Impuesto sobre la renta de las personas naturales desempeña un papel fundamental a la hora de determinar la progresividad del sistema fiscal.
Un impuesto es progresivo cuando les cobra un porcentaje más alto de su ingreso o riqueza a las personas más acaudaladas.
Impuesto sobre la renta de las personas naturales desempeña un papel fundamental a la hora de determinar la progresividad del sistema fiscal.
Un impuesto es progresivo cuando les cobra un porcentaje más alto de su ingreso o riqueza a las personas más acaudaladas.
Al momento de planificar la recuperación luego de la pandemia, los países deberían considerar la posibilidad de hacer frente a la desigualdad mediante la aplicación de sistemas tributarios más progresivos.
«Esto significa que la tasa impositiva media aumenta, a la par que los ingresos. La cuantía de la carga fiscal para los más ricos es algo que debe decidir cada país, pero es ciertamente problemático cuando los tipos impositivos aplicados a las personas más acomodadas son más bajos que para las más pobres», explica Victoria Perry, directora adjunta del Departamento de Asuntos Fiscales del Fondo Monetario Internacional –FMI–, en Noticias ONU.
Para ella, también ocurre que las personas que cuentan con una mejor situación económica y tienen acceso a asesoramiento fiscal se aprovechan de las exenciones o los vacíos legales del sistema tributario, lo que no ocurre con las personas que solo dependen de los salarios.
Ponerles lupa a las dos situaciones anteriores y cerrar estas opciones puede hacer que los sistemas tributarios sean más equitativos y, dependiendo del país, puede resultar más eficaz que las reformas estructurales de los tipos impositivos, explica Perry.
Desde el punto de vista del FMI, el impuesto sobre la renta de las personas naturales desempeña un papel fundamental a la hora de determinar la progresividad del sistema fiscal.
«Otra opción para algunos países en desarrollo con problemas para recaudar y aplicar el impuesto de renta para las personas naturales es considerar la posibilidad de gravar los patrimonios. Si bien los ingresos son relativamente fáciles de ocultar, las casas de lujo son muy visibles, y delimitar un tope libre de impuestos significa que los propietarios de casas más baratas pueden quedar exentos o liberados de pagarla», propone Perry.
Desde la entidad se indica que los estudios demuestran que la creación de una sociedad más justa no consiste únicamente en redistribuir la riqueza, sino en aplicar medidas que ayuden a las personas a conseguir un trabajo formal.
Perry recalca que los países que cuentan con sistemas eficaces de redistribución de impuestos y prestaciones sociales han podido evitar el aumento brusco de la desigualdad en medio de la pandemia.
Sin embargo, la redistribución por sí sola no es suficiente. Al pensar en equidad, se deben considerar los impuestos y la forma en que se gasta el dinero para mejorar la vida.
Para Ingrid Woolard, decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Gerenciales de la Universidad de Stellenbosch, Sudáfrica, gravar el patrimonio es una parte importante de todo sistema tributario, con lo cual se aumentaría la progresividad de los impuestos: «La riqueza es una base tributaria legítima en su propio derecho».
«Hay muchas formas de tributar la riqueza, puede ser a través de un impuesto anual. Un 1 % sobre el patrimonio de los más ricos, por ejemplo», pronunció en una conferencia virtual organizada por la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional –ICRICT–.
La Guía ciudadana a la tributación y el gasto del Estado colombiano 2018, elaborada por el Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana, indica que un impuesto es progresivo cuando les cobra un porcentaje más alto de su ingreso o riqueza a las personas más acaudaladas.
Por ejemplo, un impuesto que cobra el 1 % de la riqueza a quienes tengan un patrimonio de más de 1.000 millones de pesos y 0 % a quienes tengan un patrimonio menor es progresivo.
La progresividad es un tipo especial de equidad vertical, en el cual se considera que los más afortunados deben contribuir en mayor proporción que las personas de escasos recursos.
Así, por ejemplo, un impuesto a la riqueza del 10 % a todos los contribuyentes sería equitativo, porque el 10 % de un patrimonio grande sería más dinero que el 10 % de un patrimonio pequeño.
«Pero este impuesto no sería progresivo, porque les cobra a las personas de bajos ingresos en la misma proporción que a las de altos ingresos (sería lo que se conoce como un impuesto proporcional). El extremo opuesto de un impuesto progresivo, en el cual las personas de bajos ingresos pagan un porcentaje mayor que las de altos ingresos, se conoce como impuesto regresivo», explica la guía.