Mientras que las empresas más antiguas tienen cuentas de ahorro y corrientes, entre las más jóvenes predominan los depósitos electrónicos.
Las empresas más antiguas tienen un mayor porcentaje de productos financieros activos.
Por su parte, las microempresas acceden y solicitan microcréditos.
Mientras que las empresas más antiguas tienen cuentas de ahorro y corrientes, entre las más jóvenes predominan los depósitos electrónicos.
Las empresas más antiguas tienen un mayor porcentaje de productos financieros activos.
Por su parte, las microempresas acceden y solicitan microcréditos.
El estudio Inclusión financiera empresarial: evidencia con registros administrativos, publicado el 8 de marzo de 2021, analiza el acceso por parte de las 57 empresas registradas en cámaras de comercio del país a productos de depósito y crédito.
El análisis se realizó partiendo de la premisa de que la información de inclusión financiera empresarial es escasa tanto en Colombia como en el mundo. Es común hablar del acceso de las personas, pero no de las empresas.
Es la primera vez que se cruzan datos de una central de información, en este caso TransUnión, con los de las empresas con registro mercantil (en Confecámaras) para tener una prueba verídica de lo que pasaba con las firmas colombianas antes del inicio de la pandemia.
Entrando en materia, se encontró que las compañías más grandes y antiguas tienen una mayor probabilidad de tener productos financieros activos, en contraste con las más pequeñas y jóvenes.
De igual forma, existe un menor acceso a productos financieros en las empresas de los sectores agropecuario, minero y construcción.
Otro hallazgo se relaciona con los tipos de productos de depósito. Mientras que para las empresas más antiguas es más probable tener cuentas de ahorro y corrientes, entre las más jóvenes, cuando se trata de personas naturales, predominan los depósitos electrónicos.
A su vez, las microempresas tienen una mayor probabilidad de contar con cuentas de ahorro y depósitos electrónicos que cuentas corrientes.
Por tipo de producto se observó que aquellos con mayor tenencia entre las empresas fueron la cuenta de ahorro, la tarjeta de crédito, el crédito de consumo y la cuenta corriente, aunque existen diferencias entre personas naturales y jurídicas.
«Las primeras contaban con una mayor proporción de cuentas de ahorro y tarjetas de crédito, mientras que las segundas de cuentas corrientes y créditos comerciales», indica el estudio.
Respecto al crédito, el estudio presenta que las microempresas tienen una mayor propensión a tener microcréditos comparadas con las empresas más grandes, las cuales tienden a tener créditos comerciales.
Asimismo, las empresas con mayor antigüedad tienen en promedio una mayor probabilidad de tener varios productos de crédito, pero no microcrédito.
Desde el punto de vista del estudio existen dos hechos que caracterizan el acceso a créditos por parte de las empresas colombianas:
El primero, las organizaciones adquieren productos financieros según su etapa de desarrollo. «En ese sentido, los productos digitales y el microcrédito son claves para las empresas más jóvenes, pequeñas o ubicadas en zonas con menor cobertura financiera», indica el análisis.
Las empresas más antiguas tienen un mayor porcentaje de productos financieros activos. 90,1 % de las empresas consolidadas los tenía, mientras que este indicador era 67,7 % para la categoría de nacientes.
«Estas diferencias entre categorías son mayores en los productos de crédito que depósito, situación que no se presenta en el caso de las empresas nacientes», se afirma en el estudio.
El segundo es la existencia de rezagos de algunos sectores económicos, como el minero. Aunque estos no han sido analizados en el estudio, requieren a futuro una detallada revisión que permita entender sus causas.
Adicionalmente, todos los efectos generados por la pandemia dejan asuntos para una agenda de investigación futura. Aspectos como la relación entre la supervivencia empresarial y el acceso a productos de crédito, la evolución de las calificaciones crediticias, la segmentación por montos de ahorro y créditos desembolsados, y el análisis de las empresas que no están registradas en las cámaras de comercio son algunos temas en los que se debe profundizar.