La planificación de la auditoría es la etapa más importante de un encargo exitoso, pues busca que este se realice de manera eficiente y eficaz.
Durante la planificación el auditor deberá discutir los elementos del encargo con la dirección de la entidad sin comprometer su eficacia.
La planificación de la auditoría es la etapa más importante de un encargo exitoso, pues busca que este se realice de manera eficiente y eficaz.
Durante la planificación el auditor deberá discutir los elementos del encargo con la dirección de la entidad sin comprometer su eficacia.
La auditoría es una inspección o revisión de la contabilidad y de los procesos de una empresa cuyo fin es certificar que todo se realiza de acuerdo con los Estándares Internacionales y que cumplen con su proceso de control interno.
La planeación y la ejecución en los procesos de auditoría es de suma importancia debido a que ayuda a las organizaciones a poder evaluar los posibles riesgos que se puedan presentar con anterioridad.
Una planificación adecuada permite organizar y dirigir la auditoría de manera que esta se realice de forma eficaz y eficiente.
De acuerdo con la NIA 300, algunos de los beneficios resultantes de realizar una buena planificación son los siguientes:
En la planificación de la auditoría el auditor se debe considerar:
En la planificación del encargo el auditor puede discutir algunos elementos con la dirección de la entidad teniendo cuidado de no poner en discusión aspectos que comprometan la eficacia de la auditoría.
Adicionalmente, el auditor debe realizar las siguientes actividades:
No debe olvidarse que la implementación del control de calidad en los encargos de auditoría traerá ventajas para el trabajo del contador público, como: mejorar su imagen frente a los clientes, aumentar la eficiencia en el desarrollo de los encargos, evitar sanciones, el mantenerse actualizado permanentemente, entre otras cuestiones.
La estrategia de auditoría es el documento en el que se reflejan las actividades explicadas en el punto anterior. El auditor debe establecer una estrategia de auditoría con la cual, luego de haber finalizado la aplicación de los procedimientos de valoración del riesgo, pueda definir cuestiones como los recursos necesarios a emplear en áreas específicas sometidas a examen y el momento en el que se van a emplear dichos recursos, así como su gestión, dirección y supervisión (al respecto, le recomendamos consultar nuestra publicación Estrategia global para encargos de auditoría: ¿qué debe contener?).
Una vez elaborada la estrategia de la auditoría, se debe diseñar un plan de auditoría en el cual se desarrollen los aspectos identificados en el primer documento, teniendo como prioridad la consecución de los objetivos de la auditoría mediante la utilización eficiente de los recursos. Por lo anterior, el plan de auditoría debe ser más detallado que la estrategia de auditoría, puesto que en este se incluye la naturaleza, el momento de realización y la extensión de los procedimientos de auditoría que se aplicarán durante su ejecución.
Al iniciar el encargo el auditor debe evaluar el cumplimiento de los requerimientos de ética relativos a la independencia y establecer los términos de la auditoría. La realización de estas actividades facilita la identificación y el examen de situaciones que puedan afectar de manera negativa la capacidad para planificar y desarrollar adecuadamente la auditoría, evitando que se generen malentendidos con el cliente y protegiendo al auditor frente a incumplimientos que puedan generarle sanciones disciplinarias por parte de la Junta Central de Contadores –JCC–.
La documentación de la auditoría sirve como registro de la naturaleza, el momento de realización y la extensión de los procedimientos de valoración del riesgo planificados. En la documentación el auditor debe incluir:
Este paso es muy importante para el auditor debido a que se convierte en la única forma de probar que realizó el trabajo adecuadamente. Recordemos que el artículo 9 de la Ley 43 de 1990 establece que el contador público debe dejar constancia de las labores realizadas para emitir su juicio profesional, las cuales pueden ser examinadas por las autoridades estatales y deben conservarse por un término mínimo de cinco (5) años contados a partir de su fecha de elaboración.