importante garantizar la igualdad de género en el mercado de trabajo, creando los incentivos y las condiciones para que las mujeres puedan acceder a los mismos trabajos que los hombres, sin importar el sector productivo, la región del país o las características individuales, como si son solteras o madres.
«Lo anterior implica cambios estructurales que van más allá de reformas laborales y tienen que ver con temas de educación y arraigo cultural, donde se eliminen estereotipos de género para las labores que pueden desempeñar las mujeres», resalta Fedesarrollo.
También resulta necesario enfocarse en la economía del cuidado, segmento de la economía que puede equivaler al 20 % del PIB de Colombia, por encima de sectores tradicionales como el comercio (18 % en 2019) y la industria (11 % en 2019).
«Adicionalmente, las actividades de la economía del cuidado recaen en su mayoría sobre mujeres, lo que exacerba la desigualdad de género tanto en el hogar como en el trabajo», se explica en el informe.
Existe una cantidad importante de mujeres que realizan trabajos no remunerados monetariamente que involucran el cuidado de terceros, el aseo de la casa o la alimentación del hogar, lo que implica que las mujeres tengan menos tiempo disponible para el ocio o para dedicarse a actividades por las que puedan recibir remuneración o capacitación.
Los retos que enfrenta el Gobierno nacional para abordar la economía del cuidado implican, a su vez, tareas en términos de visibilidad e igualdad para las mujeres en el mercado laboral colombiano.
«Por ejemplo, en países como Canadá, Suecia y República Checa, se han desarrollado políticas fiscales que buscan promover la equidad de género. Estas incluyen inversiones en educación e infraestructura o la extensión de licencias de paternidad pagas. De acuerdo con el FMI, estas estrategias han permitido cerrar las brechas de género en educación, en particular secundaria y terciaria en países de ingreso bajo, y han aumentado las oportunidades para las mujeres en el mercado laboral, especialmente en cargos directivos», describe Fedesarrollo.