José Antonio Ocampo afirma que la reforma tributaria debe eliminar buena parte de los beneficios tributarios que existen en el impuesto de renta para empresas y personas naturales.
Para él, el impuesto a la riqueza debe ser permanente y sectores vulnerables no deben pagar el costo fiscal de la crisis.
José Antonio Ocampo afirma que la reforma tributaria debe eliminar buena parte de los beneficios tributarios que existen en el impuesto de renta para empresas y personas naturales.
Para él, el impuesto a la riqueza debe ser permanente y sectores vulnerables no deben pagar el costo fiscal de la crisis.
José Antonio Ocampo, integrante de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional –ICRICT–, exministro de Hacienda y profesor de la Universidad de Columbia, afirma en entrevista con Actualícese que demandar el Estatuto Tributario es una medida extrema.
«Esta es una posición que está en el extremo del debate. Creo que lo más útil es discutir las reformas que se le deben hacer al Estatuto Tributario y cómo incorporar temas que son objeto del debate internacional», afirma.
Dentro de las medidas tomadas por el Gobierno nacional a raíz del COVID-19, destaca la devolución del IVA para las familias más vulnerables y hace hincapié en el impuesto solidario.
«Creo que esta medida se debería volver regular a través de una reforma tributaria. Es parte de la progresividad que a mi juicio debe ser introducida en nuestra legislación», destaca.
Ocampo piensa que este no es el momento de discutir una reforma tributaria, pero hoy por hoy se podrían tomar medidas como posponer o eliminar algunos beneficios tributarios.
«De igual forma se podría proponer un impuesto a las empresas digitales que son las grandes ganadoras de esta crisis. Este es un sector que se está beneficiando de fondo y hay países que ya lo vienen aplicando», asegura.
Este Gobierno tiene que hacer una nueva reforma tributaria, un gran acuerdo nacional realmente estructural, que eleve el recaudo en un 2 % del PIB, porque de otra manera la herencia de la deuda fiscal será muy elevada.
Ocampo indica que se deben aplazar o eliminar los beneficios tributarios que fueron aprobados en la actual reforma tributaria, ya que en medio de las condiciones actuales resultan inconvenientes e inútiles desde el punto de vista de la generación de inversión, puesto que esta no dependerá de los beneficios tributarios, dados los excesos de capacidad productiva y las incertidumbres que rodean la recuperación económica.
Para él, hay dos elementos básicos que se deben tener en cuenta al momento de discutir una reforma tributaria. El primero, como ya se dijo anteriormente, consiste en eliminar una buena parte de los beneficios tributarios que existen en el impuesto de renta tanto para las empresas como para las personas naturales.
«Esta medida permitiría discutir y hacer una reforma tributaria que eleve los recaudos sin elevar las tasas de recaudación. Las tasas de tributación en Colombia no son bajas, sino que con tantos beneficios tributarios el recaudo efectivo es moderado», puntualiza.
Uno de los temas fundamentales es evaluar cuál es el objetivo de los beneficios tributarios, hacer un análisis claro de carácter público y regular para saber si están logrando el objetivo. Si no es así, deben ser eliminados, según Ocampo.
El segundo punto es que el impuesto al patrimonio o a la riqueza sea permanente.
«¿Quién va a pagar los costos de la pandemia? Los sectores vulnerables y pobres han sido los más afectados en medio del COVID-19, y no deben ser quienes paguen los costos fiscales de la crisis. Por lo que debería ser conveniente, por ejemplo, que los mayores recaudos recayeran sobre el IVA y no sobre otras formas de tributación», explica.
Ocampo piensa que la Dian gradualmente ha ido mejorando en el control de la evasión y elusión tributaria.
«En América Latina la evasión fiscal está en un 7 % del PIB, y esto se presenta porque muchas personas naturales y empresas tienen subsedes en paraísos fiscales o países de baja tributación donde registran sus ingresos, y a través de este mecanismo se reduce la tributación», explica.
Hay muchas sociedades limitadas que son símbolo de evasión. De igual forma, muchas personas ricas tienen su sede en paraísos fiscales donde no pagan impuestos.
«Por otra parte, las multinacionales eluden la tributación. Estas se registran en lugares con baja o nula tributación y pagan algunos de los gastos intangibles que les exigen y así evaden impuestos», describe Ocampo.