Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Para Adrián Garlati, en el caso de los jóvenes, el mercado laboral muestra una preferencia por trabajadores mayores.
Iván Jaramillo dice que para que las mujeres no se vean tan afectadas por el desempleo, se debe aumentar el período de licencia de paternidad y la inclusión de políticas públicas.
Según los más recientes datos de desempleo dados a conocer por el Dane, indican que para el mes de julio la cifra fue de 20,2 %, pero si se observan con lupa las cifras para el mercado juvenil (personas ocupadas con edades entre los 14 y 28 años, según la entidad), el panorama es mucho más preocupante.
La tasa de desempleo nacional enfocada a los jóvenes se elevó 12,2 puntos porcentuales entre mayo, junio y julio, y alcanzó el 29,7 %. Hace un año, en este mismo trimestre la cifra era de 17,5 %. 4,29 millones de jóvenes hoy tienen empleo vs. los 5,69 de hace un año.
Al hablar por sexos, hace un año los hombres presentaban una tasa de desocupación del 13,9 %; hoy se incrementó en 10,2 puntos porcentuales y el desempleo juvenil masculino llegó a 24,1 %. Para las mujeres, la cifra es más crítica, ya que el dato llegó a 37,7 %.
Iván Daniel Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario afirma en entrevista con Actualícese que el desempleo juvenil corresponde a una problemática mundial del sistema de relaciones laborales, que en Colombia supera ostensiblemente la tasa nacional de desempleo, y que la pandemia se ha encargado de profundizar el problema.
«Los principales factores de disfuncionalidad están asociados a la ausencia de pertinencia y calidad de la relación sistema educativo – mundo laboral, y la demanda de políticas activas de validación de experiencia para el acceso al denominado primer empleo», afirma Jaramillo.
Para él, los programas que ha impulsado el Gobierno, como normas para homologar experiencia en prácticas y con canales de acceso al trabajo para los jóvenes, han ganado relevancia.
Sobre cómo se han visto afectadas las mujeres, Jaramillo afirma que es necesario rediseñar la regulación laboral, aumentando los períodos de licencia de paternidad de obligatorio disfrute y la inclusión de políticas públicas de quiebre del denominado «techo de cristal».
«Este impide la progresión en la carrera profesional sin perjuicio del reconocimiento de las actividades de cuidado, como trabajo merecedor de protección en el diseño de políticas públicas de realización del mandato constitucional de la equidad», explica Jaramillo.
Adrián Garlati, docente de la Universidad Javeriana, indica en Portafolio que es una tendencia que viene desde hace un tiempo, con la incertidumbre y la cuarentena claramente los primeros en sufrir son los jóvenes y las mujeres.
«En el caso de los jóvenes, el mercado muestra una preferencia por trabajadores mayores. El empleador generalmente, al tener que elegir entre una persona joven y otra más adulta, tiene una disyuntiva en la que considera la experiencia, y como supone menos incertidumbre, opta por el que tiene más edad”, explica.
Los países miembros de la OCDE también han visto cómo los jóvenes son los más afectados por la pandemia.
Aunque el desempleo entre los menores de 25 años bajó 0,6 puntos en julio, se ubica en el 16,2 por ciento. Lo anterior indica más del doble que el índice de desempleo global (7,7 %) y aún más que el 6,7 % entre los mayores de 25 años.
Además, las cifras globales de la OCDE indican que el descenso del desempleo de julio afectó más a las mujeres, entre las que bajó dos décimas porcentuales (del 8,4 al 8,2 %), mientras que entre los hombres recortó tres décimas (del 7,7 al 7,4 %).
En su más reciente informe anual sobre el empleo, publicado el 7 de julio de 2020, la entidad advertía que este año cerraría con niveles muy superiores de desempleo a los de la crisis financiera de 2008.
La OCDE preveía en ese informe que el desempleo seguiría una racha ascendente en los últimos meses del año, que cerraría en el 9,4 %, debido a una caída sin precedentes del PIB del 7,5 %.
Eso sí, lo anterior, mientras no se presente un rebrote global del COVID-19 antes de fin de año, lo que agravaría más la situación económica, con una caída aún mayor del PIB y su impacto en el empleo.
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