Para Fernando Álvarez, un sistema pensional debe subsidiar a los más vulnerables.
Advierte que muchos de los jóvenes que hoy están ahorrando para pensionarse en el mañana no disfrutarán de esa pensión.
El diseño de las estructuras laborales debe variar para no excluir a personas del sistema pensional.
Para Fernando Álvarez, un sistema pensional debe subsidiar a los más vulnerables.
Advierte que muchos de los jóvenes que hoy están ahorrando para pensionarse en el mañana no disfrutarán de esa pensión.
El diseño de las estructuras laborales debe variar para no excluir a personas del sistema pensional.
Fernando Álvarez, economista sénior de investigaciones socioeconómicas del Banco de Desarrollo de América Latina –CAF–, afirma en #CharlasConActualícese que un sistema pensional ideal debe tener una cobertura importante, y aquí la universalización es clave. «Un sistema pensional que deja por fuera a la mitad de la población no es un buen esquema», dice.
Agrega que todo sistema pensional debe contar con montos suficientes, lo que es un reto, porque otro elemento característico es que debe ser sostenible. Además, debe generar una redistribución adecuada y no subsidiar a quienes no necesitan los subsidios, sino a los más vulnerables:
Se necesita entonces una terna caracterizada por una buena contribución, alta cobertura y una naturaleza progresiva de los esquemas pensionales. Sin embargo, esto es complicado lograrlo en América Latina por nuestros mercados laborales.
Por lo tanto, se necesitan reformas laborales que mejoren las condiciones de los trabajadores en el mediano plazo y la productividad de las empresas, porque con esto se podría financiar un esquema pensional ideal. «Por ejemplo, no se debe subsidiar a quien realmente no lo necesita como lo que ocurre hoy», enfatiza.
Álvarez advierte que uno de los problemas que presenta el sistema pensional de los países de América Latina es que muchos de los jóvenes que hoy ahorran para pensionarse en el mañana no disfrutarán de esa pensión.
Por otro lado, también ocurre que hay pocos jóvenes que contribuyen, en gran parte por la alta informalidad laboral que se presenta.
Este doctor en Economía y docente de la Universidad Central de Venezuela advierte lo siguiente:
Hay un gran problema de equidad que hay que tratar de atender. Con la poca contribución efectiva y con una masa de adultos que crecerá en los próximos 30 años los sistemas serán insostenibles. El déficit actual se agravará si no se hace nada al respecto.
En ese sentido, la contribución actual puede ser insuficiente para lo que se avecina de cara al envejecimiento. Hoy los déficits se podrían controlar con más impuestos o con medidas de gasto modestas, pero lo que se viene con el envejecimiento acelerado es serio y demandará intervenciones por parte de los Gobiernos.
Álvarez tiene claro que todo lo que tiene que ver con la transformación digital está cambiando las relaciones laborales, y lo que conocemos como las ocho horas diarias laboradas los cinco días a la semana se está convirtiendo en algo del pasado:
Es importante que la institucionalidad reconozca estas nuevas formas de trabajo. Si los Gobiernos continúan pensando en las relaciones laborales convencionales, estructurales, pues la flexibilidad se quedaría por fuera.
Los diseños de las estructuras laborales deben variar para no excluir a las personas. Es importante que estas se rediseñen pensando en involucrar a más personas, y así quienes ganen menos de un salario mínimo no se queden por fuera del sistema laboral, como ocurre hoy en día:
Un nuevo mercado laboral, de la mano de las plataformas digitales y la flexibilización laboral, haría que el número de trabajadores crezca. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas relaciones laborales.
Álvarez indica que los subsidios en los esquemas públicos pensionales no son exclusivos de Colombia. «Lo preocupante de los subsidios es ver quiénes los están recibiendo. La idea es que este llegue a los más necesitados, a los más vulnerables, y así sean progresivos», puntualiza.
Quienes terminan aspirando a los regímenes de reparto son los segmentos que tienen mayores recursos. Para él, este es un tema desafiante, pero los esquemas de protección deberían tratar de tener un sesgo redistributivo para que lleguen a quienes realmente los deben recibir.