Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Alejandra Gutiérrez afirma que, pese a la incertidumbre, hoy los empleados les responden a sus jefes siendo mucho más productivos si se sienten seguros en sus puestos de trabajo.
Suspender por tres meses la cotización a la pensión no garantiza que exista una protección efectiva en materia de empleo.
Alejandra Gutiérrez, codirectora de Derecho Laboral de MRG Legal, indica que hoy la opción más viable es revisar los contratos laborales que se realizan por mutuo acuerdo, para pactar la modificación de horarios, salarios, suspensión de pagos de beneficios extralegales, entre otros.
Las medidas adoptadas por el Gobierno nacional, a través del Ministerio del Trabajo, podrían tener un grado bajo de efectividad, pues a pesar de haber creado alternativas para la protección de los puestos de trabajo, como sucede con los lineamientos previstos en la Circular 21, esto no ha impedido que algunos empleadores opten por terminar, de manera unilateral, los contratos de trabajo.
Asimismo, aunque el Ministerio del Trabajo en varias ocasiones ha expresado que esta pandemia no supone la existencia de fuerza mayor o caso fortuito como causal de suspensión del contrato de trabajo para entidades públicas, en el caso de las entidades privadas el panorama ha sido diferente, pues así está previsto en el artículo 51 del Código Sustantivo del Trabajo –CST–.
Frente a estos casos, debemos mencionar que la Circular 22 estableció una fiscalización laboral rigurosa a las decisiones tomadas por parte de los empleadores mientras dure la emergencia, con el propósito de prevenir cualquier tipo de abuso.
Además, el ministerio también expidió la Circular 33, planteando otras alternativas a los empleadores. Dentro de las opciones, nos parece acertada la figura de revisión de contratos contemplada en el artículo 50 del CST, en virtud de la cual, el empleado, siendo consciente de la situación actual, pueda concertar con su empleador condiciones transitorias que equiparen las cargas y obligaciones individuales hasta tanto se supere la crisis.
También hemos tenido la oportunidad de ver que, en algunos casos, los empleadores pueden ser objeto de fallos de tutela, como ha sucedido con los expedientes 2020-00169 y el 2020-00171, en los cuales se ordenó la reanudación del contrato de trabajo y el pago de salarios.
Les diría que esta crisis es transitoria, y que en el corto y mediano plazo la situación podría normalizarse, e incluso, como lo han previsto algunos analistas, podría haber un repunte en el crecimiento económico este mismo año.
Por esta razón, aunque indiscutiblemente las empresas deben mantener su desempeño financiero y procurar no entrar en pérdidas que lleven a su insolvencia, la solución no es terminar o suspender los contratos de trabajo.
Hoy estamos viendo múltiples mecanismos que podemos utilizar para mantener los empleos mientras superamos esta etapa de nuestra historia, y más allá de los aspectos legales, estamos seguros de que los empleados van a responder con sus empleadores y ser incluso mucho más productivos, si se sienten seguros en sus puestos de trabajo.La opción más viable es la revisión de los contratos laborales que se realiza por mutuo acuerdo entre empleados y empleadores, por medio de la cual se puede pactar la modificación de horarios, salarios, suspensión de pagos de beneficios extralegales, entre otros; es decir, la posibilidad de buscar un punto medio mientras se sortea esta crisis.
Y ese es un mensaje muy importante que debemos transmitir: los empleados y los empleadores también deben ser conscientes de la situación y actuar siempre con buena fe dentro de su relación laboral.
La medida es una decisión oportuna por la realidad financiera que algunos sectores industriales y comerciales están atravesando, pero no garantiza que por este hecho exista una protección efectiva en materia de empleo.
Si nos vamos a algunos sectores que han sido fuertemente golpeados, como sucede con la industria del entretenimiento o del turismo, este tipo de medidas podrían no tener incidencia en las decisiones que deban adoptar los empresarios.
No obstante, estamos seguros de que adoptar esta política no fue una decisión fácil de tomar por parte del Gobierno, pues indudablemente puede generar distorsiones y complicaciones operativas, por lo que debemos reconocer la gestión que se realizó.
Me atrevo a decir que todos los sectores tienen alguna clase de afectación por la pandemia, pero indiscutiblemente la industria del entretenimiento, los bares, los clubes nocturnos y el turismo son los más afectados. La razón de esto es que, en muchos casos, para la operación de este tipo de negocios debe existir una inversión considerable y el cierre preventivo ha generado que cesen, de todas las formas, los flujos de ingresos.
Esto depende de muchos factores, pero el más crítico es la reactivación de la economía del país, y esto ya lo estamos viendo con el anuncio del presidente de permitir la reapertura gradual de algunas industrias, como es la infraestructura, construcción y manufactura.
Aunado a ello, debe existir mayor flexibilización, por lo menos transitoria, de la gran cantidad de obligaciones que existen en cabeza de los empleadores, así como otras cargas que impactan el desempeño de las empresas, tales como las tasas de interés de préstamos, el precio del dólar y el pago de impuestos.
El Gobierno deberá generar una transición adecuada entre las medidas tomadas para sortear la pandemia y el retorno a la normalidad de la economía, y la razón de esto es que algunas industrias y mercados quedarán frágiles y su recuperación únicamente se dará con el tiempo.
En pocas palabras, superar la pandemia no implicará una recuperación absoluta de forma inmediata y se deberá seguir garantizando la continuidad de las empresas.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
