Según Fedesarrollo, para un alto porcentaje de los trabajadores asalariados formales el impacto de la crisis tiende a ser más reducido.
Para quienes están laborando desde el 27 de abril, informales en su mayoría, sus ingresos mejorarán.
Sector de los trabajadores independientes será el más impactado.
Según Fedesarrollo, para un alto porcentaje de los trabajadores asalariados formales el impacto de la crisis tiende a ser más reducido.
Para quienes están laborando desde el 27 de abril, informales en su mayoría, sus ingresos mejorarán.
Sector de los trabajadores independientes será el más impactado.
El informe Impacto en el mercado laboral de las medidas de aislamiento para combatir el COVID-19, publicado por Fedesarrollo el 27 de abril de 2020, indica que en Colombia hay 22 millones de trabajadores afectados de una o de otra manera con el aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno para combatir el COVID-19.
Para analizar el impacto sobre los trabajadores de las medidas tomadas, la entidad evalúa el sector/ocupación al que pertenece cada trabajador y el tipo de contratación que rige su ocupación. Fedesarrollo clasifica a los trabajadores en grupos, así: trabajadores en sectores que desde un principio fueron declarados prioritarios para enfrentar la emergencia; trabajadores en sectores inicialmente no declarados como prioritarios, pero que lo son a partir del 27 de abril; trabajadores en sectores no prioritarios, pero con posibilidades de adaptación; y trabajadores en áreas no prioritarias con bajas posibilidades de adaptación.
«El tipo de vinculación laboral también juega un papel importante a la hora de evaluar los efectos. Por ejemplo, la mayor parte de los trabajadores independientes tuvieron que dejar sus actividades casi de manera inmediata; los trabajadores informales, si aún no han perdido su trabajo están en alto riesgo de perderlo y, por último, si el confinamiento se extiende, es de esperar que se afecten los trabajadores con contrato a término fijo e, incluso, los trabajadores con contrato a término indefinido», advierte Fedesarrollo.
Dentro del grupo de trabajos prioritarios se encuentran los médicos, los enfermeros, los mensajeros, y los trabajadores de la cadena alimenticia, que incluyen 3,4 millones de trabajadores agrícolas que en su mayoría son independientes.
La principal tarea del Gobierno es garantizar que todas las personas que puedan trabajar en este sector lo hagan en condiciones de salubridad. Así mismo, es conveniente la disposición según la cual las ARL deben brindar implementos de protección, aunque solo el 31 % de los trabajadores de este grupo están afiliados a las ARL.
«También es posible incorporar trabajadores de la salud de especialidades diversas a la línea frontal de combate del virus», indica el informe.
El segundo grupo de trabajadores realiza actividades no prioritarias, pero puede tener una mayor versatilidad para ajustarse a la crisis, ya que pueden realizar sus tareas de manera virtual.
Dentro de este grupo se consideran los profesionales, el personal de apoyo administrativo y contable, y los jefes y directores. Para este grupo se recomienda garantizar la conectividad y facilitar la automatización de trámites.
«Una ventaja de este grupo es que más del 60 % de los trabajadores son asalariados formales y, por lo tanto, la velocidad del impacto de la crisis tiende a ser más reducida», indica Fedesarrollo.
En el tercer grupo se encuentran los nuevos sectores liberados a partir del 27 de abril. El número de trabajadores en este grupo constituye un incremento de los trabajadores que saldrán a la calle.
«Una de las particularidades de este grupo es que es altamente informal, lo que es positivo desde el punto de vista de ingresos, pero complicado desde el punto de vista del control», advierte Fedesarrollo.
Dentro de las recomendaciones para este grupo está garantizar su salubridad, por lo que el Gobierno tendrá que trabajar en solucionar problemas logísticos asociados a liberaciones parciales de sectores. Adicionalmente, se hace necesario facilitar una prestación del servicio de transporte con garantías de salud, teniendo en cuenta que casi un millón de trabajadores de este grupo se desplazan por bus, metro o transporte articulado a su lugar de trabajo.
En el grupo que incluye trabajadores que desempeñan actividades no consideradas prioritarias y con pocas posibilidades de adaptación se encuentran los comerciantes y vendedores de productos no alimenticios, trabajadores asociados a hoteles y bares, electricistas, plomeros e instaladores, peluqueros y pilotos.
Este es el sector más afectado porque en su mayoría se compone de trabajadores independientes, los cuales se encuentran muy desprotegidos y son informales.
Para la entidad, el Gobierno debe guardar un equilibrio en su distribución de apoyos a los trabajadores formales y los informales.
«Es importante proteger el trabajo asalariado porque su recuperación es lenta y porque en condiciones de confinamiento, los trabajadores que pierden su empleo no pueden recurrir al mecanismo tradicional de realizar trabajos informales para generar ingresos temporales», indica el informe.
Además, en Colombia la cobertura de los seguros de desempleo es muy limitada.
Sin embargo, también debe tenerse en cuenta que el apoyo a los trabajadores independientes es necesario por razones de subsistencia y para asegurar la sostenibilidad de la cuarentena.