Gina Riaño dice que la no limitación de horarios y la falta de adaptación a una nueva modalidad laboral son factores que atentan contra el trabajo en casa.
Jairo Santander indica que los empleadores deben entender que son ellos quienes irrumpen en el hogar de sus trabajadores, y no al revés.
Gina Riaño dice que la no limitación de horarios y la falta de adaptación a una nueva modalidad laboral son factores que atentan contra el trabajo en casa.
Jairo Santander indica que los empleadores deben entender que son ellos quienes irrumpen en el hogar de sus trabajadores, y no al revés.
Durante el foro Mercado laboral: ¿qué tanto hemos cambiado?, organizado por La República y Colsubsidio el 30 de julio de 2020, Ángel Custodio Cabrera, ministro del Trabajo aseguró que el pico del desempleo se vivió en el mes de mayo y hoy por hoy ya se está reactivando la economía según las más recientes cifras de desempleo.
Sin embargo, Cabrera dijo que, antes de la pandemia, el país venía con unos problemas estructurales de empleo, aunque se registraba un crecimiento económico mayor al 3 %, y la coyuntura se encargó de argumentar los retos que enfrenta el país en materia laboral.
El ministro afirmó que el COVID-19 cambió la forma en que el país venía trabajando y señaló que la nueva realidad exige una actualización de la reglamentación actual en materia laboral.
Por lo anterior, Cabrera anunció la presentación de un proyecto de ley que permitirá regular figuras como la del trabajo en casa, no solo en caso de que se extienda la pandemia, sino también de cara al futuro.
“Estamos presentando un proyecto de ley porque la figura del trabajo en casa hay que reglamentarla, sobre todo en lo que tiene que ver con horarios flexibles, con remuneración y con la desconexión laboral”, dijo en su intervención en el foro.
Desde el ministerio se está trabajando en crear una política de desconexión laboral, para que exista un marco normativo claro con el cual las empresas manejen las relaciones entre empleadores y trabajadores, cuando en casa se deben combinar las responsabilidades laborales con las del hogar.
En este sentido, la cartera se ha comprometido a realizar programas de bienestar para que sean implementados por entidades públicas y privadas, y así mejorar la relación entre empleado y empleador, además de optimizar los beneficios del trabajo en casa.
Gina Magnolia Riaño Barón, secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social –OISS–, afirma en entrevista con Actualícese que se han visto aspectos negativos en el desarrollo del teletrabajo y el trabajo en casa durante la pandemia.
«Fundamentalmente, la no limitación de los horarios en muchas ocasiones, y las dificultades para asegurar los equipos y conexiones tecnológicas necesarias para llevar adelante las funciones encomendadas a cada trabajador», dice.
Por otra parte, puede haber perfiles de trabajadores que, por dificultades en cuanto a la edad o la formación, no pueden adaptarse a esta modalidad, lo que podría provocar su exclusión del mercado laboral.
Ella también hace énfasis en los problemas que se originan con la adaptación del puesto de trabajo a las normas de salud y seguridad laboral, dada la imposibilidad de realizar visitas inspectoras en el domicilio particular, y que el deber in vigilando del empresario es de difícil ejecución.
Jairo Enrique Santander, economista, profesor asistente de la Universidad de Los Andes y miembro del Centro Interdisciplinario de Estudios Sobre Desarrollo –Cider– afirma en diálogo con Actualícese que al principio, sobre todo en varias entidades estatales, la desconfianza primaba.
«Lo anterior implicaba ver prácticas de control improductivas, ineficientes y hasta contraproducentes con el trabajador, como tener el video encendido dentro su jornada de trabajo o el constante reporte de su presencia en el lugar de trabajo», dice Santander.
Este economista afirma que las entidades han notado que ese tipo de prácticas son inocuas, más cuando lo que han visto es un alto grado de responsabilidad del trabajador, lo que ha entusiasmado a muchas más a explorar la continuidad del teletrabajo como una opción.
Sin embargo, persisten prácticas que ya venían de tiempo atrás y que son lesivas respecto al espacio e intimidad del trabajador.
Entre dichas prácticas se encuentra el hecho de solicitar respuestas inmediatas por fuera de los tiempos de trabajo, incluyendo los fines de semana y horas de sueño; la presión por disponibilidad 24/7, muy poca promoción de pausas activas y espacios de interacción distintos al laboral, entre otras.
Algo que también le ha costado a muchos jefes y organizaciones, dice Santander, es entender que son ellos quienes están siendo irruptivos en el hogar de sus trabajadores y no al revés.
No son las familias quienes están irrumpiendo el espacio laboral de la persona.
«Muchas trabajadoras y trabajadores han tenido un escenario de mucha tensión, dado que los hijos también están en casa estudiando de forma remota, y las organizaciones deberían ser más conscientes de dicha situación», explica.