Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Todo indica que el proyecto de ley de reforma tributaria está tomando forma, pues, al parecer, hay consenso para que el aumento del IVA sea del 18% y se suprimiría el impuesto a las bebidas azucaradas. Esto no significa que dichos temas ya estén incluidos en la ponencia final.
Durante la semana hábil del 21 al 25 de noviembre de 2016, las Comisiones Económicas del Congreso de la República y el Ministerio de Hacienda llegaron a los primeros acuerdos alrededor del proyecto de ley de la reforma tributaria, pues fueron modificados dos de sus puntos más sensibles. Sin embargo, aún es posible que estos no se incluyan en la ponencia definitiva.
El primer punto modificado es el del aumento del IVA, que ya no será del 16% al 19%, como se había planteado en un principio, sino hasta del 18%. El segundo punto consiste en que el impuesto a las bebidas azucaradas será suprimido, y, por tanto, no se incluirá en el texto final.
Sin embargo, como se mencionó, puede que estas modificaciones no entren en el texto que será radicado, ya que faltan muchos temas por debatir en las reuniones con el gobierno, y el futuro de ambas propuestas podría cambiar.
Los congresistas han insistido en que el aumento del IVA hasta el 19% resulta exagerado, pues tendrá un impacto significativo sobre las finanzas de los hogares de clase media y baja, y, además, afirman que el gravamen a las bebidas azucaradas es una medida irresponsable.
Al respecto, Fenalco calcula que este impuesto disminuiría los ingresos de aproximadamente 580 mil familias, ya que dichos productos representan el 20% de sus ventas y el 33% de sus utilidades.
Sobre el IVA, Mauricio Cárdenas, el ministro de Hacienda, ha reiterado a los medios de comunicación que el gobierno mantiene su propuesta: «Un aumento de la tarifa del IVA del 16% al 19%, porque eso es lo que nos genera los ingresos, la capacidad de mantener una serie de programas que protejan a la clase trabajadora».
En los avances realizados con los ponentes, el gobierno acordó que uno de esos puntos se destinará de manera exclusiva a la educación y la salud. «Podríamos decir que se trata de un IVA social para la educación y para la salud, porque necesitamos más recursos para el régimen subsidiado para mejorar la calidad de atención a los afiliados que son la mayoría de los colombianos y también porque necesitamos más recursos para asegurar la continuidad de muchos programas educativos que tienen que ver con la alimentación escolar, con los créditos a los estudiantes que se benefician con los subsidios a través del Icetex y programas como Ser pilo paga», señaló Cárdenas.
Guillermo Botero, presidente de Fenalco, sostiene que existe un descontento generalizado con el contenido de la reforma, en especial sobre el impuesto para las bebidas azucaradas. El líder gremial viene insistiendo en la nocividad de este y en el impacto que sufrirían los comerciantes desde que se manifestó la posibilidad de implementarlo. De acuerdo con Botero, este grupo de bebidas representa una importante porción de las ventas de los tenderos, pues asciende a la tercera parte de sus utilidades.
“Le entregamos al Congreso las firmas de 20.000 tenderos que se están oponiendo a ponerles impuestos a las bebidas azucaradas, porque las cuentas que se hacen es que estas representan el 20% de las ventas, pero el 30% de las utilidades”, dijo Botero a Portafolio.
Otro punto de vista tiene la escuela Johns Hopkins Bloomberg of Public Health, entidad que envió una carta al ministro de Salud, Alejandro Gaviria, manifestando su respaldo a dicha propuesta, que califica como “un esfuerzo innovador el de introducir un impuesto a las bebidas azucaradas en Colombia”.
Para las autoridades de la escuela, el impuesto de $300 por litro en la producción y posterior venta o importación de bebidas azucaradas es una medida acorde con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Además, sostienen que este impuesto proveerá los fondos necesarios para implementar programas de inversión en el sector de salud. “Un importante beneficio adicional de este impuesto es que reducirá el consumo de bebidas azucaradas, el cual contribuye a problemas como la obesidad”, indica la carta.
El viernes 25 de noviembre, Antonio Navarro Wolff, senador de la Alianza Verde, radicó en el Congreso una ponencia alternativa de la reforma tributaria. La propuesta incluye 70 iniciativas que plantean cambios para los temas de personas naturales, jurídicas, entidades sin ánimo de lucro, IVA, remesas y asuntos ambientales. De igual manera, el Centro Democrático, que ha manifestado fuertes reparos a la reforma, también radicará su ponencia.
Entre las propuestas de Navarro Wolff, El Espectador resalta el no al aumento del IVA del 16% al 19%, que dicho impuesto no sea devuelto a exportaciones de petróleo ni de oro en lingotes, que los periódicos continúen exentos de IVA, e imponer dicho gravamen a langostinos y camarones.
En cuanto al tema de las entidades sin ánimo de lucro, el senador propone que las iglesias sigan como declarantes no contribuyentes pero que su declaración sea pública. Además, plantea que las cooperativas solo puedan ser objeto de pago del 20% de los excedentes para educación superior.
Respecto a las personas naturales, Navarro Wolff sugiere que las pensiones de $10 millones mensuales sean gravadas con las mismas tarifas de renta. El documento también establece un impuesto a los dividendos con una tarifa hasta del 15% que incluye a las personas jurídicas.
Por último, según dicha ponencia, las empresas dedicadas a la generación de energías alternativas y producción nacional de software y productos médicos serían las únicas personas jurídicas que mantendrían los beneficios tributarios vigentes en la actualidad.
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