Desde el WEF se piensa que un nuevo estándar de contabilidad que tenga en cuenta los costos climáticos podría ser un buen enfoque para afrontar esta problemática.
Se debería aprovechar la adopción de los Estándares Internacionales para expandir drásticamente la aplicación del precio del carbono.
Desde el WEF se piensa que un nuevo estándar de contabilidad que tenga en cuenta los costos climáticos podría ser un buen enfoque para afrontar esta problemática.
Se debería aprovechar la adopción de los Estándares Internacionales para expandir drásticamente la aplicación del precio del carbono.
La página del Foro Económico Mundial –WEF, por sus siglas en inglés– publicó el 7 de enero de 2020 el artículo He aquí por qué los contadores podrían ser los héroes climáticos que todos necesitamos, en el que expone la forma en que los profesionales contables deberían afrontar el fenómeno del cambio climático.
El cambio climático ha causado una destrucción generalizada. La degradación ambiental fue responsable de 9 millones de muertes prematuras en 2015, además de causar la pérdida económica de cientos de miles de millones de dólares anuales.
Es una grave injusticia que hayamos permitido que las compañías de combustibles fósiles generen miles de millones de dólares de ingresos anuales de productos que han causado estragos en los humanos y el medio ambiente en general.
«Es hora de que cambiemos radicalmente nuestro modelo económico a uno que grave las emisiones (a una tasa adecuada) e incentive las tecnologías ecológicas», recalca la publicación.
Una forma de hacerlo, por ejemplo, indica WEF, es exigir a las compañías de combustibles fósiles los costos sociales reales de las emisiones de CO2 en sus finanzas. «Al hacerlo, internalizamos efectivamente la externalidad negativa del daño ambiental mientras generamos fondos para un cambio hacia tecnologías verdes», explica la publicación.
Desde el WEF se piensa que un nuevo estándar de contabilidad para tener en cuenta los costos climáticos podría ser el enfoque correcto, y hay varias razones por las cuales esto podría empujar a los emisores en la dirección correcta.
En primer lugar, un estándar de contabilidad que requiere que las compañías rindan cuentas de su huella ambiental cambia la información sobre los costos climáticos de “voluntaria” a “obligatoria”.
«Este enfoque es radical porque, al hacer esto, las empresas incorporarían un costo que «no existía» en sus cuentas. Esta «internalización» de costos cambiaría fundamentalmente el comportamiento de los emisores, de la manera y al ritmo que exige nuestro planeta», indica el artículo.
Un análisis de las finanzas de un importante productor internacional de petróleo revela que internalizar sus costos de carbono equivaldría entre 0,7 % y 1,4 % de sus ingresos anuales, lo que equivaldría a varios miles de millones de dólares.
En segundo lugar, los precios de las emisiones de carbono caen en un amplio rango.
Por ejemplo, el Emissions Trading System de la Unión Europea, entidad que lucha contra el cambio climático, valora el carbono en 25 dólares por tonelada de emisiones de CO2, mientras que Suecia cobra 127 dólares por tonelada. «No podemos dejar que las empresas decidan cuál es el precio correcto del carbono que se aplicará», indica.
Finalmente, se puede aprovechar la adopción mundial de las Normas Internacionales de Información Financiera, lo que actualmente es una realidad en al menos 144 jurisdicciones, para expandir drásticamente la aplicación del precio del carbono.
Hoy, según el Banco Mundial, solo el 20 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero están cubiertas por un precio del carbono.