Uno de cada cinco jóvenes en Colombia no consigue trabajo. Desde la OIT se busca que los gobiernos favorezcan el crecimiento de un alto coeficiente de empleo y la creación de trabajo decente a través de políticas macroeconómicas, empleabilidad, políticas de mercado laboral y derechos de los jóvenes.
Uno de cada cinco jóvenes en Colombia no consigue trabajo. Desde la OIT se busca que los gobiernos favorezcan el crecimiento de un alto coeficiente de empleo y la creación de trabajo decente a través de políticas macroeconómicas, empleabilidad, políticas de mercado laboral y derechos de los jóvenes.
Según cifras del Dane, 2.3 millones de colombianos están desempleados, lo que implica que uno de cada cinco jóvenes no consigue trabajo y no logra ser parte del mercado laboral. Además, el desempleo juvenil en mujeres está alrededor de un 25 %. Con lo anterior, los jóvenes siguen siendo los que más sufren este flagelo por diferentes circunstancias.
En la más reciente medición de la tasa de desempleo, el porcentaje para los jóvenes aumentó en un 1,2 %. Por edades el aumento se da principalmente en los jóvenes de 14 a 28 años y las ciudades donde los jóvenes más se enfrentan a esta problemática son: Cúcuta, Sincelejo, Riohacha, Bogotá, Manizales y Medellín.
Para ayudar a despejar un poco esta problemática a nivel mundial, entre el 1 y el 3 de agosto de 2019, más de 200 jóvenes de 65 países se dieron cita en el Foro mundial de la OIT sobre empleo juvenil, el cual se celebró en Nigeria. Los asistentes pidieron la adopción de políticas macroeconómicas y sectoriales que hagan hincapié en el empleo, no solo en el desarrollo económico, y que fomenten la resiliencia en relación con el cambio climático.
También subrayaron la necesidad de aumentar la inversión para mejorar el acceso a programas de enseñanza de calidad y de desarrollo de competencias, lo que debería conjugarse con enfoques que fomenten el aprendizaje a lo largo de toda la vida y faciliten la certificación de competencias, sobre la base de la utilización de la tecnología y la protección de los derechos de las personas que realizan pasantías o participan en programas de formación.
Por otra parte, las políticas del mercado de trabajo deberían hacer más hincapié en la calidad del empleo y su especialización, para que mujeres jóvenes, jóvenes con discapacidad, jóvenes migrantes y refugiados, y jóvenes trabajadores que llevan a cabo su labor en la economía basada en plataformas, el sector informal o la economía rural, así como los que realizan trabajos peligrosos o pertenecen a grupos indígenas o étnicos, se vean beneficiados.
Otra idea de los asistentes es que debería hacerse más hincapié en la sustitución del empleo independiente de baja calidad y poco productivo por trabajos que fomenten la iniciativa empresarial, con el fin de lograr una mayor productividad e innovación. En particular, es necesario formular políticas y reglamentos que respeten los derechos de los trabajadores jóvenes en la economía basada en plataformas.
Los asistentes también abogaron por la igualdad de género y una mayor protección de los derechos laborales de los jóvenes, incluidos aspectos conexos como la autonomía con respecto al tiempo de trabajo, la privacidad de los datos, el acceso a Internet y el derecho a períodos de descanso.
Luego del foro, la OIT adoptó la resolución La crisis del empleo juvenil: un llamado a la acción, con la cual se propone un conjunto de medidas probadas y comprobadas en cinco áreas, como son: políticas macroeconómicas, empleabilidad, políticas del mercado laboral, desarrollo de la capacidad empresarial y derechos de los jóvenes. El llamado a la acción de la OIT invita a los gobiernos a: