Desde el punto de vista de la AIC, los elementos de juicio necesarios para fundamentar la opinión de auditoría y las evidencias que toda auditoría persigue han cambiado.
Las auditorías deberían aumentar sus alcances abarcando aspectos de control y de gestión para minimizar riesgos.
Desde el punto de vista de la AIC, los elementos de juicio necesarios para fundamentar la opinión de auditoría y las evidencias que toda auditoría persigue han cambiado.
Las auditorías deberían aumentar sus alcances abarcando aspectos de control y de gestión para minimizar riesgos.
El informe Situaciones particulares, enfatizadas por la pandemia, que afectaron a los auditores, publicado por la Asociación Interamericana de Contabilidad –AIC–, indica que desde el año 2020 y durante 2021 las situaciones y condicionamientos provocados por la pandemia han influido en el trabajo de los equipos que se desempeñan en encargos de auditorías y revisiones externas de estados financieros.
El COVID-19 provocó, por ejemplo, la modificación de la planificación de auditorías, adaptándolas a las nuevas circunstancias. Las estructuras administrativas y contables de los entes también cambiaron, mayoritariamente, de una modalidad presencial a la virtual, produciendo en el cambio riesgos nuevos o aumentados. Indica el informe:
El control interno de los entes, en general, se ha visto afectado por los cambios mencionados, y por esta razón han tenido dificultades para funcionar con la eficiencia y efectividad esperada.
Los elementos de juicio necesarios para fundamentar la opinión de auditoría y las evidencias que toda auditoría persigue han cambiado en algunos casos, con lo que los elementos que identifican el riesgo también sufren transformaciones.
Sobre el alcance de la auditoría de estados financieros, algunos usuarios de informes de auditoría y grupos de interés opinan que las auditorías deberían aumentar sus alcances abarcando aspectos de control y de gestión, para minimizar riesgos. Se afirma en el informe:
Este punto de vista no siempre está acompañado por la apreciación de los auditores, quienes consideran que las normas profesionales vigentes cubren razonablemente la situación, con sus disposiciones orientadas a bajar el riesgo a niveles de seguridad razonable y que estas expresiones normativas mantienen a resguardo su responsabilidad profesional.
En las actuales circunstancias esta diferencia en la percepción se amplió y en esta situación el auditor busca la forma de comunicación más adecuada para transmitir la naturaleza, alcance y oportunidad de los procedimientos aplicados.
Lo hace diseñando líneas de planificación, basado en las normas profesionales y en niveles de escepticismo acordes al compromiso asumido, buscando tener una mayor profundidad para bajar los riesgos emergentes a niveles razonables.
Los efectos de la pandemia causan que se observe una afectación directa para el riesgo de la empresa en funcionamiento, debido a que ciertas industrias no consideradas como esenciales se ven afectadas por la emergencia sanitaria y sus consecuencias.
El COVID-19 potenció la concentración del examen de auditoría en los aspectos de fraude y de empresa en funcionamiento. Resalta el informe:
Las estructuras creadas para el control interno de las organizaciones han sufrido el impacto de las limitaciones y los distintos escenarios creados para la protección de la pandemia.
La AIC informa que la obtención de elementos de juicio se debe realizar de manera diferente, adecuando los procedimientos, el alcance y las modalidades a un escenario diferente de lo habitual, con lo cual recopilar evidencias cambia en su forma y volumen, aunque no en cuanto al sustento para la opinión y las conclusiones de las auditorías.
Para el auditor esto representa un reto que lo obliga a enfrentar las dificultades con decisión y sin perder de vista que la tarea debe llevarse a cabo manteniendo la calidad y seguridad que las auditorías deben tener por definición. El informe puntualiza:
Los riesgos pueden generarse en diversas áreas y se concentran en algunas como la validación de las hipótesis de una empresa en funcionamiento.
Antes de la pandemia, las quiebras y situaciones irregulares en las organizaciones ocasionaron que los organismos reguladores y quienes producen las leyes analizaran las causas y la forma en que operan los grandes grupos económicos.
Esta situación pone en cuestionamiento a todos los que participan en el desarrollo y presentación de los estados financieros, tanto a quienes los emiten, a los gerentes, a los auditores que los examinan como a quienes emiten las regulaciones y reglamentos para llevar a cabo las operaciones.