Para Stefano Farné y Anderson Patiño, eliminar las altas pensiones que reciben unos pocos y ricos no es tarea sencilla, pues no hay voluntad política para hacerlo. Además, hay intereses económicos de por medio, especialmente respecto a las fuerzas militares, maestros y empleados del sector público.
Para Stefano Farné y Anderson Patiño, eliminar las altas pensiones que reciben unos pocos y ricos no es tarea sencilla, pues no hay voluntad política para hacerlo. Además, hay intereses económicos de por medio, especialmente respecto a las fuerzas militares, maestros y empleados del sector público.
El pasado 15 de septiembre, en una entrevista publicada por El Tiempo, la ministra del trabajo, Alicia Arango, manifestó que «urge acabar con el subsidio perverso para las pensiones de la gente rica», al hacer referencia a una reforma pensional que sería presentada por el Gobierno en el año 2019. Para ella, el nuevo sistema pensional se debe caracterizar porque los subsidios que se le den a los ricos vayan a parar a manos de la gente pobre.
Sobre lo anterior, Clara Inés Guzmán, líder del programa de bienestar financiero de Old Mutual afirma en Actualícese que el actual sistema de reparto lleva implícito una serie de subsidios que, por sus condiciones, favorecen a un porcentaje de población de mayor ingreso, lo cual no tiene sentido. «Se debe buscar un sistema más equitativo y justo, en donde las ayudas sean destinadas a las poblaciones menos favorecidas», afirma.
Para Guzmán, el problema de las pensiones no pasa por Colpensiones o por las entidades privadas, sino por el uso que se les da a las normas que rigen el tema. «Se deben eliminar los beneficios a las personas que no lo necesitan; el principio de solidaridad debe ser acompañado de otros principios y valores, y usados en las poblaciones que realmente lo necesiten, respetando y garantizando que todos puedan ser cubiertos de las contingencias para las cuales fue creado», afirma.
Anderson Patiño, economista y docente de la Universidad Externado de Colombia dice en Actualícese que el sistema pensional debe atacar la desigualdad. Para él, una alta proporción de los pensionados en Colpensiones (76 %) no recibe más de dos salarios mínimos como pensión, situación que le parece grave, teniendo en cuenta que lo que se destina anualmente a pagar pensiones son cerca de 38 billones de pesos, y según el DNP, de cada $100 que el Gobierno usa para subsidiar las pensiones de esta entidad, $65 van a parar a manos de los más adinerados, mientras menos de $1 a los más pobres.
Eliminar las pensiones altas que favorecen a pocos, pero que perjudican a muchos es una tarea que tiene por delante el legislativo y el ejecutivo, a través de leyes y decretos, dice Patiño. «Pero no creo que se tome esa decisión, porque hay intereses económicos importantes, especialmente las fuerzas militares, los maestros y empleados del sector público; lo vimos con los casos de los magistrados que trabajaban 3 o 4 meses y recibían pensiones elevadas».
Stefano Farné, director del Centro de Investigación de la Seguridad Social y el Mercado de Trabajo de la Universidad del Externado dijo recientemente en un diálogo con Actualícese que el problema con las pensiones exageradamente altas se ha magnificado. «Las personas que reciben pensiones altas son muy pocas y tienden a desaparecer. La última reforma pensional dice que una persona no se puede pensionar con más de 16 o 17 smmlv. Lo que pasa con este tema es que hay personas que pertenecen al régimen de transición y hay conceptos jurídicos que permiten tener pensiones más altas. Hay que esperar que este tipo de personas salgan del sistema pensional», dice.
Para Farné, se deben cambiar parámetros con el fin de que el número de personas que reciben estas pensiones se reduzca. En el régimen de prima media, explica, las personas de más altos ingresos podrían subsidiar a los que tienen poco. «Una solución podría ser aumentar la edad de jubilación para las personas que tienen los ingresos más altos. Si la edad de jubilación fuera, por ejemplo, de 65 años, se reducirían los subsidios, no los eliminaría. También se deben reducir las tasas de reemplazo, aumentar las semanas, medidas que ya dije anteriormente. Si las medidas se implementan de forma conjunta se podría lograr eliminar los subsidios de las pensiones más altas», insiste.
Pero, para que se dé lo anterior, surge un problema como lo es la voluntad política para hacerlo. «Hay que entender que uno no está contento cuando se aumenta la edad o las semanas de cotización, o que bajen un poco las tasas de reemplazo. Desde el punto de vista técnico, hay ajustes que son relativamente normales, pero que deben pasar la prueba política».