Congreso de la República, primer obstáculo que tendría que superar la reforma pensional

Para Santiago Rodríguez, una reforma pensional no es fácil de “vender”, por lo que su aprobación en el Congreso se convierte en una tarea difícil. Mauricio Galindo dice que la dificultad para llevar a cabo estas reformas mezcla populismo, ignorancia e irresponsabilidad que puede reproducirse en el Congreso.

En septiembre de 2019 la ministra del trabajo, Alicia Arango, confirmó que para finales de 2019 estará lista la reforma pensional. La funcionaria afirmó que el proyecto será presentado ante el Congreso de la República, que se encuentra muy adelantado y que se le están dando los últimos toques a través de opiniones de diversos sectores que han contribuido en su elaboración.

Sin embargo, el propio Congreso de la República podría llegar a ser el principal obstáculo para que la reforma pensional vea la luz. Para Santiago Rodríguez Raga, director de la maestría en finanzas y en mercadeo, docente de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, una reforma pensional no es fácil de “vender” y, por lo tanto, su aprobación en el Congreso se convierte en una tarea difícil. “Los congresistas dependen de los votantes, y justamente no es popular hacer este tipo de reformas”, asegura en entrevista con Actualícese.

En este sentido, el presidente de Colombia, Iván Duque, el 20 de julio del año en curso instó a los congresistas a sacar adelante en esta segunda legislatura proyectos como el de la protección a la vejez. El compromiso de Duque frente a esta iniciativa ha sido el de no incrementar la edad de pensión, mantener la pensión sustitutiva y los derechos adquiridos, eliminar las distorsiones y competencias innecesarias entre los fondos privados y Colpensiones, y proteger a quienes están sin una pensión actualmente.

Mauricio Galindo Caballero, periodista, economista, editor de economía de El Tiempo, en diálogo con Actualícese indica que la principal dificultad para tramitar un proyecto relacionado con las pensiones es el populismo.

«El mismo Gobierno viene insistiendo en que las edades de pensión no se van a cambiar. Si se da esa pauta, las demás fuerzas en el Congreso podrán reclamar que no se toquen las semanas, o el porcentaje del ingreso que se debe aportar o las tasas de remplazo para calcular las mesadas de quienes se jubilen. O peor aún, no faltará quien proponga que esos parámetros incluso se disminuyan», afirma Galindo Caballero.

Para él, la principal dificultad para llevar a cabo este tipo de reformas es la mezcla de populismo, ignorancia e irresponsabilidad que puede reproducirse en el Congreso. No se trata de que los parámetros tengan que endurecerse porque sí, sino de que por adelantado se decida que no se van a tocar sin hacer los correspondientes cálculos y una discusión seria.

¿Falta de interés de los colombianos frente a la reforma pensional?

Durante el XII Congreso FIAP–Asofondos, el cual se realizó en abril de 2019, el ministro de hacienda, Alberto Carrasquilla, aseguró que al 80 % de la población colombiana no le interesa la discusión sobre la reforma pensional, porcentaje al que se le debe atender en otro tipo de aspectos.

Para Carrasquilla, el problema pensional en el país depende del grupo poblacional al cual cada persona pertenezca. El primero se encuentra compuesto por quienes no tienen la posibilidad de ahorrar, y que por su entorno laboral tienen oportunidades de ahorro muy bajas o nulas.

Para él, la idea es que, a medida que el Gobierno vaya derrotando la pobreza y la informalidad, esta población sea menor a la que existe actualmente. En conclusión, un primer problema que se presenta en Colombia es la vida laboral de las personas que tienen baja capacidad de ahorro.

Un segundo grupo poblacional está conformado por quienes no alcanzan a construir una pensión bajo los términos que exige nuestro ordenamiento constitucional. Para ellos, según el ministro, se deben encontrar mecanismos para que la cultura del ahorro mejore, así como crear incentivos adicionales.

Un tercer grupo está compuesto por las personas que sí hacen parte del sistema pensional. “Aquí la idea es que los trabajadores formales mantengan la cultura del ahorro que por años han venido realizando. De igual forma, debemos trabajar para que los fondos voluntarios de pensiones funcionen mejor, ya que hoy en día este segmento alcanza solo el 20 %, y la idea es que a través de los años crezca”, explica Carrasquilla.

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