Gherson Grajales afirma que los contadores públicos debemos ser conscientes de lo que significan, representan y por qué es importante contar con habilidades blandas para el ejercicio profesional.
El aprender a ser una buena persona es lo que resume todo el conjunto de las habilidades blandas.
Gherson Grajales afirma que los contadores públicos debemos ser conscientes de lo que significan, representan y por qué es importante contar con habilidades blandas para el ejercicio profesional.
El aprender a ser una buena persona es lo que resume todo el conjunto de las habilidades blandas.
Gherson Grajales, contador público, presidente del Comité de Regulación de la Ley 43 de 1990 por el Valle del Cauca, profundizó en #CharlasConActualícese sobre la importancia de las habilidades blandas en el desarrollo profesional del contador público.
Explica que las competencias laborales blandas son aquellas relacionadas con los factores emocionales, interpersonales y sociales, también conocidas como competencias socio afectivas, las cuales permiten a las personas desenvolverse correcta y eficientemente en sus ambientes de trabajo. Advierte:
Los contadores públicos carecemos de estas y desde la academia se viene haciendo poco alrededor de este tema, por esto es que se deben buscar otros canales y así profundizar en las habilidades blandas.
Para él, si los contadores públicos no tenemos unas buenas competencias blandas, tendremos dificultades y limitaciones en nuestro desempeño laboral, ya que esto afecta el clima y la cultura organizacional.
Los únicos que podemos hacer algo frente a esta situación somos nosotros mismos. Debemos ser conscientes de lo que significan las habilidades blandas, lo que representan y por qué es importante contar con competencias para el normal desarrollo del ejercicio profesional.
Está convencido de que aprender a ser una buena persona es lo que resume todo el conjunto de las habilidades blandas: «si una capacitación no está enfocada y encaminada bajo esta premisa pues hay un error y se presentarán deficiencias en el camino».
Explica que las competencias blandas hay que trabajarlas y desarrollarlas antes de aplicarlas, para así compartirlas.
¿Priman hoy en día más las habilidades blandas sobre el conocimiento y teoría de los contadores? Grajales dice que hoy existe un número importante de profesionales formados en diferentes disciplinas del conocimiento y hay empresas que han adoptado sus propios Estándares Internacionales de buenas prácticas en la búsqueda de los profesionales.
Muchas veces una organización no busca que un futuro empleado cuente con experiencia, pero que sí tenga una idea de lo que se está hablando. «En esa competencia expresiva le dicen que no interesa que no cuente con experiencia, sino que la misma empresa que lo contrata lo forma», dice.
Lo más importante hoy para las empresas es que el profesional tenga la competencia socioafectiva, proveniente de la infancia y el proceso de formación en el colegio y la universidad. En esto se basan los procesos de selección de personal, muchos profesionales no son escogidos si carecen de esta competencia.
Forman parte de las competencias blandas categorías como: competencias personales, interpersonales, íntimas, existenciales e intelectuales:
Para poder desarrollarlas hay que hacer un trabajo autónomo, así como buscar los espacios para llevarlas a cabo. Es así como las universidades deberían contar con espacios para desarrollar este tipo de habilidades.
Para Grajales también se debe trabajar en el ser del contador público y las universidades deben considerar invertir más en los estudiantes de contaduría, apoyarlos en la formación social.
Una competencia blanda relevante que debe caracterizar al contador son los valores éticos. Tener deficiencias en valores éticos hace que el fraude, la corrupción y el plagio sobresalgan.