Los indicios de deterioro son señales que indican que el valor de un activo no es totalmente recuperable.
Los indicios de deterioro del valor de un activo pueden provenir de fuentes externas (por ejemplo, disminución de su valor de mercado) o internas de la entidad (como cambios en su uso).
Los indicios de deterioro son señales que indican que el valor de un activo no es totalmente recuperable.
Los indicios de deterioro del valor de un activo pueden provenir de fuentes externas (por ejemplo, disminución de su valor de mercado) o internas de la entidad (como cambios en su uso).
La sección 27 del Estándar para Pymes contiene los lineamientos para establecer el deterioro del valor de un activo de una entidad del grupo 2.
De acuerdo con dicha sección, el deterioro del valor de un activo se produce cuando su importe recuperable es inferior a su valor en libros, es decir, cuando el valor que podría obtener la entidad por el uso o la venta del activo es inferior al importe por el cual se encuentra registrado en la contabilidad.
El párrafo 27.9 del Estándar para Pymes contiene algunos ejemplos sobre indicios que pueden señalar que un activo se encuentra deteriorado, los cuales pueden alertar a la entidad sobre la necesidad de efectuar una prueba de deterioro sobre este. Veamos:
Se refieren a la información que obtiene la entidad del entorno en el que opera. Entre los principales factores externos que pueden indicar el deterioro de un activo se encuentran los siguientes:
Cuando el valor de mercado de un activo presenta una disminución anormal por razones distintas a las del paso del tiempo y el desgaste que sufren los activos por su uso normal, esto podría considerarse como un indicio de deterioro, pues indica que, en caso de que la entidad lo requiriera, esta no podría recuperar todo el valor del activo mediante su venta.
Otro indicio del deterioro del valor de un activo se presenta cuando existen situaciones negativas o adversas en el entorno legal, económico, tecnológico o de mercado de una entidad, que pueden afectar el valor del activo.
Por ejemplo, si una entidad tiene conocimiento de que se ha expedido una norma que prohíba o limite la venta de uno de sus productos, esto podría considerarse como indicio de deterioro de valor para los activos relacionados con su producción, debido a que los flujos de efectivo que producirán dichos activos probablemente se reducirán y, por consiguiente, podría verse afectado su valor de uso.
Recordemos que el valor de uso de un activo es el valor presente de los flujos futuros de efectivo que se esperan obtener del activo, por su uso o disposición.
Si las tasas de interés relacionadas con la tasa de descuento utilizada para calcular el valor de uso de un activo aumentan, esto puede indicar que el activo se encuentra deteriorado.
En el evento en que se tenga conocimiento de que el valor que se recibiría por la venta de la entidad (o de una parte de la entidad) es inferior a su valor en libros, esto podría considerarse una señal de que los activos se encuentran deteriorados, debido a que no podría recuperarse su valor mediante su venta.
Por ejemplo, si el valor en libros de una entidad es de $200.000.000 y el valor razonable que se obtendría por su venta es de $150.000.000, se podría considerar que los activos se encuentran deteriorados por que no podría recuperarse su valor mediante la venta de la entidad.
Son situaciones que ocurren al interior de la entidad, que le indican que el valor de sus activos podría encontrarse deteriorado.
La obsolescencia y el deterioro físico de un activo podrían ser indicios de deterioro, porque podrían llevar a una entidad a pensar que el activo no está en condiciones de generar el rendimiento previsto y, por ende, de producir los flujos de efectivo que se habían presupuestado.
Asimismo, si la entidad planea vender el activo, podría recibir un menor valor si este se encuentra obsoleto o con algún daño físico.
Si existen situaciones que lleven a la entidad a dejar el activo en desuso, a discontinuar la línea de producción a la que pertenece el activo o vender este último antes de lo que se tenía previsto, se pueden considerar como indicios de deterioro en la medida en que afectarán los flujos de efectivo derivados del uso del activo, así como el valor que se recibiría en caso de su venta.
Si la entidad ha elaborado informes que indican que el rendimiento de un activo ha disminuido y, en consecuencia, va a ser menor del esperado, pueden considerarse como indicios del deterioro de su valor.