Reglamentar las bases de cotización de los trabajadores independientes e insistir en darle un nuevo aire al fracasado sistema de los BEPS no es la solución para disminuir la tasa de desempleo en Colombia, según Anif. Tampoco se le puede echar toda la culpa a la migración de venezolanos.
Reglamentar las bases de cotización de los trabajadores independientes e insistir en darle un nuevo aire al fracasado sistema de los BEPS no es la solución para disminuir la tasa de desempleo en Colombia, según Anif. Tampoco se le puede echar toda la culpa a la migración de venezolanos.
En su comentario económico del día, correspondiente al 6 de junio de 2019 y titulado Desempleo, Informalidad y BEPS, Anif se muestra preocupada frente a los resultados arrojados por la tasa de desempleo, ya que esta se ha incrementado en +1,1 puntos porcentuales durante los cuatro primeros meses de este año.
«Ahora este indicativo promedia un 11,4 %. Cerca de la mitad de ese deterioro se explica por lo ocurrido a nivel urbano en las 13 principales ciudades del país», indica la entidad.
Por lo anterior, y desde el punto de vista de Anif, cumplir con la meta que la misma entidad pronosticó de una tasa de desempleo de 9,4 % (vs. 9,7% observado en 2018) luce muy difícil de cumplir.
Pese a que se tiene la idea de que parte de ese deterioro se explica por la presión laboral resultante de 1,6 millones de inmigrantes venezolanos, indica Anif, las cifras señalan que la tasa de participación laboral se ha reducido en -0,3 puntos porcentuales, promediando un 63,2 % entre enero y abril de 2019.
«Ha sido más bien el negativo impacto de elevar el salario mínimo legal en 6 % (2 puntos porcentuales por encima de lo que era económicamente sensato) y la baja tracción que muestra la creación de puestos de trabajo (-0,5 pps en enero – abril de 2019), lo que está detrás de este mal desempeño del mercado laboral», analiza Anif.
Para la entidad, el Gobierno nacional, en vez de enfocarse en los problemas fundamentales, continúa desorientando y gastando energías en temas de tercer orden, como la reglamentación de las bases de cotización de los trabajadores independientes y en tratar de darle un nuevo aire al fracasado sistema de los beneficios económicos periódicos –BEPS–.
Lo anterior luce más preocupante a medida que la tasa de desempleo sube y se comienzan a deteriorar las ganancias que se tenían en materia de formalización laboral. «Hay indicios recientes de que los dineros asociados a las cotizaciones de la Pila estarían reduciéndose nominalmente (cuando cabría esperar un incremento cercano al +6 % anual por cuenta del reajuste del salario mínimo)», advierte la entidad.
Frente al nuevo aire que se le quiere dar a los BEPS, Anif reitera que no tiene sentido insistir en este tema, respecto al cual ya se ha comprobado que los estratos bajos (aquellos que no lograron conjugar tiempo y dinero para acceder a una pensión) no tienen capacidad de ahorro.
«De allí que no deba sorprendernos que de un total de afiliados de 1,3 millones al cierre de 2018, tan solo 230.000 (18 % del total) ahorraban. ¿Y sabe usted cuánto ahorraban en promedio mensual? Cifras tan bajas como $18.000 mensuales, con lo cual resulta una ilusión pensar que los BEPS serán la tabla salvadora de nuestros náufragos-pensionales», afirma Anif.
Por lo anterior, Anif insiste en aplicar los dineros ya existentes en las AFP del Fondo de Garantía de Pensión Mínima –FGPM–, unos 22 billones de pesos equivalentes a casi el 2,2 % del PIB, para comprar rentas vitalicias de un salario mínimo para cerca de 500.000 ahorradores que sí estuvieron cerca de alcanzar la suma de 150 millones de pesos a lo largo de su vida laboral, sabiéndose que lo requerido para tal fin bordea hoy los 180 a 200 millones anuales.