Entre 2012 y 2017, más del 80 % de las transacciones realizadas por los colombianos tuvo lugar a través de billetes y monedas. El paso al mundo digital es un proceso que está tomando tiempo entre los colombianos. Además, es un tema de cultura, procesos y de confianza que aún no se ha consolidado.
Entre 2012 y 2017, más del 80 % de las transacciones realizadas por los colombianos tuvo lugar a través de billetes y monedas. El paso al mundo digital es un proceso que está tomando tiempo entre los colombianos. Además, es un tema de cultura, procesos y de confianza que aún no se ha consolidado.
El efectivo continúa reinando en las transacciones y le lleva ventaja tanto a las tarjetas de débito como crédito. Esa es la realidad, aunque desde Asobancaria y las diversas entidades financieras insistan en hacer campañas para combatir el uso excesivo del efectivo.
El más reciente Reporte de Sistemas de Pago del Banco de la República indica que, en promedio, entre los años 2012 y 2017 el 87,66 % de los pagos realizados por los colombianos se realizó con billetes y monedas; y en lugar de bajar, la tendencia va en aumento.
Este reporte se basa en información sobre el uso y la aceptación de los instrumentos de pago recogida a través de la Encuesta de provisión de billetes y monedas –EPEBM–, la cual hasta el momento se ha realizado en tres ocasiones: la primera en noviembre de 2012, la segunda en noviembre de 2014 y la tercera en febrero de 2017, cuyos resultados se revelaron este año.
Los resultados de cada una de estas indican que más del 80 % de las transacciones son realizadas en efectivo. En la de 2012, la relación fue de 82 %; en 2014 de 92 %, y en 2017 de 87 %. Al promediar las tres mediciones, el segundo medio de pago con el que más se hacen transacciones habituales es la tarjeta débito (8,21 %) y el tercero es la tarjeta de crédito (3,29 %).
«Entre los principales instrumentos que se encuentran en la economía colombiana que permiten la extinción de obligaciones dinerarias en el mercado de bienes y servicios están el efectivo (billetes y monedas), las tarjetas (débito y crédito), el cheque y las transferencias electrónicas (débito y crédito). Los instrumentos más utilizados por parte de las personas naturales son el efectivo y las tarjetas. Por su parte, las personas jurídicas utilizan más las transferencias y el cheque», indica el reporte del Banco de la República.
De los anteriores instrumentos de pago, aquellos diferentes al efectivo se caracterizan por tener un proceso electrónico o por incorporar en algún punto de la cadena del proceso de pagos un formato electrónico.
Gerardo Hernández, miembro de la junta directiva del Banco de la República afirma que son varios los factores que alimentan el uso del efectivo; “es un tema de cultura, de procesos, de confianza y yo francamente creo que va a tomar un tiempo que los colombianos migren a este modelo de pagos”.
Hernández asegura que los avances en inclusión financiera son grandes y el Banco de la República ha venido trabajando en el análisis sobre cómo se pueden mejorar los sistemas de pagos, “y es un proceso que seguramente en la medida que las personas encuentren la utilidad y cubra sus necesidades vamos a movernos a lo digital y menos al papel moneda”.
Aumentar la inclusión financiera es una de las prioridades que tiene el superintendente financiero, Jorge Castaño Gutiérrez, quien espera elevarla de 82 % a 100 % en los próximos cuatro años. Una de las maneras de lograrlo es por medio de menores costos y de las fintech.
«Pensar que vivamos como una sociedad totalmente sin efectivo tal vez es, en nuestro contexto, una utopía. Sí estamos usando mucho más efectivo que el que una economía en nuestro nivel de desarrollo debería usar», dice Gutiérrez, quien asegura que los colombianos usan mucho más efectivo en comparación con el que una economía como la nuestra debería.
En la edición 1136 de su informe Semana Económica 2018, y a propósito del tema en cuestión, Asobancaria indica que en un mundo donde la tecnología y la innovación generan eficiencia y desarrollo tanto productivo como social, es preocupante que en la economía nacional el uso del efectivo siga siendo desbordado.
«El próximo gobierno –el de Duque– deberá encarar con mayor ahínco la lucha contra el sobreuso del efectivo, fenómeno que obstaculiza la inclusión financiera e impulsa a las economías informales e ilegales y le resta sendos grados de competitividad a nuestra estructura productiva», afirma el informe.
Desde el punto de vista de la entidad, para alcanzar niveles apropiados en el uso de efectivo es preciso que el Gobierno impulse y consolide políticas como: