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Reforma tributaria: ¿por qué no es el momento de discutir la que tiene en mente el Gobierno?

Carmenza Saldías dice que es necesario discutir criterios de la reforma y establecer el aporte de la ciudadanía.

Mario Valencia afirma que el mejor escenario es que este año no haya reforma tributaria.

Para Luis H. Franco M., una reforma tributaria es inconveniente por razones fiscales y de fondo.

Fecha de publicación: 6 de abril de 2021
Reforma tributaria: ¿por qué no es el momento de discutir la que tiene en mente el Gobierno?
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Carmenza Saldías dice que es necesario discutir criterios de la reforma y establecer el aporte de la ciudadanía.

Mario Valencia afirma que el mejor escenario es que este año no haya reforma tributaria.

Para Luis H. Franco M., una reforma tributaria es inconveniente por razones fiscales y de fondo.

En los últimos 25 años se han realizado más de 20 reformas. Para algunos académicos y analistas, ninguna ha logrado estabilizar el recaudo ni ha conseguido garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Surge, entonces, la pregunta de si es necesaria la que buscará tramitar el Gobierno nacional en el Congreso de la República.

Carmenza Saldías, cofundadora de Razón Pública, economista, magíster en Planificación y Administración del Desarrollo Regional y asesora para la modernización fiscal y de planeación de la Gobernación de Cundinamarca, afirma que, si la reforma tributaria que presentará el Gobierno nacional es como las anteriores, definitivamente no es un buen momento para hacerla. En su análisis No es buena idea tramitar otra reforma tributaria opina lo siguiente:

Los gobernantes cometerán un grave y costoso error si deciden gravar a una sociedad críticamente empobrecida para obtener más recursos de las rentas del trabajo, la propiedad urbana y el consumo. Sería aún peor si, como lo han hecho hasta ahora, perpetúan los privilegios de los grandes poseedores de tierra y capital, las empresas y los conglomerados financieros.

“el Gobierno se haría un “harakiri”, ya que la contracción económica sería excesiva y el malestar social podría provocar movilizaciones populares e inestabilidad política”

entrevista con Actualícese que, si se presenta y aprueba una reforma tributaria este año, no será la que necesite el país, «sino que será resultado del cálculo electoral de 2022». Sobre esto puntualiza:

Así las cosas, el mejor escenario es que no haya reforma tributaria este año. Es el mensaje en el que hemos coincidido diversas organizaciones académicas, entre ellas Cedetrabajo.

Afirma que el país sí necesita una reforma estructural que revierta la condición regresiva de la tributación, puesto que «en Colombia paga más impuestos un profesor universitario que un especulador financiero».

La anterior situación se corrige gravando con más severidad a la renta financiera, con tarifas marginales muy altas al 1 % más rico de la población e incrementando controles a los flujos financieros ilícitos, que no es otra cosa que facturación fraudulenta que las autoridades no supervisan.

Sistema tributario progresivo con impuestos directos a las rentas de tierra y el capital

Para Saldías, sí es un buen momento para hablar de una reforma fiscal de carácter estructural que atienda problemas de fondo como la asignación, la eficiencia y efectividad del gasto, la distribución de competencias y recursos entre los distintos ámbitos del Gobierno y la reconfiguración de la organización territorial.

Asegura que antes de proponer una nueva reforma tributaria es necesario discutir sus criterios, definir qué tipo de pacto social y económico se quiere y establecer cuál debe ser el aporte de la ciudadanía en materia económica:

Lo anterior implica debatir sobre el carácter del sistema social y económico, sus principios, condiciones y objetivos. Solo así será posible que los agentes sociales, políticos, económicos y culturales tengan plena conciencia de sus responsabilidades y las consecuencias de sus actos.

Se debe avanzar en la construcción de acuerdos que pongan en marcha un sistema tributario progresivo donde primen los impuestos directos a las rentas de la tierra y el capital, un sistema que garantice los recursos necesarios para cumplir los objetivos de sostenibilidad, equidad y redistribución.

Que los ricos paguen más impuestos

Jairo Orlando Villabona, contador público y director del Grupo de Estudios Fiscales y de Equidad de la Universidad Nacional, manifiesta en diálogo con Actualícese lo siguiente:

Uno supondría que las personas más ricas de Colombia pagarán más impuestos, pero eso no sucede. En países desarrollados pagan hasta tres veces más lo que pagan en nuestro país.

El principal problema es que las personas más ricas de Colombia pagan pocos impuestos, por lo que no existe una equidad horizontal en su pago. Afirma que “Hay hechos que involucran paraísos fiscales y que han resultado en un costo enorme para el país».

Desde su perspectiva, la idea que tiene el Gobierno de incluir cada vez más contribuyentes en el escenario tributario es un despropósito:

Esto no genera un mayor recaudo, pero sí mucho trabajo para la Dian. La idea es cobrarles más impuestos a quienes tienen más dinero.

Reforma tributaria no es conveniente

Luis Hernando Franco Murgueitio, contador público, abogado, miembro del Instituto Colombiano de Derecho Tributario y fundador de la firma Franco Murgueitio y Asociados, afirma en #CharlasConActualícese que una reforma tributaria es inconveniente por razones prácticas, fiscales y de fondo:

Es fácil porque se cuenta con la mayoría en el Congreso, pero una cosa es que sea fácil, y una muy diferente que sea conveniente.

Además, agrega que los ilegales en Colombia no tributan. Para él, se debe incluir en la base de contribuyentes a quienes no declaran, quienes no están en el radar de la Dian, no quienes ya están pagando: «La solución no está en ahogar a los contribuyentes», indica.

Desde su punto de vista, hacer una reforma tributaria para crear nuevos impuestos, no para quitar o reestructurar lo actual, no es conveniente porque generaría un mayor desempleo, ya que se aumentarían los costos de contratación y operación: «Si se aumentan los costos de los artículos, las personas no comprarán», afirma, y explica lo siguiente:

Una reforma tributaria es inconveniente porque generaría una presión hacia la informalidad. Y ahí es cuando muchos podrán salirse del radar tributario: Menos registros en cámara de comercio, menos formalización de empleo; toda una presión para la formalidad.

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