Según el “Reporte de diversidad de género”, de Hays, el 50 % de los trabajadores a nivel global considera que persisten barreras para el crecimiento de la mujer en el mundo corporativo. Un 44,5 % de ellas indica que las compañías donde trabajan no cuentan con programas de diversidad e inclusión.
Según el “Reporte de diversidad de género”, de Hays, el 50 % de los trabajadores a nivel global considera que persisten barreras para el crecimiento de la mujer en el mundo corporativo. Un 44,5 % de ellas indica que las compañías donde trabajan no cuentan con programas de diversidad e inclusión.
Según el más reciente Reporte de Diversidad de Género, realizado por Hays, el 50 % de los trabajadores encuestados considera que todavía existen dificultades para que las mujeres progresen profesionalmente. Por su parte, un 43,81 % cree que las mujeres enfrentan mayores impedimentos a la hora de buscar mejores salarios y aumentar sus ingresos.
Superar la brecha de género en el mercado laboral ha promovido el desarrollo de estrategias que favorezcan la inclusión y la diversidad en el trabajo. En este sentido, este tema se ha convertido en un componente central para compañías y empleados, y en un foco fundamental en los mecanismos de retención de talento.
El estudio también evidencia que el 30,95 % de los hombres encuestados aceptan o reconocen que sí existen algunas barreras para el acceso de la mujer a condiciones equitativas en términos salariales.
Los anteriores datos indican que, aunque las organizaciones están empezando a crear programas de diversidad e inclusión, estos no aterrizan acciones para implementarlos. Según el reporte, el 32,97 % de los profesionales participantes considera que las iniciativas de diversidad e inclusión no se cumplen a cabalidad.
Desde el punto de vista de Hays, una de las formas en las que la brecha de género se manifiesta en el ámbito laboral es el “techo de cristal”, término que se refiere a todas las barreras a las cuales se enfrentan las mujeres en el desarrollo de su carrera profesional.
Silvana Vergel, directora regional de Hays Executive, afirma que el techo de cristal no es el mismo para todas las mujeres; depende de limitantes personales y contextos propios. “El techo de cristal también se fortalece cuando las mujeres no se personalizan del proceso de romper las brechas de género y cuando se tiene la noción de que las compañías cargan toda la responsabilidad”, afirma.
Elementos como la determinación de la mujer en la consecución de logros deseados y su análisis propio de elección de carrera, empresa y compañero/a de vida cobran gran relevancia.
Según cifras del Dane, la proporción de mujeres sin ingresos propios ha disminuido de manera notable en la última década, pasando del 41 % al 27 %, con una consecuente reducción de 10 puntos porcentuales en la brecha entre hombres y mujeres, pasando de 27 en 2008 a 17 en 2017. El aumento de la participación laboral y los emprendimientos femeninos, así como de su participación en los procesos productivos, ha contribuido a la generación de ingresos propios, promoviendo su autonomía y su rol clave en la economía.
En materia salarial, el Reporte de equidad de género de Hays para Colombia muestra cómo el porcentaje de mujeres que creen que la remuneración es igual en cargos similares es del 55 %, mientras en hombres es del 84 %. Aunque la mayoría de los encuestados indicó que la remuneración es igual entre géneros, el 43,81 % opina que las mujeres enfrentan mayores barreras al buscar mejores salarios. Por otra parte, el 13,3 % indica que las dificultades y obstáculos para que las mujeres logren alcanzar un salario igual al de sus compañeros hombres a menudo abundan.
Adicionalmente, en términos de crecimiento profesional, existen otras limitantes, como, por ejemplo, la falta de oportunidades dentro de las empresas, los mismos obstáculos del mercado, o temas como la familia y el hogar, responsabilidades tradicionalmente asociadas a la mujer.
Según el reporte, los empleadores a través de programas de diversidad e inclusión en su lugar de trabajo percibieron un impacto positivo tanto en la cultura general de la empresa como en la moral del personal. Lo anterior se vio en resultados como el aumento en la productividad y en la creatividad, mejora en la atención al cliente, y crecimiento en la innovación.
Para lograr estos efectos es necesario llevar a cabo medidas como la creación de objetivos y métricas de diversidad dentro de las compañías, el fomento de una cultura empresarial inclusiva y respetuosa, el establecimiento de alternativas de trabajo flexible, entre otras.
Sin embargo, cuando se trata del acceso a oportunidades de crecimiento y desarrollo en la compañía, y pese a las brechas existentes frente a la equidad, un 44,4 % de las mujeres considera que sí tienen las mismas oportunidades contra un 22,2 % que afirmó lo contrario. Por su parte, un 67,9 % de los hombres piensa que tienen las mismas oportunidades que sus colegas mujeres.