Contadores públicos: ¿cuál es su papel frente a la malversación económica en medio del COVID-19?
Es responsabilidad de los contadores brindar informes financieros confiables que incorporen mejores juicios, estimaciones y evaluaciones.
Los contadores deben desempeñar un papel que garantice la capacidad continua de las organizaciones para resistir los desafíos creados por el COVID-19.
Es responsabilidad de los contadores brindar informes financieros confiables que incorporen mejores juicios, estimaciones y evaluaciones.
Los contadores deben desempeñar un papel que garantice la capacidad continua de las organizaciones para resistir los desafíos creados por el COVID-19.
La Federación Internacional de Contadores –IFAC, por sus siglas en inglés– ha indicado que, aunque las implicaciones reales sociales y económicas del COVID-19 todavía no se han materializado por completo, ya se observa el costo en el ecosistema financiero global.
«Históricamente, las crisis económicas han servido como un poderoso catalizador de malversación financiera, y este riesgo no es diferente en el entorno actual», advierte la entidad en su artículo Public interest responsibilities must remain paramount in an age of COVID-19.
Todos los contadores profesionales deben estar en sintonía con este riesgo elevado y continuar ejerciendo con altos niveles de diligencia, integridad y juicio profesional.
Ética y juicio confiable del contador público
Cabe recordar que el Código Internacional de Ética para Contadores Públicos, incluidas las Normas Internacionales de Independencia, establece el estándar de comportamiento que se espera de un contador profesional.
«Esa es nuestra responsabilidad de interés público», indica IFAC.
Los contadores públicos, sin importar que sean miembros de una junta, comité de auditoría, líderes organizacionales, preparadores o auditores, son críticos para el ecosistema de informes financieros.
«Y aunque no es posible que nuestra profesión evite las fallas corporativas, es nuestra responsabilidad continuar brindando informes financieros confiables que incorporen adecuadamente nuestros mejores juicios, estimaciones y evaluaciones, así como también estar alerta ante el mayor riesgo de fraude y tergiversación financiera», afirma la entidad.
El papel de la gerencia y de los auditores
IFAC invita, en medio de un entorno cambiante e incierto, a la gerencia y a los miembros de la junta, con su responsabilidad final de preparar y supervisar los informes y la comunicación financiera, a mantener continuamente un entorno de control efectivo, que probablemente cambie o haya cambiado como resultado de la adaptación de entornos operativos para trabajo remoto y otras novedades creadas por el COVID-19.
Asimismo, los auditores deberían centrarse en las implicaciones de dichos cambios en el entorno de control y en los riesgos nuevos o modificados, y adaptar sus enfoques de auditoría en consecuencia para obtener evidencia de auditoría suficiente y adecuada sobre la cual basar sus opiniones.
«Una mayor transparencia y divulgación de información prospectiva sobre el desempeño operativo, la posición financiera, la liquidez y las perspectivas futuras de una organización son más críticas que nunca, a pesar de que las circunstancias actuales hacen que esto sea más desafiante», dice la entidad.
Acciones de los contadores de hoy tendrán impacto en el mañana
Los contadores públicos deben hacer juicios razonables y de buena fe en el contexto y sobre la base de la información actualmente disponible. La transparencia sobre las incertidumbres conocidas y materiales, así como los procesos sólidos y la documentación que respalda estas divulgaciones, ayudará a promover decisiones acertadas y evaluaciones de los auditores al respecto, que resistirán la prueba del tiempo.
Los contadores públicos también deben desempeñar un papel fundamental que garantice la capacidad continua de las organizaciones para resistir los importantes desafíos que enfrentan en estos tiempos difíciles.
«Esto se aplica a todas las organizaciones, grandes y pequeñas, en todos los sectores de la economía e implica ayudar a las organizaciones a centrarse en la buena gobernanza, una estrategia sólida y el fortalecimiento de sus modelos de negocio», afirma IFAC.
La entidad recalca que las acciones que hoy realicen los profesionales contables tendrán un impacto significativo en nuestra reputación y posición el día de mañana.
«Al mantener los más altos estándares de nuestra conducta profesional y ética durante la pandemia, y al desafiarnos a nosotros mismos para ejercer una mayor diligencia y ser abiertos y alertas a las acciones adicionales necesarias, cumpliremos con nuestras responsabilidades de interés público y continuaremos moldeando positivamente cómo se ve la profesión», concluye IFAC.