¿Cómo puede el auditor adaptarse a los retos planteados por la cuarta revolución industrial?
La auditoría y la función del auditor no deberán abandonar su materia prima: el escepticismo profesional, esencia que no podrá ser desplazada por un robot con inteligencia artificial. Ese es el mensaje de Felipe Jánica para quienes temen ser reemplazados en medio de la cuarta revolución industrial.
La auditoría y la función del auditor no deberán abandonar su materia prima: el escepticismo profesional, esencia que no podrá ser desplazada por un robot con inteligencia artificial. Ese es el mensaje de Felipe Jánica para quienes temen ser reemplazados en medio de la cuarta revolución industrial.
La cuarta revolución industrial está transformando la industria contable, así como el rol de los contadores y auditores. El sitio web AccountancyAge, en su artículo ¿Cómo la cuarta revolución industrial está impactando la contabilidad?, plantea la manera en que los profesionales contables pueden usar la tecnología en aras de que sus negocios sean un éxito, la forma como pueden maximizar los beneficios de la contabilidad en la nube y de qué manera se pueden acercar a la tecnología.
Un plus que traen los desarrollos tecnológicos es la eliminación de los procesos lentos y manuales, lo que les permite a los profesionales contables dedicarle más tiempo a agregarle valor a su negocio. Así mismo, con la tecnología en la nube se han logrado reducir los costos de soporte de infraestructura por parte de las organizaciones.
Actualmente los contadores se están alejando de la contabilidad y la administración “para convertirse en socios comerciales estratégicos y de esta forma los roles orientados a procesos se reducirán”, plantea la publicación.
Los contadores son conscientes de que el cambio debe suceder, y el desafío para ellos está en completar y entregar sus tareas diarias para dedicarse a enfocarse en lo que viene.
Los clientes, por su parte, también necesitan reconocer a la tecnología como una herramienta que posibilita la creación de nuevos y mejores escenarios.
Pero así los profesionales contables sean conscientes de la ocurrencia del cambio, pueden llegar a tener temor de ser desplazados por robots, por ejemplo. La idea es entonces avanzar de la mano con las novedades que el mercado profesional vaya presentando, y especializarse para continuar siendo competitivos en la industria.
La transformación de la auditoría hacia la tecnología
Felipe Jánica, socio y líder de EY en el área de FAAS para Latinoamérica, se plantea un interrogante en su columna Los retos de un auditor 4.0: ¿cómo puede el auditor adaptarse a estos retos y cómo puede aportar más y mejor valor agregado a su trabajo?
Hoy, las compañías han comenzado a experimentar una nueva forma de administrar los negocios. “De la misma manera, los desafíos por la administración de recursos y de mantener el control interno y que éste sea propositivo en la estrategia de negocio, están llamados a ser protagonistas”, indica Jánica.
Según Felipe Jánica, aquí es donde el auditor juega un papel fundamental. No importa si es auditor interno o externo, lo importante es que, en cualquiera de las dos posiciones, debe asegurarse de que la conexión con sus auditados sea mejor y más eficiente. Como la cuarta revolución industrial a la vez lo permite y corrobora, la conexión lo es todo.
“Esta conexión debe entenderse como la del auditor y su auditado. En la medida que más actualizado estén los auditores en asuntos habilitadores de la cuarta revolución industrial (tecnología y digitalización), mejor será la conexión con sus auditados en una compañía que está viviendo a flor de piel su cuarta revolución industrial”, dice él.
Desde su punto de vista es necesario que la auditoría se transforme, y como resultado de ello vuelque sus esfuerzos al empleo de tecnologías de punta capaces de hablar de “tú a tú” con la tecnología de las organizaciones auditadas.
“Con esto no quiero hacer inferir que la auditoría ha cambiado en su esencia. Para nada. La auditoría y la función del auditor deberá seguir contando con su materia prima, es decir el escepticismo profesional. Estoy totalmente convencido que esta esencia no podrá ser desplazado por un robot con inteligencia artificial”, manifiesta Jánica.