Para Gherson Grajales los contadores públicos carecen de las habilidades blandas necesarias en la profesión y desde la academia se hace poco respecto a este tema.
Para César Martínez, la tecnología es un reto que estamos afrontado los contadores públicos y quedarnos al margen de esta ya no es posible.
Para Gherson Grajales los contadores públicos carecen de las habilidades blandas necesarias en la profesión y desde la academia se hace poco respecto a este tema.
Para César Martínez, la tecnología es un reto que estamos afrontado los contadores públicos y quedarnos al margen de esta ya no es posible.
Gherson Grajales, contador público, presidente del Comité de Regulación de la Ley 43 de 1990 por el Valle del Cauca, habló en #CharlasConActualícese sobre la relevancia de las habilidades blandas en el desarrollo profesional del contador público. Desde su punto de vista:
Las competencias laborales blandas son aquellas relacionadas con los factores emocionales, interpersonales y sociales, también conocidas como competencias socioafectivas, las cuales permiten a las personas desenvolverse correcta y eficientemente en sus ambientes de trabajo.
Advierte que los contadores públicos carecen de estas y desde la academia se viene haciendo poco al respecto, por lo que se deben buscar otros canales y así profundizar en las habilidades blandas.
Para él, si los contadores públicos no tenemos unas buenas competencias blandas, tendremos dificultades y limitaciones en nuestro desempeño laboral, ya que esto afecta el clima y la cultura organizacional.
Frente a este tema, Emanuel Conde, contador público, auditor y docente de programas de Administración de Empresas y Contaduría Pública de Unicatólica, afirma que llegó la hora de tener en cuenta las Normas Internacionales de Educación para contadores públicos y su formación, y aplicarlas en el país. Cree que «es hora de hacer un proceso de transición a las Normas Internacionales de Educación, lo que en este momento no está ocurriendo».
Dice que el contador público deberá recibir una educación en el desarrollo de aquellas competencias necesarias para cuando esté ejerciendo.
Para Grajales hay un número importante de profesionales formados en diferentes disciplinas del conocimiento y hay empresas que han adoptado sus propios Estándares Internacionales de buenas prácticas en la búsqueda de los profesionales:
Muchas veces una organización no busca que un futuro empleado cuente con experiencia, pero que sí tenga una idea de lo que se está hablando. En esa competencia expresiva le dicen que no interesa que no cuente con experiencia, sino que la misma empresa que lo contrata lo forma.
Lo más importante hoy para las empresas es que el profesional tenga la competencia socioafectiva proveniente de la infancia y el proceso de formación en el colegio y la universidad. «En esto se basan los procesos de selección de personal y muchos profesionales no son escogidos si carecen de esta competencia», advierte Grajales.
Por su parte, César Augusto Martínez, presidente del Tribunal Disciplinario de la Junta Central de Contadores, explica que «a veces dejamos de lado la parte humana del contador público. La constante actualización y procesos en los que nos vemos involucrados a diario nos saturan».
Martínez destacó en #CharlasConActualícese: la tecnología es un reto que hemos afrontado los contadores públicos. Estar al margen de la tecnología ya no es posible.
Se viene una cantidad de innovaciones y procesos tecnológicos que hay que saber afrontar y aprender porque se suplirán las actividades del contador.
Debido a lo anterior, debemos cambiar el chip. Como personas y profesionales debemos acomodarnos a la actualidad tecnológica, enfocarnos en las nuevas tecnologías, pensar en temas como el big data.
A Martínez le sorprende que hoy en día muchos revisores fiscales insisten en la necesidad de estar en una oficina para revisar los documentos. «La pandemia nos propuso un cambio, un cambio para mejorar», expresa.