Para la OCDE, las exenciones del IVA, los tipos cero y reducidos no son una herramienta bien orientada para apoyar a hogares de bajos ingresos.
Hogares ricos reciben tantos beneficios de una tasa reducida como los pobres.
Es una oportunidad para construir una economía más verde, incluyente y resiliente.
Para la OCDE, las exenciones del IVA, los tipos cero y reducidos no son una herramienta bien orientada para apoyar a hogares de bajos ingresos.
Hogares ricos reciben tantos beneficios de una tasa reducida como los pobres.
Es una oportunidad para construir una economía más verde, incluyente y resiliente.
El más reciente informe publicado el 3 de septiembre de 2020 por la OCDE, titulado Tax policy reforms 2020: OECD and selected partner economies, analiza y pone la lupa sobre las políticas fiscales que los países pusieron en marcha para afrontar el COVID-19.
Entre las medidas tomadas se destacan aplazar el pago de impuestos en 35 países; pagos flexibles de la deuda tributaria en 18; reembolso de impuestos como el IVA y otros para 13 países; extensiones de declaración de impuestos en 11; reducción en las contribuciones a la seguridad social en ocho (8) y manejo de provisiones en siete (7) países.
El informe centra su foco en el IVA. “en general, las exenciones del IVA, los tipos cero y los reducidos no son una herramienta bien orientada para apoyar a los hogares de bajos ingresos”.
Para la entidad, rebajar el IVA para algunos productos de primera necesidad producen, justamente, el efecto contrario a lo que pretenden los gobiernos.
Desde el punto de vista de los investigadores de la entidad, “esas tasas de IVA reducidas son una herramienta muy pobre para focalizar el apoyo a los hogares con menor renta”.
En el mejor de los casos: “los hogares ricos reciben aproximadamente tantos beneficios de una tasa reducida, en valor absoluto, como los hogares pobres”.
La OCDE indica que los hogares con una situación económica cómoda tienen mayor capacidad de consumo, por lo cual se benefician más de un IVA reducido, de manera que a veces incluyen productos a los que no pueden acceder las familias con menores ingresos porque su poder adquisitivo es menor.
Por lo anterior, para la entidad, mientras que los hogares más pobres pueden beneficiarse de tipos reducidos de IVA sobre sus «necesidades» más urgentes, “los más ricos ganan aún más”.
La organización recalca que un IVA menor para acciones sociales o culturales (libros, cine, teatro, etc.) beneficia más a los contribuyentes más ricos, que son quienes aprovechan mejor esas actividades, por lo que en realidad esas políticas son regresivas.
Incluso, las tarifas reducidas en hoteles y la comida en restaurantes benefician más a los ricos que a los pobres, en términos agregados como proporcionales, en todos los países de la OCDE en los que se aplican.
La OCDE, para favorecer a las familias pobres, propone actuar desde el gasto y no desde los ingresos. Reclama soluciones como la implementación de programas de transferencias monetarias dirigidas a los hogares con menos recursos o, incluso, rebajas adicionales en el impuesto sobre la renta, que tiene un carácter progresivo.
Con esto se busca compensar a las familias más necesitadas, que tendrían que pagar un IVA más elevado si se elimina o restringen los productos beneficiados por dicha reducción de la carga fiscal.
En Colombia, por ejemplo, se destaca la devolución del IVA que se ha venido haciendo desde el mes de abril de este año.
«Compensar a todos por la eliminación de los tipos reducidos sería muy difícil de lograr. Sin embargo, el impuesto al consumo son una fuente importante de ingresos. El IVA, en concreto, representa más del 60 % de los ingresos totales en dos de cada tres países que forman parte de la organización», señala la organización.
Para Pascal Saint-Amans, director del Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE, hoy por hoy los gobiernos, en vez de limitarse a volver a las condiciones previas, deberían aprovechar la oportunidad para construir una economía más verde, incluyente y resiliente.
“Una vía que habrá de priorizarse con urgencia es la de la reforma a la tributación ambiental y las políticas fiscales para combatir la desigualdad”, afirma.
La OCDE propone a los países que apoyen sus economías en impuestos verdes y los gravámenes sobre la propiedad, además de las ganancias del capital, para obtener mayores ingresos. De esta forma, se podría financiar la recuperación económica y equilibrar las finanzas públicas.
Los gobiernos deben buscar ingresos alternativos, lo que se podría lograr impulsando la fiscalidad ambiental. Esto es «una prioridad central”, que aún tiene un peso diminuto en la recaudación de la OCDE; apenas 1,5 % del PIB de media en 2018.
La entidad destaca que la economía verde y ambiental, además de los impuestos sobre propiedad y rentas del capital, tendrán un papel importante en la recuperación. Sobre todo, en un “contexto de mejoras notorias en la transparencia tributaria internacional”.