Carlos Felipe Prada, vicepresidente de la Anif, dice que en este nuevo escenario donde la reforma pide un esfuerzo más de quienes ya pagan impuestos toca explorar todas las alternativas.
Un problema estructural que tenemos en Colombia es que el impuesto de renta está sobrecargado en las empresas.
Carlos Felipe Prada, vicepresidente de la Anif, dice que en este nuevo escenario donde la reforma pide un esfuerzo más de quienes ya pagan impuestos toca explorar todas las alternativas.
Un problema estructural que tenemos en Colombia es que el impuesto de renta está sobrecargado en las empresas.
Carlos Felipe Prada, vicepresidente del Centro de Estudios Económicos Anif, afirma en #CharlasConActualícese que hoy por hoy el país sigue con las necesidades de tener nuevos ingresos, así sea de forma transitoria para financiar los programas sociales y estabilizar las finanzas públicas a través de menos deuda. Advierte que, entre más endeudados estemos, más se tendrá que pagar en el futuro:
Perdimos otra oportunidad para hacer reformas estructurales. El Gobierno nacional requiere nuevas fuentes fijas para su financiamiento hacia adelante. Lo que seguramente se recaudará será transitorio, pero, sin duda, en unos 18 o 24 meses estaremos de nuevo discutiendo otra reforma tributaria para ahora sí tener ingresos estructurales con los cuales no se sigan discutiendo reformas cada 16 meses.
Explica que las propuestas realizadas desde la Anif estaban encaminadas a tres aspectos: buscar que el Estatuto Tributario sea más simple; eliminar una serie de exenciones y beneficios que actualmente están recibiendo los hogares de altos ingresos; y otorgar al Estatuto Tributario un carácter progresivo:
Hoy hay espacio para que los hogares de altos ingresos paguen un IVA que se les está subsidiando o paguen más impuesto de renta del que se les está cobrando.
También la propuesta indicaba que el país necesita ingresos estructurales y se le pediría a las personas hacer un esfuerzo de acuerdo con sus ingresos y capacidad de pago.
Estos cambios estarían acompañados de un esfuerzo adicional por parte de las personas que más recursos tienen. Entre más gane una persona, más impuesto a cargo tendría:
Por ejemplo, si una persona tiene ingresos mensuales por 100 millones de pesos, nuestra propuesta es que pague un impuesto de renta de 30 millones de pesos.
Prada recuerda que lo anterior ya no se discutirá:
Ahora lo que toca es recomponer la fuente de los ingresos y quiénes van a aportar. De igual forma, hay que tener claro que algunos de los ingresos tendrán carácter transitorio, por lo que en unos meses más adelante se volverá a discutir de dónde se sacará el dinero para combatir la pobreza, los programas sociales y demás demandas válidas.
Al hablar sobre el impuesto de renta enfocado en las empresas, Prada explica que a través de la reforma tributaria de 2019 se creó una senda descendente en el impuesto de renta para personas jurídicas que este año llegaría a estar en el 30 %:
En nuestra propuesta original propusimos que la escalera descendente se suspendiera, comenzara de nuevo en el 2023 y que este año el Gobierno cobrara la misma tarifa de impuesto de renta; es decir, que las empresas hicieran un esfuerzo adicional.
Hace énfasis en que las empresas no son multimillonarias generadoras de empleos, lo que hacen es utilizar bienes de la economía, transformarlos y ofrecerlos:
En un país donde la tasa de impuesto de renta para las empresas, sin importar su tamaño, es muy alto, los incentivos para generar empleo serán menores.
Describe que desde la Anif se propuso que para las micro y pequeñas empresas la tarifa de renta fuera distinta, comenzando mucho más abajo, lo que probablemente se hará, y se comenzara a cobrar el impuesto en función de las utilidades que se ganaran: «La filosofía continúa siendo la misma: el que más recibe más paga».
Enfatiza en que las empresas no son los enemigos a vencer, porque son las generadoras de empleo. Las pymes generan casi el 90 % del empleo. Lo que se requiere es incentivar el empleo y ojalá el formal:
En resumen, creemos que para las personas jurídicas se debe suspender la caída en el impuesto de renta corporativo (nominal alrededor del 32 %) y dejarlo unos años en la misma tasa para después continuar, una vez pase la pandemia, con ese descenso y podamos tener empresas que generen empleo, paguen impuestos, pero no asfixiarlas.
Sobre este tema, finaliza diciendo que un problema estructural que tenemos en Colombia es que el impuesto de renta está sobrecargado en las empresas. El 80 % de los ingresos viene de las empresas contra el 20 % de las personas naturales, lo que hace que el empleo no se genere con una mayor magnitud.
En este nuevo escenario donde la reforma pedirá un esfuerzo más alto a quienes ya pagan impuestos toca explorar todas las alternativas:
Por ejemplo, la sobretasa del impuesto de renta que ya pagan quienes ganan más de 10 millones de pesos al mes, lo que se promueve es un impuesto transitorio donde estas personas paguen un poco más para ayudar a financiar planes sociales.
Otra posibilidad que se puede revisar es que el Estatuto Tributario da algunos beneficios a personas de altos ingresos que quizás no los deberían tener.
Prada describe que el 25 % de lo que se gana una persona en su salario está exento por ley, pero podría llegar a tener hasta el 40 % del impuesto exento si declara que tiene algunos gastos:
Para las personas que más reciben ingresos ese beneficio de estar entre el 25 % y el 40 % adicional exento de alguna forma es injusto para aquellas que tienen otro tipo de ingreso.
Para él, se podría pensar en no llegar hasta el 40 %, sino dejarlas en 25 %. Esas personas pueden ser una parte pequeña, pero es una forma de mantener la filosofía que dice: quienes más tienen, más paguen.