Para Anif, se debe aumentar la base gravable del impuesto de renta para que más contribuyentes paguen este tributo.
Es urgente revisar la gran cantidad de exenciones que ofrece el sistema tributario nacional.
Sería importante expedir un nuevo Estatuto Tributario y no modificar el que existe hoy.
Para Anif, se debe aumentar la base gravable del impuesto de renta para que más contribuyentes paguen este tributo.
Es urgente revisar la gran cantidad de exenciones que ofrece el sistema tributario nacional.
Sería importante expedir un nuevo Estatuto Tributario y no modificar el que existe hoy.
Durante la realización del seminario virtual Más allá del impacto: manejo de la crisis y recuperación, organizado por Anif el 1 de julio de 2020, Mauricio Santamaría, presidente de la entidad, tocó varios aspectos relacionados con una nueva reforma tributaria que, seguramente, como lo han asegurado varios analistas, se discutirá el próximo año.
Para Santamaría, sin duda alguna será necesaria una reforma fiscal en el país, con la cual se solventen los gastos hechos para enfrentar la pandemia y recuperar la economía nacional.
De igual manera, se debe pensar en un sistema tributario con mayor recaudo, progresividad y eficiencia, a través del cual se puedan recaudar unos 20 billones de pesos.
Entre los ajustes que debe tener el sistema tributario está aumentar la base gravable del impuesto de renta de personas naturales, para que más contribuyentes paguen este tributo.
«En Colombia, solo el 4,5 % de la población económicamente activa –PEA– paga impuesto de renta, lo que lleva a que este tributo se recargue en un 20 % en las personas naturales frente al 80 % de jurídicas, contrario a lo observado a nivel mundial», describió el directivo.
Para Anif, ampliar la base de las personas naturales sería sinónimo de avanzar en materia de formalización.
Otra de las propuestas que describió Santamaría fue la de unificar la tasa del IVA, incluyendo la canasta familiar, así como eliminar las exenciones que tiene este impuesto, cuyo costo fiscal anual está por encima de los 70 billones de pesos.
«El país está listo para dar este paso, ya que el Gobierno ya implementó el mecanismo de devolución del IVA, lo cual le permite compensarles este gasto a las familias más pobres», aseguró Santamaría.
El directivo también aseguró en su intervención que es urgente revisar la gran cantidad de exenciones y beneficios tributarios que ofrece el sistema tributario nacional.
«Las exenciones en Colombia pueden tener un costo cercano a los 80 billones de pesos. Lo positivo es que la Ley de financiamiento creó una comisión para estudiar los beneficios vigentes en el sistema tributario», dijo.
Para Anif, también sería importante expedir un nuevo Estatuto Tributario y no modificar el que existe hoy y que data de 1989.
Recientemente, el viceministro técnico de Hacienda, Juan Pablo Zárate, quien también participó de este seminario virtual, confirmó que una vez superada la coyuntura creada por el COVID-19 será necesaria una nueva reforma tributaria, con la cual se generarían ingresos para pagar la deuda que se ha asumido hasta el momento.
Desde el Ministerio de Hacienda se prevé que el déficit fiscal del país para este año sería de un -8,2 % del PIB, mientras que la meta para el próximo es del -5,1 %.
Al respecto, Zárate ha dicho que en el 2021 los ingresos podrían aumentar en un 12 %, reduciendo significativamente la deuda.
Marcela Eslava, Decana de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, quien también participó en este encuentro, manifestó en entrevista con Semana que desde que se tramitó la Ley de financiamiento se sabía que el Gobierno tendría que reformar los ingresos para los años 2021 y 2022.
Eslava opina que se debe replantear la forma en que se están recaudando los impuestos, pero no solo por la emergencia, sino porque era una tarea de tiempo atrás.
Eslava explica que se debe establecer una estructura de impuestos con un componente redistributivo que busque mayor progresividad, «que tenga menos huecos, menos exenciones, por ejemplo, para empresas y sectores específicos».
Otro punto que ella toca es el de recomponer las cargas del recaudo para que estas recaigan menos en las empresas y más en las personas.
«Cuando usted les pone impuestos a las empresas, al final sigue siendo el caso de que los pagan las personas afiliadas a esas empresas, pero se está atando esa recolección a la actividad empresarial. La actividad que genera el tributo es la de contratar empleados y generar ingresos. Eso desestimula la generación de estos, que son en últimas los ingresos con los que todos vivimos», explica.