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“Esa capacidad de dar fe pública te obliga a que pienses en las dimensiones morales de la profesión”

Mauricio Gómez Villegas, profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia y exsubcontador General de la Nación, manifiesta que el contador debe saber leer el contexto, las tendencias económicas y sociales locales y globales, y debe ser un constructor en las grandes empresas.

Fecha de publicación: 26 de febrero de 2018
“Esa capacidad de dar fe pública te obliga a que pienses en las dimensiones morales de la profesión”
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Mauricio Gómez Villegas, profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia y exsubcontador General de la Nación, manifiesta que el contador debe saber leer el contexto, las tendencias económicas y sociales locales y globales, y debe ser un constructor en las grandes empresas.

¿Cuál es el mayor reto que tienen para este año los contadores públicos?, ¿cómo deben afrontarlo?

El contexto socioeconómico actual presenta múltiples incertidumbres, los contadores siempre jugamos un papel como estabilizadores y promotores-constructores de confianza frente a la incertidumbre; el año 2018 será particularmente sensible por las elecciones, en época electoral existe desconfianza por el camino que tomará la economía fruto de las justas democráticas, ya que no se sabe quién será elegido y cuál será el rumbo político que imprima el nuevo Gobierno. Las decisiones de política en materia económica y social impactan la percepción de confianza y las decisiones concretas que muchos actores toman, con base, entre otras, en las cifras contables, financieras y tributarias.

Por ello, creo que en una época de turbulencia social, de polarización política como la actual, el contador público puede ayudar a construir confianza social de manera especial. Los contadores debemos hacer pedagogía sobre la importancia del largo plazo para los empresarios. Sobre la necesidad de crear beneficios empresariales sostenibles, basados en la productividad y no con base en rentabilidades engañosas u oportunistas o a partir de la elusión o la evasión fiscal, a partir de la precariedad laboral o de la corrupción.

Si los contadores ayudamos a entender a los diferentes grupos de interés sobre la importancia de la formalización empresarial en el mediano y largo plazo, podríamos enfrentar la incertidumbre que la ausencia de cultura política genera y la incertidumbre que la polarización produce. Esto también ayudaría a entender que la base productiva la constituyen las pequeñas y medianas empresas y que ellas deben propender por actuar correctamente para ser sostenibles en el tiempo y por organizarse para tener voz y capacidad de exigencia frente al Gobierno que llegue. De paso también ayudaría a que los empresarios evalúen mejor, con ideario de país y no solo de bolsillo, los mejores dirigentes que esta sociedad requiere. Lo que a la larga repercutirá en bienestar económico. El bienestar económico de largo plazo, riñe a veces con los rendimientos monetarios de corto plazo.

¿En términos ideales qué elementos deberían constituir el perfil de un contador público competitivo?

Los contadores públicos contemporáneos no serán competitivos por servicios convencionales con precios muy baratos. Eso es pura subsistencia. Tampoco bastará con el conocimiento de las últimas normas internacionales de información financiera, aseguramiento o gobierno corporativo, si no son capaces de responder a los retos de los empresarios del contexto (muchos de ellos son mipymes, vinculados a cadenas locales de valor, pero compitiendo con mercados abiertos llenos de actores internacionales).

El contador público debe leer el contexto, las tendencias económicas y sociales locales y globales y ser constructor de sentido e ilusión para promover la coordinación, cooperación