Carlos Molano dice que nadie ha hecho una medición costo-beneficio de los Estándares Internacionales.
Para Gabriel Gaitán, antes de evaluar, entidades deben estar bien distribuidas en los grupos.
Según Daniel Sarmiento, el costo-beneficio está en que las empresas se formalizan y mejoran su contabilidad.
Carlos Molano dice que nadie ha hecho una medición costo-beneficio de los Estándares Internacionales.
Para Gabriel Gaitán, antes de evaluar, entidades deben estar bien distribuidas en los grupos.
Según Daniel Sarmiento, el costo-beneficio está en que las empresas se formalizan y mejoran su contabilidad.
Gabriel Gaitán León, contador público, exconsejero del CTCP y recientemente nombrado miembro del SMEIG, destaca que en América Latina se viene incorporando fuertemente, a través de convergencia, el marco técnico del Estándar Internacional para Pymes, lo que es una clara señal de costo-beneficio para las entidades que lo hagan.
Gaitán León afirma que el IASB está esperando comentarios alrededor de estos estándares; y en la medida en que nos podamos articular con agremiaciones, personas y entidades interesadas en contribuir con el proceso, mucho mejor, para que los comentarios realizados se tengan en cuenta y se incorporen en el ordenamiento.
«Se espera una gran afluencia de comentarios y colaboraciones desde esta región para moldear mejor el nuevo Estándar para las Pymes, que el próximo año se debería estar emitiendo, para una aplicación obligatoria a partir de 2022», puntualiza en diálogo con Actualícese.
En el caso específico de Colombia, Gaitán León describe que hay 1.900.000 entidades formalmente constituidas, de las cuales 10.000 pertenecen al grupo 1 y más de 60.000 al grupo 2, lo que quiere decir que el 99 % pertenece al grupo 3.
Antes de evaluar el costo-beneficio, piensa Gaitán León, las entidades deben estar bien distribuidas. Cree que en Colombia muchas más entidades deberían estar aplicando el Estándar para Pymes.
«No todas las que están hoy en el grupo 1 deberían estar allí, y no todas las que están en el grupo 3 deberían estar allí. Hay muchas que deberían estar en el grupo 2, pero todavía no lo están», puntualiza.
Dice que si una entidad se encuentra en el grupo 1, no existe razón para pasarse al grupo 2, ya que es innecesario, pero sí hay muchas razones por las que entidades del grupo 3 deberían estar en el grupo 2.
Recalca que, para todas las entidades que están en los grupos 1 y 2, en este momento es necesario (están todos los indicios) para que hagan la evaluación del deterioro; el problema es saber en qué momento hacerlo.
Si se hace ahora, en un mes lo tendrán que continuar, porque el confinamiento no ha terminado y en los activos se seguirá presentando deterioro.
«Lo recomendable es hacer una o dos evaluaciones durante este semestre, particularmente al cierre del año sí o sí, y otra para presentar una realidad económica ajustada a lo que está ocurriendo», dice Gaitán León.
Carlos Augusto Molano, contador público y actual consejero del CTCP, afirma que desde la expedición de la Ley 1314 de 2009 nos hemos ido adecuando al contexto internacional para la presentación de la información financiera.
«Nuestro país está inmerso en dicho contexto y se está poniendo al día, aunque está atrasado», afirma en Actualícese.
Sin embargo, desde su punto de vista, se debe volver a discutir sobre lo que son los grupos 1, 2 y 3, porque la idea actual del Gobierno nacional es que las formas de preparar información y llevar contabilidad, sobre todo para las pymes, sean más sencillas para el ejercicio de la actividad profesional.
«En el CTCP discutimos que había que hacer un alto en el tema de la producción de normas de la contabilidad, orientaciones, normas de aseguramiento, y era la hora de pensar en la profesión, pero también hay que pensar en quiénes usan estas normas: los contadores públicos», indica Molano.
Por otra parte, Molano menciona que nadie en Colombia ha hecho una medición de la relación costo-beneficio frente a la convergencia a las Normas Internacionales de Información Financiera.
«¿De qué forma se ha visto beneficiada la economía? ¿Es verdad que la información es más clara, veraz y transparente? No se sabe si en realidad se presenta una mejoría», observa.
Lo que él percibe, desde su posición como consejero del CTCP, es que la mayoría de los sectores no han realizado las aplicaciones adecuadas, exceptuando los que pertenecen al grupo 1 que están al día.
Esta situación es evidente cuando al CTCP le solicitan diariamente conceptos que aclaren asuntos sobre este tema.
Daniel Sarmiento Pavas, contador público, exconsejero del CTCP y miembro del SMEIG, frente a la inquietud sobre si hoy por hoy existe algún costo-beneficio en la implementación de los Estándares Internacionales para Pymes en nuestro país, afirma que sí lo hay.
«Esto ha obligado a formalizar y mejorar sustancialmente la contabilidad de muchas empresas, aunque muchas otras, por falta de supervisión, siguen incumpliendo el estándar», dice en Actualícese.
Él piensa que la única forma de lograr una aplicación aceptable del estándar es con la intervención del revisor fiscal, profesional que debe garantizar que se cumpla la normativa.
El Estándar Internacional para Pymes tiene la gran ventaja de contar con mucho material de apoyo gratuito, por lo cual no debería haber problemas en la aplicación.
«Otra cosa es que el ajetreo típico de un contador le impide dedicar tiempo a estudiar este material», advierte.
Frente a los temas que se deben discutir sobre este estándar, explica que existe la necesidad de volver a discutir la capitalización de gastos financieros y de costos de desarrollo, porque es un asunto que ha perjudicado a algunos tipos de empresas y no está incluido en la agenda de la revisión integral del Estándar Internacional para Pymes que se está llevando a cabo este año.
«Esto ha hecho que muchos países modifiquen el estándar quitándole aplicación integral», asegura.