Microcréditos son por lo general el primer vínculo de pequeñas empresas con el sistema financiero.
En la etapa de descubrimiento de una empresa, la principal fuente de recursos es el capital semilla.
El Fondo Emprender dispone este año de un presupuesto de $103.748 millones para apoyar a 964 empresas.
Microcréditos son por lo general el primer vínculo de pequeñas empresas con el sistema financiero.
En la etapa de descubrimiento de una empresa, la principal fuente de recursos es el capital semilla.
El Fondo Emprender dispone este año de un presupuesto de $103.748 millones para apoyar a 964 empresas.
La falta de acceso a financiamiento, en especial de mediano y largo plazo, es una de las principales dificultades para el desarrollo empresarial y para la formalización. En Colombia, 22,7 % de las empresas identifica el acceso a financiación como su mayor obstáculo para el crecimiento y la inversión, comparado con 17,5 % en América Latina.
El Consejo Privado de Competitividad ‒CPC‒ en su Informe Nacional de Competitividad 2019-2020, describe dos fuentes de financiación con las que cuentan las personas que están pensando en tener negocio propio.
Los microcréditos son usualmente el primer vínculo de pequeños productores y empresas con el sistema financiero. «Sin embargo, por lo general los montos son insuficientes, y las tasas, elevadas, por lo que no cubren plenamente las necesidades de los emprendedores, aunque pueden brindar información sobre el comportamiento de las pequeñas empresas frente al crédito», indica el informe.
En Colombia, el volumen de microcréditos ha crecido de manera significativa en la última década. En 2009, la cartera bruta fue de $3,8 billones constantes de 2008, y en 2018 pasó a $8,8 billones, lo que implica un crecimiento anual promedio de 18,1 %.
No obstante, esta modalidad sigue siendo muy pequeña: entre 2009 y 2018 pasó de 2,3 % a 2,7 % del total de la cartera. Según la Encuesta sobre la situación actual del microcrédito en Colombia, que realiza trimestralmente el Banco de la República, los sectores con mayor acceso al microcrédito son comercio y servicios.
Por su parte, los sectores agropecuario, construcción y comunicaciones tienen menor acceso, ya que se perciben de mayor riesgo por rentabilidad baja y dificultad para identificar buenos clientes.
Durante el 2018 la cartera tuvo un bajo crecimiento por el aumento en requisitos de las entidades para otorgar crédito, lo que disminuyó la cartera vencida. «No obstante, el sobreendeudamiento de los clientes sigue siendo el principal riesgo que enfrentan las microfinancieras y el mayor impedimento a ofrecer más recursos. A su vez, las bajas capacidades de gestión de riesgo y de gobierno corporativo en algunas de estas entidades dificulta más el monitoreo adecuado de la cartera», indica el CPC.
En la etapa de descubrimiento, la principal fuente de recursos es el capital semilla. «Este, por el riesgo asociado a los emprendimientos en esta etapa y las dificultades en el país de acceso a crédito o desarrollo de fondos de emprendimiento, por lo general proviene de recursos públicos», explica el CPC en su informe.
En Colombia, las principales fuentes de este tipo de capital son el Fondo Emprender, administrado por el SENA, y los programas de iNNpulsa.
El Fondo Emprender otorga recursos condonables sujetos a que se cumplan los indicadores de gestión y los resultados propuestos en el plan de negocios, especialmente la creación de empleo.
Desde su creación en 2002, ha contado con $698 mil millones y ha apoyado a 7.402 iniciativas empresariales generadoras de 30.362 empleos.
En 2018 ejecutó $130.910 millones en aportes semilla a 1.034 empresas, y para 2019 dispone de un presupuesto de $103.748 millones para apoyar a 964 empresas de todas las regiones del país.
Por su parte, describe el informe, iNNpulsa otorga capital semilla a emprendimientos que tengan validación temprana en su programa Aldea, con montos de hasta $120 millones por emprendimiento. En 2018 aportó $831,4 millones en capital semilla para siete proyectos.